• Abd al-Aziz, Muley Ben Hassán
  • La Historia Trascendida - Abdelaziz, Muley Hassán

    Marraquech, 1880 / Tánger, 1943

    Décimo soberano alauí. Al fallecimiento de su padre, Muley Hassán, en 1894, se vio designado sultán con solo catorce años por manejos del gran visir, Ba Ahmed, quien había conspirado contra Muley Mohammed, el primogénito y heredero de su difunto padre. Los seguidores del “despojado” no se resignan a perder a “su” sultán, ni los favores de este. Ba Ahmed logrará derrotarlos. A unos encarcelará y a otros obligará a refugiarse en la montuosa región de Tadla, en el Medio Atlas. Una de las primeras decisiones del nuevo sultán es “denunciar” los pagos indemnizatorios a España por la guerra de Melilla, sin duda aconsejado por Ba Ahmed, que prefiere guardar esos dineros para bien de Marruecos. Una vez resuelto el conflicto, en 1895, gracias a la bofetada que el general Fuentes propinase al embajador Brischa, Abdelaziz aguarda a que se calmen los ímpetus revanchistas de los partidarios de su hermano. Espera larga la suya. Durante cuatro años se suceden las conjuras, revueltas y expediciones de castigo, que Ba Ahmed supervisa con diligencia perseverante. Y de repente, la muerte se lleva al gran visir sin que haya gozado de todas sus riquezas. Enfrentado a la soledad administrativa y ejecutiva, Abdelaziz decide “felicitarse a sí mismo” tras cerciorarse de que es el único dueño del Reino de los Alauíes y señor de su propio destino. Al reino arruinará y a su destino confundirá hasta lo inverosímil. Al llegar el cambio de siglo para los europeos, Abdelaziz bien pudo ser ese “joven reflexivo, inteligente y ávido de aprender a la vez que deseoso de emprender reformas”. Se expresaba así Walter Harris, periodista en sus horas libres y agente del Servicio Secreto de Su Majestad (Británica) a tiempo completo. Diagnóstico bienaventurado el suyo, aunque ignorado por el beneficiario de tan sugestivo halago. Abdelaziz, atraído por las novedades de la época, decide concederles el tiempo que estima se merecen, por lo que delega las funciones ejecutivas en un nuevo visir, Feddul Rharnit. Esta delegación de funciones se multiplica a raíz de una subdivisión de poderes e influencias entre los ministros de Exteriores y de la Guerra. Ninguno tiene razón de ser, por cuanto el primero sabe bien que nada puede hacer sin el permiso de Francia, potencia de sus afectos, y el segundo hace lo mismo con respecto a Inglaterra y Alemania, imperios entre los que ha dividido sus amores y parte de sus caudales. Como consecuencia, el “clan francés” envía sus presentes al joven sultán y el “clan angloalemán” contraataca con los suyos. El resultado es un regio almacén atestado de objetos y disfunciones: cámaras fotográficas, cinematógrafos, fonógrafos, pianos, vehículos con capota o de estructura toda ella metálica, suntuosas armas de caza y guerra, prismáticos de campaña y telescopios para observar la noche estrellada en Fez, magnífica, por cierto. Atento solo a sus distracciones, Abdelaziz deja de mirar a su frente y espaldas. Por el norte se mueve un farsante, montado en una burra, que dice ser “su propio hermano”, Muley Mohammed. Logra reunir un ejército de fanáticos y otro de bandoleros y con ellos toma Taza, donde le proclaman “sultán”. El asunto es serio, pero gracias a Francia el falsario huye. Después llegan noticias de que se ha convertido en “señor de las minas de Melilla” y “emir” de Zeluán. Pues otro problema para los españoles, no suyo. Quedan sus espaldas saháricas. Se las defiende Ma el Ainin, mitad monje, mitad guerrero, que ha plantado cara a los franceses. Abdelaziz no puede ir contra ellos, pero sí darle dinero a su profeta sahárico, que llega a Fez convertido en un cometa de la guerra santa contra Francia. Ma el Ainin será derrotado. Francia tiene más dinero, mejores armas y ningunas ganas de abandonar el Sáhara. El Sáhara es tan grande como la Tierra misma. Nada extraño hay en que por ese mundo planetario ande otro hermano suyo, Muley Hafid. No es proclive a las diversiones, sí a las concentraciones de afectos. Y junto a las murallas de Marraquech instala sus tiendas. Un paréntesis fastidioso y una matanza brutal distraen al sultán. El primero es la Conferencia de Algeciras, a la que envía al mejor de sus palatinos: Mohammed Torres, que consigue enfrentar a franceses con alemanes, compensando así sus ambiciones. Alemania pierde y Marruecos también, pues una y otro están advertidos: muchos enemigos, pocos aliados. En cuanto a la segunda, es más genocidio que matanza: dos mil muertos en Casablanca a cuenta del prestigio de Francia, que no parece acusar el golpe. Tranquilizado, cree llegado Abdelaziz el momento de revolverse contra su hermano del sur y acabar tan enojoso asunto. Es tarde ya: el 16 de agosto de 1907 Muley Hafid ha sido proclamado sultán por los ulemas de Marraquech. Dos sultanes en un solo reino es guerra segura para cuantos habiten en él. Abdelaziz tiene un ejército pequeño, pero supone que sus arcas son grandes, luego puede contratar los ejércitos que desee. Para su pasmo, descubre que el pasivo del reino son doscientos seis millones de francos (cincuenta y dos millones de pesetas). Una pirámide de dinero con tumba dentro para su arquitecto. El sultán no puede pagar ni a sus cocineros, mucho menos a sus soldados. Abdelaziz queda aturdido: “¿Acaso los regalos que le hacían no eran en verdad regalos?”. No lo eran. Se fueron en préstamos, intereses y dividendos para otros. El Majzén gasta diez millones de pesetas al año e ingresa siete millones en aduanas e impuestos. Cuentas criminales. Desfalco monumental, arreglo imposible, la huida es urgente. Es el 29 de agosto de 1908. Muley Hafid está al llegar. Hora de revisar los bultos del equipaje y partir. Una mirada a Fez y otra a las cumbres del Atlas, veladas por montañas de nubes y ceñudos presagios. Moderno Boabdil, envejecido diez años por las traiciones de otros y las desidias suyas, Abdelaziz parte para el destierro. Lo llevará con desenvoltura entre Francia y España, combinado con adorables estancias en Tánger, urbe-fascinación para europeos, africanos y americanos, todo lo cual mitigará su desconsuelo, máxime al enterarse de que su hermano del sur perdía el trono a los cuatro años de arrebatárselo. Dos sultanes desterrados para un imperio sin rey ni gobierno, forzosa sublevación del pueblo así engañado. Abdelaziz disfrutará de una mezquina victoria: vivir seis años más que Muley Hafid.

    Enlace a Wikipedia

  • Abd el-Jalek Torres
  • La Historia Trascendida - Abd el-Jalek Torres

    Melilla, 1913 / Madrid, 2004

    Dramaturgo, articulista y político, relevante líder del nacionalismo marroquí durante el Protectorado español. Proveniente de una familia tetuaní, “los Torres”, gentes ilustradas, de reconocida raigambre cultural y amplio crédito social, bien probado en el servicio, durante generaciones, al Majzén. Con diecisiete años, Torres marchó a Fez para estudiar en la Universidad Al Qarawiyyin, academia del saber donde se formaban las mejores luces de la filosofía, la literatura y el derecho magrebíes.
    Entre ese centro del conocimiento universitario —el primero del mundo en tal sentido, muy anticipado a las primeras universidades británicas, españolas, francesas e italianas—, con estudios prolongados, con posterioridad, en El Cairo, en la Universidad Al-Azhar, la más afamada del mundo árabe, invirtió siete años de su vida (1927-1934), licenciándose en Filosofía y Letras. En un entreacto de su formación, viaje a París, inscripción en la Sorbonne y siete meses de estudios (septiembre de 1931 - marzo de 1932). Sus estancias en Egipto, país y cultura que le fascinaban, combinadas con sus continuos viajes a Fez y Tánger —la primera, capital imperial reconvertida en ciudadela del sultanato francés; la segunda, cabeza de una diplomacia internacionalista culta, egoísta, prosaica y cínica, en apariencia “versátil”, pero en la práctica absolutamente inamovible— le aportaron serias dudas, que creyó superar con la amplitud de horizontes que le eran ofrecidos y su empeño requería: rescatar la independencia nacional perdida en 1912 y reunificar ambas zonas protectorales en una única patria marroquí. Todo ello en convivencia con el realismo inflexible del mundo colonial de su tiempo. Formidable desafío: ideales inalcanzables con renuncias instantáneas; posibilismos de larga duración con atrevimientos resueltos en un instante. Esa suma de fuerzas hostiles entre sí, abrumadoras en sus magnitudes, le llevaría a cometer un grave error, que cerca estuvo de figurar en su propia lápida, superpuesta a su proyecto reunificador de Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Abd el-Kader Tayeb, Ben Chiqri
    Ahmed El Hach
  • Abduna, Melilla, 1864 / 1950

    Afamado jefe de los Beni Sicar, cuya lealtad a España evitó la pérdida de Melilla en las sublevaciones de 1909 y 1921. Los Beni Sicar eran entonces —y son— la tribu dueña de la península de Tres Forcas, largo espolón embutido en el mar, cuyo flanco izquierdo mira a poniente, mientras el derecho se levanta ante poniente y, desde su posición, flanquea a Melilla, cercándola. De ahí su relevancia estratégica, que mantiene. Gibraltar alargado y amurallado por su condición semirrocosa, en una época donde el fusil gobernaba la política, podía hacer imposible la vida en Melilla y hasta la supervivencia misma de España en el Rif. Toda la plaza estaba a su alcance efectivo: siendo de mil metros y hasta de mil trescientos metros en ocasiones (siempre que no hubiese viento lateral o en contra), nadie hubiese podido moverse por las calles y plazas de Melilla con solo un centenar de tiradores apostados en las bancadas pétreas de Tres Forcas.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Abd el-Krim El Jattabi, Mhamed
  • Axdir, Alhucemas, 1896 / Rabat, 1967

    Dirigente político del Rif, caudillo de los normarroquíes frente a la alianza España-Francia. Estudiante de ingeniería de minas en Madrid (1917-1919), tuvo que abandonar sus estudios por las amenazas que su familia de Axdir recibía de linajes rifeños contrarios al avance colonial de España. Su aprendizaje del oficio de la guerra comenzó en junio-julio de 1921, cuando las tropas españolas padecieron consecutivos reveses: ocupación y pérdida del monte Abarrán; asedio y aniquilación de la guarnición sitiada en Igueriben; acoso al campamento de Annual y subsiguiente desbandada con la destrucción del ejército de Silvestre y el suicidio de este. Bien capacitado para el análisis y rápido en sus decisiones, también aprendió de los excesos y errores rifeños: de los primeros, la aniquilación de la columna Navarro sitiada en Monte Arruit, allí rendida y de seguido exterminada, hecatombe que él y su hermano Mohammed quisieron evitar sin conseguirlo.  De los segundos, los reveses sufridos en Drius,  Dar Quebdani y Tuguntz. 
    En 1922 se convirtió en jefe del Ejército del Rif, del que fue su organizador a la vez que su cabeza rectora en las difíciles campañas entre 1922 y 1925. En las operaciones de 1923, cuando la lucha quedó enquistada en las alturas de Tizzi Assa, con solo siete mil harqueños, manejándolos con inigualable habilidad a lo largo de una montuosa línea de frente de noventa kilómetros, no solo acertó a defenderse de un ejército español cinco veces superior en número, sino que de aquella línea de encarnizadas porfías hizo un muro infranqueable hasta el invierno de 1926. La sucesión de caóticas retiradas que, entre agosto y diciembre de 1924, impuso a la España primorriverista, primero en la Línea del Lau, después en tierras del Garb y de Yebala, lo fueron por sus acertadas decisiones tácticas.
    En 1925, en tres semanas –14 de abril al 6 de mayo–, derrotó por completo a la Francia de Lyautey en la Línea del Uarga y cerca estuvo de rendir Taza, lo que hubiese conllevado el corte de las comunicaciones desde Orán-Uxda hasta Fez-Rabat. En septiembre de 1925 ejecutó su golpe maestro: atacó las defensas españolas en el Gorgues con la intención de penetrar en tromba hasta Tetuán y tomarla al asalto, lo cual hubiera forzado el abandono de las cabezas de playa (Ixdain y La Cebadilla) en Alhucemas, el final del Protectorado español y la caída de la Monarquía alfonsina. La terca resistencia de la guarnición española de Kudia Tahar, rocoso nido de águilas a pocos km de Tetuán, se lo impidió.
    Llegada la hora de la derrota y del exilio, aceptó la primera con entereza (mayo de 1926), y, ante el segundo, siguió el destino de los Jattabi hasta la isla de la Reunión (Índico), donde permanecieron internados hasta abril de 1947, cuando les fue autorizado residir en Francia  Al ser informados en Port Said, el 31 de mayo, de que el rey Faruq I les concedía asilo en Egipto, su hermano mayor volvió a la escena internacional, pero él permaneció en un discreto segundo plano, sin por eso reducir su apoyo a la causa común.
        En 1963, tras fallecer Mohammed en El Cairo, Mhamed veló por los Jattabi con su mayor celo. Regresó a Marruecos en 1964 y eligió Rabat como su provisional residencia. Allí tramitó, como cabeza del linaje Jattabi, la laberíntica devolución de los bienes que le fueron embargados  por las autoridades españolas. Y allí esperaba todavía que le llegasen enseres suyos, que habría de dejar en la capital cairota cuando le sobrevino un ataque cardiaco. Fue internado en el hospital Avicena, pero nada pudo hacerse por su vida. Murió el 17 de diciembre de 1967. Su fallecimiento fue sobreseído por el Marruecos alauí, no por el Marruecos popular, sobre todo en el norte del país, donde se le consideraba un héroe  nacional y nítidas huellas subsistían de su rectitud moral y ecuanimidad. Su cadáver fue trasladado a Axdir y allí inhumado entre la aflicción y la veneración de su pueblo, los Beni Urriaguel. Allí sigue enterrado, de la misma manera que su hermano Mohammed continúa sepultado en El Cairo. Tantos sueños juntos para acabar en túmulos situados a los extremos septentrionales de África. Y es todo un símbolo: el devocionario cultural marroquí mantiene unidos a los dos hermanos desde el primer día de sus muertes.

  • Abd el-Krim El Jattabi, Mohammed
  • La Historia Trascendida - Abd el-Krim El Jattabi, Mohammed

    Axdir, Alhucemas, 1882 / El Cairo, 1963

    Jurista y periodista, profesor de lenguas arábigo-bereberes y estadista. Líder de la insurrección rifeña de 1921 y jefe del Gobierno del Estado Rifeño; autoproclamado emir del Rif en 1922; presidente de la República del Rif de 1923 a 1926. Tras derrotar a la España de Alfonso XIII en tres cruentas campañas (1921, 1923 y 1924), se atrevió con la Francia de Lyautey, atacándola en las líneas del Uarga en abril de 1925 e imponiéndola un durísimo castigo, sin lograr expulsarla de Fez. La alianza francoespañola, que él creyera imposible, hecha realidad por la intuición táctica del mariscal Pétain, le contraatacó con todas sus fuerzas, venciéndole en Alhucemas y el Alto Kert y obligándole a errática retirada que concluyó en Tizimuren, cerca de Targuist, territorio protectoral español, donde terminó rindiéndose, con su familia, a las fuerzas francesas del general Ibos. Desterrado a la isla de la Reunión, en el océano Índico, permaneció allí recluido veintiún años. En abril de 1947 se le autorizó a residir en Francia. El 31 de mayo, al hacer escala en Port Said el Katoomba, buque en el que le llevaban, custodiado, hacia Marsella, una estratagema de los líderes del nacionalismo marroquí (Allal el-Fassi, Mohammed Bennuna, Abdel Jalek Torres) le permitió desembarcar y acogerse al asilo del rey Faruq I de Egipto. Elegido presidente del Comité de Liberación del Magreb Árabe, recuperó su protagonismo internacional, que perdido parecía.
    Rechazó sucesivos ofrecimientos de Mohammed V, repuesto en el trono (1956), para que regresara a Marruecos, donde sería considerado «héroe del reino». Opuesto a que su regreso se efectuase cuando aún quedaban tropas españolas en suelo marroquí –la compleja retirada del ejército español concluyó en agosto de 1961–, volvió a mostrar su disconformidad hacia tales ceremonias aduladoras cuando le fueron reiteradas, en 1962, por el rey Hasan II, prueba evidente de que repudiaba los favores monárquicos. Durante su exilio en la capital cairota llevó una vida social activa, pero limitada por el deterioro de su salud. Su obra ideológica y social, el Estado del Rif, que él fundara y defendiera contra dos potencias europeas, fue la única estructura nacional emancipada, por sus propios habitantes y la firmeza de las convicciones de su líder, del mundo colonial de su tiempo.
    Su figura política es superior a la militar, la cual corresponde, íntegramente, a su hermano menor, Mhamed, el artífice de la tenaz resistencia (1921-1926) que las tribus del Rif y los demás países normarroquíes –Garb, Gomara y Yebala– plantearon primero a España y luego a Francia. Ese resistirse familiar de los Jattabi, que aglutinó en torno suyo a los puebpone los del norte de Marruecos, no ha sido así entendido ni valorado. A partir de 1962, cuando la Francia del general De Gaulle reconoce el derecho del pueblo argelino a su independencia, la opinión generalizada hizo de su patronímico («Abd el-Krim») el nombre de referencia que resume, en una sola personalidad, el triunfo de los movimientos insurreccionales contra el colonialismo. Hay un error grave en tal personalización exclusivista.
    El Rif fue liberado por una familia de resistentes, los Jattabi. Por lo que consiguieron, constituye la última dinastía de Marruecos electa sobre los campos de batalla, pero también en su retaguardia de guerra, asolada por los bombardeos aéreos. Esta dinastía de combatientes mantiene su legitimidad porque supo ser marroquí antes que rifeña. Alzada sobre el pavés de los actos legendarios, estos, siendo bien ciertos, pueden parecer aventuras, cuando fueron epopeyas. Con su ejemplo de patriotismo, los Jattabi emanciparon al Marruecos que ellos defendieron desde su exilio de treinta y siete años (1926-1963), que trasciende a tal limitación cronológica. El Magreb, los países del Nilo y de Oriente Próximo, incluso el Asia colonizada, tomaron como bandera ese modelo de resistencia, compromiso y empeño de una familia, no de una persona. Los Jattabi lucharon y sufrieron en bloque, hombres y mujeres, no su jefe y los demás, sino él con todos a la vez. Esa unidad de ideas y sangres fue su mayor fuerza. Los Jattabi integraron un ejército de voluntades, como lo ha sido siempre el Rif cuando lo agreden. Su diferencia es que lucharon por Marruecos. Por eso perdieron. Y en tan determinante y sacrificado nivel deben ser valorados.

    Leer la biografía completa en formato pdf

    Enlace a Wikipedia

  • Abd el-Malek Meheddin
  • Damasco, ¿? / Azib de Midar, 1924

    Seguidor del Rogui, más tarde oficial en el tabor de policía de Tánger. Durante la Primera Guerra Mundial levantó una harca oponiéndose a los franceses. Murió, en 1924, luchando a favor de España.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Aguirre de Cárcer, Manuel
  • La Historia Trascendida - Aguirre de Cárcer, Manuel

    Madrid, 1882 / 1969

    Escritor, editorialista y embajador de España. En 1904 ingresó en la carrera diplomática. Su primer destino fue en la Santa Sede, al que siguieron Lisboa y Tetuán. Formó parte de la Secretaría Particular de Alfonso XIII, al igual que su padre, el conde de Andino, jefe de estudios del monarca. Fue uno de los firmantes del Estatuto de Tánger en 1923. Ascendido a ministro plenipotenciario, en 1930 volvió a Tánger como cónsul general. Dejó pruebas de sus aciertos en una mayor cooperación entre las juventudes escolares de España y Marruecos y en su refuerzo de la concordia entre las tres religiones monoteístas. De sus trabajos en prensa —BC, Blanco y Negro, Madrid—, pasó a historiador y crítico literario. Su Glosa del año 23 (1944) es un ágil estudio sobre la dictadura primorriverista. Su autorretrato subsiste En el estilo de... (1945), obra de armadura quevediana, en la que reconstruye los modos de novelistas (Azorín, Baroja), dramaturgos (hermanos Álvarez Quintero) o periodistas (Camba). Su sentido del humor chocaba con su apariencia de “hombre adusto y aun hosco”, tal como le recuerda el embajador marqués de Tamarón (Santiago de Mora-Figueroa). Nunca repetirse, jamás aburrir y tener mano izquierda, virtudes de todo buen diplomático, las demostró con holgura. Nombrado para un puesto imposible, como era el de embajador ante el París del presidente socialista Vincent Auriol, supo ganarse a la nueva Administración en seis años (1947-1952) de equilibrios en el límite. Logró así recuperar el Colegio Español de París y reactivar la Cámara Española de Comercio. Sus “terceras” (páginas) en ABC fueron un modelo de cultismo, ingenio y lucidez.

  • Aizpuru Mondéjar, Luis
  • La Historia Trascendida - Aizpuru Mondéjar, Luis

    Ferrol, 1857 / Madrid, 1939

    En 1909 dirige, como teniente coronel, la columna que lleva su nombre. Una de sus unidades, el Batallón Disciplinario, planta su bandera en lo más alto del Gurugú (30 de septiembre), noticia que entusiasma a toda España. La reacción de los rifeños hace inviable su defensa y Aizpuru recibe orden de retirarse. Marina no informa de su decisión a Linares, ministro de la Guerra, pues lo que pretende es rodear el Gurugú para atacarlo de revés. Aizpuru aprende de Marina. Con un matiz: el uso del tiempo no debe servir para disimular fracasos. Al relevar Jordana a Marina en Tetuán, Aizpuru llega a la Comandancia de Melilla. Siguen cinco benéficos años: se inauguran escuelas, dispensarios, carreteras y puentes. En ese horizonte de concordia se cruza un grave error: Mohammed Abd-el-Krim, primogénito de Abdelkrim el Jattabi, es apresado. Aizpuru escribe a Jordana para que libere al preso. Jordana se niega. No soporta el cautivo verse recluido en una celda de Cabrerizas Altas y decide escaparse. Su fuga (23 de diciembre 1915) acaba en brutal caída, fractura en una pierna y cojera de por vida. Su inquina contra la política española será permanente. Cuando García Prieto forma sus últimos gabinetes (1922-1923) lo quiere como ministro. No puede impedir la involución primorriverista, sí contener intentos desmedidos en unos y otros. Llegado otro desastre en Marruecos, Primo de Rivera lo nombra alto comisario. Doce meses (octubre de 1924-octubre de 1925) de zozobras en los que reconfirma su valía. En 1936 lo detienen, pero lo dejan en libertad tras ser reconocido por uno de sus soldados africanos. Fallecerá de hambre (31 de marzo de 1939) en su casa de Madrid a los tres días de haberse rendido la capital republicana.

  • Alfau Mendoza, Felipe
  • La Historia Trascendida - Alfau Mendoza, Felipe

    Santo Domingo, República Dominicana,
    1848 / Tetuán, 1937

    Como tantos otros antillanos españoles, sufrió las vicisitudes de toda patria que ve alterada, por ideologías encontradas, la esencia de su función: reunir, nunca dividir. Ascendió a brigadier en 1908 y en 1910, siendo divisionario, fue nombrado comandante general de Ceuta. Un destino honroso y tranquilo que dejó de serlo en los dos años que estuvo al frente. Causas: los manejos colonialistas del conde de Romanones, ministro del Gobierno Canalejas. Romanones se sirvió de Tomás Maestre, catedrático de Medicina y senador, para intrigar cuanto le vino en gana en un Marruecos independiente y, sobre todo, inocente. Alfau y Maestre congeniaban, pero el militar obedecía órdenes del ministro de la Guerra (Aznar), mientras que el científico se debía a su conciencia. Maestre habló con jefes yebalíes y diplomáticos españoles, comprobó la anarquía reinante, se inquietó por la violencia con que Silvestre replicaba a la rebeldía de El Raisuni y aconsejó prudencia. Alfau le daba la razón, de ahí no podía pasar. Sucesor del asesinado Canalejas, Romanones recomendó su ascenso a teniente general. Alfau supo así que tendría que jurar en falso. Con gran ostentación de amistades, las tropas españolas se presentaron en Tetuán y la tomaron por sorpresa (19 de febrero de 1913). Fue un acto de deslealtad y guerra. No hubo guerra pero Alfau vio mancillada su palabra. Romanones lo recompensó (13 de abril) con la Alta Comisaría. Aguantó cinco meses y, en cuanto pudo (11 de agosto), se despidió del señor conde. Lo aguardaba el mando de la IV Región (Cataluña) y las Juntas de Defensa.

  • Alfonso XIII
  • La Historia Trascendida - Alfonso XIII

    Madrid, 1886 / Roma, 1941

    Una educación conventualista y materno-proteccionista asfixió su infancia y desenfocó su concepción de la realidad. Siempre estuvo en falta de un padre educador. Tras ser coronado rey (mayo de 1902) con diecisiete años, tan prematura madurez mostró inequívocos signos de adolescencia en su indignación al enterarse de que doña Victoria Eugenia portaba el virus hemofílico y sus hijos varones lo padecían, recurriendo él al adulterio como castigo a una reina muda en lugar de solicitar la anulación papal (que Pío X le hubiese concedido) de su matrimonio; imponer a sus favoritos, fuesen militares o no, en cuarteles generales, ministerios o embajadas; llevar su militarismo solidario hasta el extremo de anteponer, en 1905 (Ley de Jurisdicciones), el fuero militar sobre el civil; claudicar, en 1917, ante el bonapartismo asambleario de las Juntas de Defensa; extorsionar al Estado que agusanó al ejército; empeñarse en recuperar para España “su rango de gran potencia”, para lo que movilizó cuantos recursos y quintas hicieran falta a fin de doblegar Marruecos en vez de tenderle su mano protectoral. Soñó con un imperio africano para su patria, cuando lo que España necesitaba era un imperio moral y social. Él mismo dio ejemplo, en 1914, al abrir brecha en los muros imperiales con su neutralismo combativo en favor de los prisioneros y desplazados en la Gran Guerra. Hasta 1919 supervisó una tarea descomunal: atender a cuatro millones de cautivos repartidos desde el Rhin a los confines del Danubio. Lo hizo convencido de que así anulaba el bizantinismo de ministros y partidos políticos. Fue un acierto rotundo. Su obra, la Oficina Pro Captivis, representa lo mejor de su persona y la cúspide ética de España. Frente a las tragedias de 1921, su estupor le llevó a una parálisis total: no fue a Melilla; no se presentó ante el Congreso; no habló a los españoles; no contestó a las familias de los desaparecidos. Aceptó con gran alivio la dictadura, apartándose de Primo de Rivera para salvaguardar su credibilidad. Y luego hizo su vida: en Arcachon, Biarritz, Deauville. Fue rey abdicado desde 1923 a 1930. Abiertas las urnas de abril, admitió su mandato y partió.

    Enlace a Wikipedia

  • Alonso Estringana, Francisco
  • Repertorio biográfico y emocional - Alonso Estringana, Francisco

    Madrid, 1878 / Benejama, 1944

    Coronel del arma de Caballería, condecorado con quince cruces del Mérito Militar con distintivo rojo y recompensado con dos ascensos por méritos de guerra, fue uno de los militares de mayor consideración y prestigio en el Ejército de África (periodo 1909-1930). Fue un personaje clave en la Oficina Española de Asuntos Indígenas donde desempeñó los cargos de capitán de mía de Policía Indígena (más tarde interventor en las renombradas Intervenciones Militares Jalifianas).

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Alzugaray y Goicoechea, Emilio
  • Pamplona, 1880 / cercanías de Toulouse, 2 de enero de 1944

    Ingeniero militar. Participó en las campañas de pacificación. Proyectó numerosos edificios en la ciudad de Melilla y alrededores. Durante la Guerra Civil participó en la defensa de Madrid, mandando un cuerpo de ejército.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Álvarez-Buylla Godino, Arturo
  • Repertorio biográfico y emocional - Álvarez-Buylla Godino, Arturo

    Oviedo, 1895/Ceuta, 1937

    Militar de artillería y aviador. Participó en las campañas de pacificación. Director general de Navegación y Transportes Aéreos. Secretario general de la Alta Comisaría y alto comisario en funciones en julio de 1936.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Amezzián, Sidi Mohammed
  • La Historia Trascendida - Amezzián, Sidi Mohammed

    Segangan, ca. 1865 / Alal-u-Kaddur,
    Rif Oriental, 1912

    Nacido al pie del Gurugú, vértice de exigencias para todo patriota rifeño al señalarle su obligación: expulsar a los rumi (cristianos) o cerrar el paso a todo poder extranjero, fuesen ejércitos europeos o del sultán reinante en Fez. Amezzián se hizo hombre al resistir como pocos al medio natural de su patria y destacar entre los demás frente a la debilidad connatural al ser humano, unas veces tirano y otras esclavo de otros. Su fe y fortaleza provenían de su familia, modestos jerifes, aureolados de santidad y tenacidad, como rectores de la zauía (cofradía religiosa) de Segangan, diminuta capital de los Beni Bu Ifrur. Esta gran tribu, dueña de las minas del Rif, origen económico-industrial de dos grandes guerras para hacerse con su posesión, confiaría a Amezzián la dignidad y seguridad de sus hombres, a los que llevó a la victoria o la muerte, apartándoles así de la esclavitud.

    Leer la biografía completa en formato pdf

    Enlace a Wikipedia

  • Angoloti y Mesa, Carmen
  • La Historia Trascendida - Angoloti y Mesa, Carmen

    Madrid, 1875 / 1959

    duquesa de la Victoria. Reformadora de la asistencia hospitalaria y la enfermería de campaña. Su título provenía de su matrimonio con Pablo Montesino Fernández-Espartero, sobrino-nieto del célebre militar. En 1914 puso su esfuerzo y dinero para terminar el hospital de San José y Santa Adela, en Madrid, centro pionero de la Cruz Roja Española (CRE). Para llevar a buen fin su empeño contó con la ayuda de la reina Victoria Eugenia. Desde entonces mantuvieron una firmísima amistad. Dos grandes médicos militares, los doctores Nogueras y Luque, aportaron su ciencia y tesón. En agosto de 1921, enterada de que Arruit y Melilla se hallaban bajo asedio, reunió un animoso grupo de enfermeras voluntarias. Al desembarcar en la plaza sitiada se enfrentaron a una catástrofe sanitaria: hospitales colapsados por heridos graves y lisiados; carencias vergonzosas en higiene, instrumental y personal cualificado; irrespetuosidad ante los moribundos e irresponsabilidad generalizada. En un mes, pese a las tortuosidades del coronel Francisco Triviño, jefe de Sanidad, del caos melillense logró alzar una ciudad de urgencias: clasificación de los ingresados por sus heridas, no por sus grados militares; turnos quirúrgicos renovados; control estricto de los posoperatorios; cambio radical en la alimentación; vigilancia exhaustiva de la limpieza. En octubre, las actas del Congreso y del Senado rebosaban de alabanzas a lo conseguido en el Rif por esta mujer extraordinaria, que no dudó en montar hospitales de vanguardia, jugándose la vida bajo los disparos de los pacos (tiradores emboscados). Cuando falleció, solo cuatro personas más en todo el mundo poseían la selecta Medalla Florence Nightingale (por la enfermera británica en la guerra de Crimea). Hasta poco antes de morir dirigió la red de los veintisiete hospitales de la CRE.

  • Arafa, Mohammed ben
  • Repertorio biográfico y emocional - Arafa, Mohammed ben

    Fez, 1886 / Niza, 17 de julio de 1976

    Miembro de la familia real marroquí, experto jurista. Tras la deposición de Mohammed V, se plegó a las presiones francesas aceptando sustituir como sultán a su sobrino nieto. Tras la vuelta de este se exiló a Francia, donde murió.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Arenas Gaspar, Félix
  • Repertorio biográfico y emocional - Arenas Gaspar, Félix

    Puerto Rico, 1891 / Monte Arruit, Marruecos, 1921

    Militar formado en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Aviador y piloto de globos. Combatiente en Marruecos, falleció durante la retirada a Monte Arruit, recibiendo por su heroísmo la Cruz Laureada de San Fernando.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Arévalo Capilla, Rafael
  • Málaga, 1890 / Barcelona, 1973

    Intérprete, interventor, profesor de árabe e inspector de enseñanza.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Arques Fernández, Enrique
  • Málaga, 1885 /1970

    Periodista, escritor, responsable de los servicios de prensa y africanista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Arsalan, Shakib
  • Repertorio biográfico y emocional - Arsalan, Shakib-->

    Líbano, ¿1869-1871? / 1946

    Intelectual panarabista y nacionalista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Asensi Rodríguez, Francisco
  • Repertorio biográfico y emocional - Asensi Rodríguez, Francisco

    El Ferrol, La Coruña 1886 / Hassi Uenzga, Marruecos, 1921

    Capitán de la 1ª compañía del 1er batallón del Regimiento de África n.º 68. En el Desastre de Annual tuvo un singular protagonismo durante la retirada de la columna de Zoco el- Telatza hacia la zona francesa, al proteger con su sacrificio el paso de la columna a través del desfiladero de Maachen. Consiguieron salvarse casi quinientos hombres siendo la única columna móvil del general Fernández Silvestre que no fue totalmente destruida.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Asensio Cabanillas, Carlos
  • Repertorio biográfico y emocional - Asensio Cabanillas, Carlos

    Madrid, 1896 / 1970

    Militar de Infantería. Participó en las campañas de pacificación. Teniente general, alto comisario, ministro del Ejército, jefe del Alto Estado Mayor, capitán general de Baleares y jefe de la Casa Militar de Franco. Procurador en Cortes.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Bacaicoa Arnaiz, Dora
  • Repertorio biográfico y emocional - Bacaicoa Arnaiz, Dora

    Buenos Aires, Argentina, ? /Málaga, 2001

    Profesora, escritora y bibliotecaria.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Barreiro Álvarez, Manuel
  • Repertorio biográfico y emocional - Barreiro Álvarez, Manuel

    Bayona, Pontevedra, 1880 / 1940

    General del Arma de Ingenieros. Piloto de globo y aeronave. Precursor de la aviación española. Herido de gravedad en acción de guerra, fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Basallo Becerra, Francisco
  • Repertorio biográfico y emocional - Basallo Becerra, Francisco

    Córdoba, 1892 / Zaragoza, 1985

    Sargento del Ejército español. Defensor de la posición de Dar Quebdani y prisionero de Abd el-Krim.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Battenberg, Ena de (Victoria Eugenia)
  • La Historia Trascendida - Battenberg, Ena de (Victoria Eugenia)

    Balmoral, Escocia, 1887 / Lausana, Suiza, 1969

    Su primer nombre lo fue por su abuela, la reina Victoria; el segundo por su madrina, la exemperatriz Eugenia; pero familiarmente siempre se la conocería por el último: Ena. Su matrimonio con Alfonso XIII fue un enlace estratégico, no una unión marital equilibrada, por cuanto la pasión inicial dejó atropellado paso a los devaneos extraconyugales del rey y a su desesperación por la herencia hemofílica que transmitiese a sus hijos varones a excepción del tercero, el infante don Juan. La severidad (a menudo hostilidad) que recibiese de la reina doña María Cristina, con su séquito de damas tan altivas que parecían archiduquesas, la llevaron a volcarse en tareas humanitarias o de mecenazgo y viajar al Reino Unido para estar con su familia. La heroica muerte del menor de sus hermanos, el príncipe Maurice (Yprès, octubre 1914), más el fallecimiento del segundo (príncipe Leopold) a raíz de una intervención quirúrgica (Londres, abril de 1922), la volvieron más distante y desafiante ante las continuas infidelidades de su esposo. El atraso sanitario español y la dureza extrema de la lucha en Marruecos la impulsaron a laudables iniciativas suyas: la Liga Antituberculosa y el Instituto de Reeducación para Mutilados. La caída de la monarquía le permitió exponer, en público, una ruptura que duraba veinte años. Su marido escapó de Madrid en la noche del 14 de abril; ella se marchó en pleno día y nadie la molestó. Afrontó con entereza la pérdida de dos de sus hijos en accidentes de automóvil: en 1934 el Infante Gonzalo en Krumpendorf (Austria) y en 1938 su primogénito, Alfonso, en Miami (Florida). En su exilio helvético recuperó las ganas de vivir. En febrero de 1968 regresó a España para asistir al bautizo de su bisnieto, el príncipe Felipe. Cientos de madrileños la vitorearon al salir del palacio de Liria, donde se hospedaba. Hermosa a sus ochenta y un años, exhibía una rebelde felicidad: representaba la libertad excarcelada. Volvía a ser Ena. Catorce meses después fallecía en Vielle Fontaine, su refugio final.

    Enlace a Wikipedia

  • Beigbeder Atienza, Juan Luis
  • La Historia Trascendida - Beigbeder Atienza, Juan Luis

    Cartagena, 1888 / Madrid, 1957

    Diplomático y estadista. Siendo comandante de Estado Mayor, fue designado, en noviembre de 1918, ayudante del ministro de la Guerra, Berenguer. Desde ese puesto fue testigo de los aciertos y desaciertos que culminaron en la hecatombe de Arruit. Acompañó a Berenguer en sus viajes de inspección al Rif, por lo que conocía bien a Silvestre y sus oficiales. Sabía cuáles eran sus posibilidades e intuía sus límites. Tras la dimisión del encausado Berenguer en 1922, ocupó destinos en la Capitanía de Canarias, que combinó con sus estudios en l'École Supérieure de Guerre, en París. En 1928 fue nombrado agregado militar en Berlín, con jurisdicción sobre Praga y Viena. Se mantuvo en tan privilegiada atalaya hasta 1934, por lo que fue testigo de la irrupción del Tercer Reich. Las relaciones que allí formalizara le permitieron atreverse con empeño tan audaz como su neutralismo proaliado (Reino Unido y Estados Unidos) en cuanto Franco lo nombró, en agosto de 1940, ministro de Asuntos Exteriores. Al comenzar el Alzamiento Nacional tuvo el coraje de oponerse al general Orgaz, alto comisario. El 13 de marzo de 1937, siendo todavía teniente coronel, relevó a Orgaz en la Alta Comisaría. Su amistad con Abdel Jalek Torres —a quien salvó la vida— y Sidi Ahmed el Ganmia, gran visir, fue decisiva para mantener el flujo de los alistamientos normarroquíes. Prometió la plena autonomía a ese Marruecos pobre, leal y sacrificado a España pese al autoritarismo de esta. Ochenta y dos mil hombres lo creyeron. Nada podía él garantizarles, pero sus gestos bastaron. Y los guerreros del norte, los mejores que jamás conociera África, partieron a luchar y morir en los campos de batalla peninsulares por aquel imposible.

    Enlace a Wikipedia

  • Benítez y Benítez, Julio
  • La Historia Trascendida - Benítez y Benítez, Julio

    El Burgo, Málaga, 1878 / Igueriben,
    Rif Central, 1921

    El Burgo, Málaga, 1878 / Igueriben, Rif Central, 1921 Modelo de militares. Sin cumplir los dieciséis años ingresa en la Academia de Infantería y, acogiéndose al denominado “Plan Abreviado” (dos años de estudios), consecuencia de las elevadas pérdidas en oficiales a raíz de la reactivación de las guerras por Cuba y Filipinas, en julio de 1896 sale de Toledo como segundo teniente. Marcha destinado al regimiento Aragón, nº 21, en Lérida.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Bennuna, Abdesalam
  • Tetuán, 1888 / Ronda, 1935

    Nacionalista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Bens Argandoña, Francisco
  • La Habana, 1867 / Madrid, 1949

    Militar de Infantería. Tras la separación de Cuba fue destinado a la colonia del Sáhara, donde permaneció hasta su ascenso a coronel sentando las bases de la presencia española en la zona sur del Protectorado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Berenguer Fusté, Dámaso
  • La Historia Trascendida - Berenguer Fusté, Dámaso

    San Juan de los Remedios, Cuba,
    1873 / Madrid, 1953

    Reorganiza las Fuerzas Indígenas en 1911, llevándolas al triunfo en 1912 sobre la Línea del Kert. Son los Regulares, desde entonces, asociados a su nombre. Coronel en 1912, general de división en 1918 y ministro de la Guerra con los gobiernos liberales de García Prieto y Romanones. La fulminante muerte de Jordana en su despacho de la Alta Comisaría lo llevará a Tetuán. El 25 de enero de 1919 es designado alto comisario. Consciente de la trascendencia que Alfonso XIII otorga al dominio de Marruecos, plantea consecutivas exigencias al rey para reforzar sus prerrogativas. Desde lo coherente —llevar la iniciativa en las operaciones, aprobar los planes de campaña—, deriva hacia lo obsesivo al reclamar la jefatura suprema de los servicios de Información, su intervención en el uso de los fondos destinados a obras en campaña y el control de todas las informaciones radiotelegráficas y telefónicas. Culminará sus propósitos al conseguir de Alfonso XIII (Real Decreto del 1 de septiembre de 1919) que las funciones de alto comisario y general en jefe del Ejército de África recaigan en su persona. Ningún militar, ni español ni francés, acumuló tanto poder en el mundo colonial. Pero a tantos poderes, iguales responsabilidades. Picasso y Ayala auditaron los hechos y las consecuencias de su mandato en 1921. En modo alguno era aceptable que un ejército y un territorio se perdieran y de tal desastre solo respondieran los subordinados de quien todo lo dirigía y sabía. Y fue encausado. Amnistiado en 1924, Alfonso XIII le confiará el poder en 1930. Aquel penúltimo Gobierno de la monarquía se fusiló a sí mismo al no aplicar clemencia a los militares republicanos sublevados en Jaca.

    Enlace a Wikipedia

  • Bermúdez de Castro y O’Lawlor, Salvador, segundo marqués de Lema y segundo duque de Ripalda
  • Repertorio biográfico y emocional - Bermúdez de Castro y O’Lawlor, Salvador

    Madrid, 1863 / 1945

    Abogado y político español del partido conservador. Diputado, alcalde de Madrid y varias veces ministro de Estado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Bertuchi Nieto, Mariano
  • Repertorio biográfico y emocional - Bertuchi Nieto, Mariano

    Granada, 1884 / Tetuán, 1955

    Pintor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Blanco Izaga, Emilio
  • Orduña, Bizkaia, 1892 / Madrid, 1949

    Arquitecto, dibujante, etnógrafo y militar. Se gradúa (1913) con la XVII promoción de la Academia de Infantería, conocida como Promoción Muñoz Grandes, su compañero de estudios, al igual que Capaz. En abril de 1914 es destinado a Marruecos. En Arcila y Larache se encuentra con la guerra de guerrillas que El Raisuni y Silvestre han abierto. Crítico ecuánime, señala las deficiencias del mando español y la anárquica impavidez del harqueño. Duerme poco, come mal y se desespera. Empieza un diario y abre sus Cuadernos de campo: casas y gentes, panorámicas y vértices topográficos. Cumple dos años de servicios en campaña y vuelve. En 1919 asciende a capitán. En 1920 ingresa en la Escuela Central de Gimnasia, obra magna del general Villalba, de quien será sobresaliente discípulo. Profesor a su vez, convence, exige y moviliza. Y a su clase se la lleva hasta los riscos de Gredos: marchas de trece horas con desniveles del 60%. De sus alumnos hace futuros jefes de harca. Su proyecto Colonia Indígena de Montaña, simbiosis de castro romano y cooperativa agrícola integrada por voluntarios —con ellos constituirá la única Mejaznía de Esquiadores (Ketama, 1928-1929)—, determina su destino en cuanto el general Goded lo aprueba. De Toledo a Punta Pescadores, en el País de los Senhaya: seis tribus a las que gobernar, veinte mil personas a las que honrar o amotinar. Y las hace suyas. Entre abril y julio de 1927 se mueve por territorio Capaz, por el que este se internase un año antes. Terminada la guerra, guerrea él con su técnica, hasta poseerla. El paisaje se le entrega; sus pobladores también, que posan para él sin reservas. En el Islam no se tolera a los fotógrafos, pero un acuarelista o pintor es cosa humana porque interpreta al hombre, no le copia y por eso mismo no le ofende. Su fama le lleva de mando en mando: con los Beni Ammart (1930), Bocoya (1932) y Beni Urriaguel (1934). En 1935, al ascender a comandante, ya tenía otra estrella de ocho puntas: La Vivienda Rifeña (Ceuta, 1930). Libro-exhibición de perfiles, volúmenes y personajes, insertados en su entorno no para decorarlo, sí para certificarse unos a otros en su voluntad de permanencia. Entrada España en guerra, el Rif a ella va. Altivo, hambriento y pobre, precisa de soldada y sin pelea se muere. Blanco Izaga guarda la retaguardia de la España nacional con tal acierto que ningún fusil se alza contra Franco (quien le felicita dos veces). Publica La Ley Rifeña (Ceuta, 1939), su obra cumbre. Monumento al derecho consuetudinario, fecundado en familias y linajes, alianzas y facciones, herencias y propiedades, asambleas democráticas, bodas y descendencias; sometimiento de la mujer pero derecho de esta a “insurreccionarse” contra los abusos del marido; turnos para pescar, regar y cosechar; multas por embrujar, hurtar, malherir o matar; lugares para mercadear o nunca entrar (zocos de mujeres). En junio de 1940, ascendido a teniente coronel, sueña con un Rif dignificado y emancipado frente a una Europa abatida y ciega de iras, con una España que trascienda el mundo de beligerancias que la asedia. Decide edificar una señal, un faro de gestas que proclame la resurrección de la dignidad y el coraje del hombre rifeño. El sitio lo tiene decidido: una colina abrupta, a sus pies las vegas del Alto Nekor; en los flancos, montañas a mares; en lo alto, el cielo inacabable. Y en 1941, en Arbaa de Taurirt, surge lo que parece un castillo aragonés sin serlo o una alcazaba zeluaní sin parecerlo. El arquitecto ha construido en el aire, pero abrazado a la roca amante: según subía la colina, así cogía altura su obra, coronada por una torre de recogimiento y resistencia. No es una kasbah de las que bordean el curso del Draa, es una rojiza rábida, fortaleza de la fe. Brotan las insidias. Orgaz, alto comisario, cede y le designa secretario general para Guinea Ecuatorial. No es una promoción, es un apercibimiento. En febrero de 1942 marcha a su destino. Ocho meses después vuelve. Demacrado, exhausto, ulceroso. Siguen tres años de nombramientos —en Asuntos Indígenas e Inspección de las Fuerzas Jalifianas— y en agosto de 1945 es destinado a Madrid. El burocratismo de la capital le abruma y mata. Cuando le ascienden a coronel (marzo de 1948) le quedan trece meses de vida. Si le hubiesen dejado retornar al Rif hubiese revivido, quién sabe si más allá de 1956. Fue español-rifeño-español, pero el emparejamiento final le fue vetado. Pese a ello murió como un rifeño. Y así volvió a ser vizcaíno y español. Blanco Izaga fue modelo de milicia a fuerza de ser un militar africano. Todo le atraía e investigaba en el Rif: su pujante ritualidad y el sincretismo de su lenguaje de signos; sus tierras reacias a dar fruto frente a la fertilidad solidaria entre ancianos, hijos y nietos, pues a ningún abuelo rifeño le faltará ayuda familiar y el respeto de la comunidad, por enfermo o impedido que esté; el horizonte de sus montañas y sierras sin fin y sin árboles la mayoría; sus altísimos cedros ketamíes y el azul cobalto de sus cielos únicos; sus apasionamientos tribales a la par que su jurisprudencia equilibrada; su lucha por el agua y por la libertad (sendos manantiales de escaso caudal histórico); su firme defensa de la tradición, enlazada con su curiosidad por los nuevos signos de la modernidad: la electricidad, el teléfono, el cine y la radio. Estos bienes, poco a poco extendidos, se conciliaban con las mejoras colectivas: escuelas e institutos; dispensarios médicos y asistencia social; carreteras y trenes; mezquitas rurales, porque el sultanato no edificaba mezquitas en pleno campo; pistas y puentes; puertos y aeropuertos; granjas agrícolas para formar agricultores sistemáticos, y el sistematismo de la agricultura de la paz junto con el mayor respeto a la idiosincrasia del hombre rifeño. La Francia de Lyautey no lo hubiese hecho: basta recordar el represivo Dahir Bereber de 1930. El Rif, de no haber atacado a Francia en abril de 1925, hubiese sido abducido por Lyautey, Francia acechante en sí. Y de los hermanos Abd-el-Krim no se hubiese vuelto a hablar, porque a la Francia republicana, imperial entonces (lo sería hasta 1958, cuando De Gaulle fue plebiscitado por el ejército y el pueblo), no se le hubiesen escapado dos prisioneros de Estado con sus respectivas familias. En el ámbito militar español, Larrea, Capaz, Beigbeder y Goded, pero también Aizpuru, Burguete, Morales y García-Valiño fueron blancoizagadistas en muchos de sus empeños. El referente pretendía más: hacer del Rif un feudo de la hidalguía y dignidad norteafricanas, un gigantesco cuartel de soldados veteranos y cooperativistas agrícolas a la par; un país-ejército temible; una sociedad confederada y siempre alerta, un pueblo seguro de sí sin pretender más conquistas ni tolerar otras nuevas. Las primeras olvidadas las tenía, las segundas eran parte intrínseca de sus cantares de gesta: imponer miedo y respeto a cualquier sultán, zarandear a España y asustar a Francia, admirar al Reino Unido y mantener lejos a Alemania. Al Rif le faltaba ser independiente, pero aunque esa puerta máxima no pudo abrirla, garbíes y gomaríes, rifeños y yebalíes y, por extensión, todos los normarroquíes, eran libres desde mucho antes de 1956. Ahora sueñan con la independencia de la justicia, con un reparto proporcional de la riqueza nacional, con una sociedad más justa y más libre sin dejar de ser parte de Marruecos-nación. Costismo en el Rif, españolismo en Marruecos. Si hubo un Rif aragonés con Joaquín Costa, lógico fue que surgiese una Yebala española con Blanco Izaga, que es Bizkaia. España y el Rif, hermanos de sangre y padres de un futuro compartido.

  • Bowles, Paul
  • Repertorio biográfico y emocional - Bowles, Paul

    Nueva York, 1910 / Tánger, 1999

    Escritor y compositor norteamericano.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Burguete Lana, Ricardo
  • La Historia Trascendida - Burguete Lana, Ricardo

    Zaragoza, 1871 / Valencia, 1937

    Tratadista e ideólogo militar. Capitán laureado de San Fernando por su bravura en la defensa de Managuaco, en la Cuba de 1895. Teniente coronel en 1909, enterado de que el legendario Ibáñez Marín ha muerto en la batalla, abandonado por los suyos, asume el mando del abatido batallón de Figueras, lo enardece con su oratoria y lo conduce a la victoria en Beni Bu Ifrur. En 1913 es ya brigadier. Recorre los frentes de la Gran Guerra, estudia las operaciones y saca osadas conclusiones que vierte en sus escritos. En 1918 asciende a general de división. Culto y carismático, sus conferencias y publicaciones fascinan a civiles y militares. Al dimitir Berenguer, Maura y Cierva le confían la Alta Comisaría. Queda asombrado ante los errores consentidos, no solo los cometidos. Traza una nueva estrategia: la reorganización del Ejército y la reapertura de las negociaciones con El Raisuni constituyen los pilares de su plan. El deterioro de la situación militar y la parálisis estatal lo fuerzan a dimitir. En 1931 es el número uno del escalafón de tenientes generales y presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina. No está por el rey, sino por España. En 1933 fallece su laureado hijo Ricardo, capitán aviador, de resultas de las heridas sufridas en 1924. Preside la Cruz Roja Española. Al estallar la Guerra Civil, sus otros hijos, Luis y Manuel, oficiales ambos, quedan en territorio franquista. Son detenidos y llevados a juicio. El general Queipo de Llano no les concede clemencia y ordena su fusilamiento. Poco antes de morir, Burguete hace pública una estremecedora carta suya en la que denuncia la cobardía, insania y vileza del verdugo que acaba con él al matar a sus últimos hijos.

  • Cabanellas Ferrer, Miguel
  • La Historia Trascendida - Cabanellas Ferrer, Miguel

    Cartagena, 1872 / Málaga, 1938

    Combate en Cuba, pero su fama surge en Marruecos. En 1917 es coronel en excedencia de las tropas jalifianas. En 1919 asciende a brigadier. Queda en Madrid en situación de “disponible”. Cuanto sucede tras el suicidio de Silvestre fuerza su movilización. Puesto al frente de una columna opera siempre en vanguardia. Sus fuerzas son las primeras en reocupar Zeluán. La carta que allí escribe (14 de octubre de 1921) contra las Juntas de Defensa, ante medio millar de cadáveres momificados, lo hace muy popular a la par que le acarrea un sinnúmero de enemigos. Entra en Monte Arruit y asume el encargo de enterrar al ejército allí insepulto. En 1922 reconquista Drius y recupera todo el Rif Oriental, incluida la Línea del Muluya. Vuelve a Madrid y queda otra vez “disponible”. De improviso se acuerdan de él, concediéndole el rango de divisionario. Otros le recuerdan de distinta forma, por lo que le envían a Mallorca como gobernador. Primo de Rivera firma, en 1926, su pase a la Reserva. La República reconoce sus fidelidades —sus conspiraciones también— con destinos de corta duración. En julio de 1936 está al mando en Zaragoza. No puede impedir que detengan, en su despacho, a Núñez del Prado, amigo suyo e inspector de la Aeronáutica, al que fusilan. Convocado a Junta de Jefes en Burgos, los sublevados lo elegirán (24 de julio de 1936) como “presidente” al ser el general más antiguo. El 21 de septiembre la candidatura de Franco, a la que él opone su abstención, es aprobada por unanimidad. Franco apunta el desaire y lo nombra inspector del Ejército en un país en guerra donde cada general se siente un caudillo y no tolera inspecciones de nadie. Evita algunas barbaridades y, exhausto, muere.

    Enlace a Wikipedia

  • Canalejas y Méndez, José
  • La Historia Trascendida - Canalejas y Méndez, José

    Ferrol, 1854 / Madrid, 1912

    Líder de una democracia social, muy superior al encorsetado liberalismo de su época. Formado en las filas liberales con Cristino Martos, desde 1881 fue diputado electo por Soria. Se hizo famoso como editor del diario Heraldo (de Madrid) a raíz de su viaje por Cuba y Estados Unidos en 1897, culminado en sus lúcidas cartas a Sagasta, previniéndole sobre el poderío de la armada estadounidense y la inviabilidad de retener Ultramar desde posiciones frentistas, cara al coloso americano, e inmovilistas ante las libertades públicas exigidas por el pueblo cubano. Repetidas veces ministro con Sagasta y Montero Ríos, la caída del Gobierno Moret, en febrero de 1910, lo llevó a la presidencia del Consejo. No dudó en aplicar enérgicas medidas de higiene estructural e ideológica: abolición del impuesto de consumos e implantación del servicio militar obligatorio. Su anticlericalismo no era anticristianismo, sino un límite consecuente (Ley del Candado) a los excesos de las congregaciones religiosas. Ante el desafío colonial que Marruecos conllevaba, a los odiosos abusos de Francia en Fez (1911) replicó con sus órdenes a Silvestre para ocupar Larache sin efusión de sangre. Tuvo siempre claro que si el Protectorado no debía ser una conquista por la fuerza, tampoco podía derivar en un drama para las familias españolas ni en una ruina para el erario público. Afrontó la guerra del Kert (1911-1912) y una secuencia de torpezas militares, de las que su correspondencia con el general García Aldave prueban su firmeza crítica y estricto sentido de la responsabilidad en el Parlamento. Cuando la paz reinaba en el Rif y él cavilaba sobre los Acuerdos con Francia, la mano cobarde de Pardiñas puso fin a su vida, matando así al mejor reformismo español desde los tiempos de Prim.

    Enlace a Wikipedia

  • Capaz Montes, Osvaldo Fernando
  • La Historia Trascendida - Capaz Montes, Osvaldo Fernando

    Puerto Príncipe, Cuba, 1894 / Madrid, 1936

    Arquetipo de militar africano. Dio prioridad a la Nación, al Estado y al Ejército (por este orden). Su experiencia bélica reforzó su ideario: convencer al enemigo y convertirlo en aliado. En mayo de 1926, rendido Abd-el-Krim, pero invicta la insurrección en Gomara, Yebala y el Rif Occidental, presentó su plan ante el único que podía autorizarlo: Sanjurjo, general en jefe y alto comisario. Sanjurjo quedó absorto ante lo que le proponía aquel atrevido comandante: lanzar una columna de ochocientos normarroquíes y treinta y tres oficiales, sin artillería, con el propósito de alcanzar el corazón de la rebeldía y unir las dos zonas del Protectorado. Sanjurjo no sopesó las posibilidades de Capaz. Confió en él. Y el 12 de junio, en Cala Iris, dio comienzo la epopeya. Los de Capaz hicieron marchas de sesenta kilómetros en un día subiendo y bajando montañas; sufrieron emboscadas y contratacaron, triunfaron sobre traiciones y desarmaron cabilas, fueron abastecidos por aire y prevenidos desde el mar (el cañonero Dato). Y el 14 de julio llegaron a Emsa, donde se abrazaron con fuerzas tetuaníes. Lo que ningún ejército consiguiera en catorce años, ellos —la mitad de los que salieron— lo logran en treinta y dos días. Capaz pide refuerzos. Apunta a Xauen. Cruza Yebala, corona el Keláa y se descuelga hasta la ciudad dormida. Al alba del 10 de agosto entra y propone: la paz conmigo o la guerra contra las cinco columnas que llegan. Besan su mano y abren las puertas. Repetirá método y gesta en Ifni (6 de abril de 1934). En 1936 está en Madrid, pendiente de revisiones médicas. Detenido en la cárcel Modelo, el 23 de agosto le disparan y matan a culatazos junto a un teniente médico, Ignacio Fanjul Sedeño, hijo del general fusilado.

    Enlace a Wikipedia

  • Cardona Rosell, José
  • ¿?

    Maestro.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Casado Escudero, Luis
  • Repertorio biográfico y emocional - Casado Escudero, Luis

    Vigo, 1897 / Melilla, 1936

    Militar de Infantería. Participó en las campañas de pacificación. Único oficial superviviente de la posición de Igueriben. Opuesto a la sublevación, fue detenido y fusilado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Castiella y Maíz, Fernando María
  • La Historia Trascendida - Castiella y Maíz, Fernando María

    Bilbao, 1907 / Madrid, 1976

    Magistrado internacionalista y político catolicista. Doctor en Leyes, amplió sus saberes en Cambridge, Ginebra y París. En 1935 obtenía la cátedra de su especialidad. En 1939 ingresaba como miembro (vitalicio) del Tribunal de Arbitraje Internacional en La Haya. En febrero de 1957 sustituía a Martín Artajo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Eran tiempos de preguerra en el África occidental española, alevosamente confirmados en noviembre. De aquel VI Gobierno de Franco, que afrontase el desmantelamiento del Protectorado al norte y la defensa de la soberanía española al sur (Ifni-Sáhara), fue el único que no confundió un franquismo de servidumbre con un españolismo consecuente, ni una abrupta negociación con múltiple capitulación —moral, política y social— como fue la entrega del 10 de abril de 1958 a Marruecos de los 25.000 km2 de la península de Tarfaya, con sus seis mil pobladores saharauis, parte etnográfica consustancial al Sáhara, cuando lo que exigía ser abandonado era Sidi Ifni: la capital cercada del minúsculo país (1.502 km2) ocupado por las triunfantes guerrillas marroquíes. Franco tardó once años en reconocer su derrota militar, confirmada en la retrocesión (24 de junio de 1969), al rey Hassan II, de esa capital sin territorio ni razón geopolítica alguna.
    El dictador obtuvo una mísera victoria: evitar la protesta de las familias españolas, dolidas por los doscientos veintiocho muertos y quinientos setenta y cuatro mutilados habidos en una guerra silenciada. En la historia diplomática de España no hubo ningún otro ministro que reuniera las credenciales en jurisprudencia del Derecho Internacional, sabia docencia y castigada paciencia personal —por una jefatura de Estado en desesperante falta de previsión y racionalidad— como las acumuladas por este gran patriota.

    Enlace a Wikipedia

  • Castro Girona, Alberto
  • La Historia Trascendida - Castro Girona, Alberto

    Puerto Princesa, Filipinas, 1875 / Madrid, 1969

    De los españoles nacidos en Filipinas mientras el archipiélago fue tierra española, muy pocos volvieron a su patria de sentimiento. Castro Girona fue de estos, aunque lo intentó en medio de una conflagración mundial. En 1919 era teniente coronel en la mehal-la (fuerza militar) jalifiana de Tetuán. Allí conoció a Silvestre, al frente de la Comandancia de Ceuta. Ambos afrontaron rescates de españoles yacentes en sus lugares de muerte: Silvestre en Kudia Rauda, desastre que motivó su nombramiento al relevar al general Arraiz de Condorena; Castro Girona en Beni Salah, un revés menor, excepto para los deudos de los esqueletos que yacían en esa cornisa inestable entre los peñascos del Gorgues. No volvieron a verse y cada uno marchó a su destino: el hispano-cubano a Melilla, el hispano-filipino a Xauen. Entró solo de noche en la ciudad santa, cubierto del polvo de carbón común a las gentes del Ajmás; mostró su uniforme jalifiano y argumentó: rendirse a él en paz o capitular ante el hierro del alto comisario. Los xexuaníes lo bendijeron. Su hazaña (14 de octubre de 1920) lo privó de falsas amistades, empezando por la del beneficiario de su gesta, pues el general Berenguer fue hecho conde de Xauen por Alfonso XIII. En el Congreso se debatió su caso durante años. Todo eran vetos para ascenderle. Al final fue comandante general de Melilla (1925-1927). La República lo ignoró y Franco lo reclutó para que lo representase en un periplo casi circense por China y Japón. Aceptó porque quería ver Puerto Princesa antes de morir. No pudo ser y murió solo, con noventa y tres años, en su piso de la Gran Vía madrileña. Un compasivo vecino testificó su muerte.

  • Cavalcanti de Alburquerque y
    Padierna, José
  • La Historia Trascendida - Cavalcanti de Alburquerque y Padierna, José

    San José de las Lajas, Cuba, 1871 /
    San Sebastián, 1937

    Legendario jefe de Caballería. El 20 de septiembre de 1909, en las colinas de Taxdirt, las tropas españolas, acosadas por las harcas rifeñas, se repliegan. A su izquierda, el mar a pico; a su derecha, el Gurugú encima. Hay que pasar o perecer. El batallón de Tarifa, sin municiones, cala bayonetas y se dispone a morir. El teniente coronel Cavalcanti recibe órdenes del general Tovar: “Ayúdeles ahora mismo”. Y allá van los setenta y seis del escuadrón Alfonso XII. Tres cargas, tres triunfos. Los de Tarifa salvados; los cincuenta y nueve jinetes a salvo, vitoreados. Laureada y marquesado (en 1919). En 1921 está al frente de la Comandancia de Melilla. Surgen gurugús a un lado y otro del frente. El peor de todos, Tizza, posición enriscada. Dieciséis mil españoles no pueden romper el cerco rifeño. Fracasan por lo desastroso de sus mandos: general Sirvent, coronel Tuero. Cavalcanti está harto de militares juntistas: valentones en sus despachos, cobardones en la batalla. El 21 de septiembre se planta al pie de Tizza y al jefe del convoy (capitán Aranguren) le dice: “Yo voy arriba y usted, que tiene cara de ser de los que llegan, me sigue”. Hombrada y victoria. Segunda Laureada, pero las Juntas de Defensa conspiran hasta arrebatársela. Con Primo de Rivera y Sanjurjo marcha contra el orden constitucional. De vicepresidente del Directorio pasa a golpista (1932) privado de honores. Repetirá intento con Franco, pero antes afronta tertulias de guerra. Casado con Blanca Quiroga de Pardo-Bazán, de fuerte carácter al igual que su madre Emilia, en cuanto opinaba sobre temas literarios podía encontrarse con esta advertencia: “Pepe, tú calladito, que de esto no tienes ni idea”. Y el laureado general, beatífico y sonriente, obedecía.

  • Cenarro Cubedo, Severo
  • Repertorio biográfico y emocional - Cenarro Cubedo, Severo

    Pastrana, 1848 / Tánger, 1898

    Teniente coronel médico, muy distinguido en Cuba y Puerto Rico, cirujano eminente y director facultativo del Hospital Español de Tánger, figura clave en la medicina preprotectoral de España en Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Cerdeira Fernández, Clemente
  • La Historia Trascendida - Cerdeira Fernández, Clemente

    Portbou, Girona, 1887 / Niza, Provenza, 1941

    Arabista y diplomático. Su adolescencia discurrió en Fez, por lo que nada extraño fue que decidiera presentarse a los exámenes de acceso en lo que entonces se denominaba “joven en lenguas”. Dos salidas tenía: la diplomática y la militar. Y en ambas cumplió. Por recomendación de José Llabería y Hertzberg, representante de España ante el sultán Abdelaziz, estudió en Marruecos (1905-1906). De Fez marchó a Beirut, en cuya universidad maronita (cristiana) amplió sus conocimientos en Derecho Islámico. El consulado en Tánger lo esperaba. La Alta Comisaría, en 1913, supuso su fondeo en aguas profundas. Tratar con personalidades tan dispares como Alfau y Marina, antítesis de Jordana (padre) y Berenguer; combinar los idearios contrapuestos de laureados como Burguete, Primo de Rivera y Sanjurjo en oposición a jefes con un dominio flexible de la realidad marroquí, casos de Aizpuru, Larrea y Castro Girona, obligados todos a entenderse con personalidades extremas, como El Raisuni y Dris er Riffi, enemigos a muerte, más el laberinto de personalismos y vasallajes propios de las estructuras caidales y jalifianas, engrandece lo conseguido por Cerdeira en esos años: que la lucha entre españoles y normarroquíes no se hiciera eterna. En la Guerra Civil, su defensa de la legitimidad republicana lo llevó a la temeridad, con un final martirizante. Desde Tánger conspiró para que las cabilas de Yebala se sublevaran contra Franco. Beigbeder se lo impidió. Tras burlar un intento de secuestro e inevitable ejecución, separado de su familia, retenida en Ceuta, embargados sus bienes, decidió exiliarse en Francia. Y allí, vigilado por las policías española y petainista, murió antes de subir al barco con el que pensaba llegar a Casablanca.

  • Cervera Baviera, Julio
  • Repertorio biográfico y emocional - Cervera Baviera, Julio

    Segorbe, Castellón, 1854 / Madrid, ¿1929 o 1936?

    Ingeniero militar, con amplios conocimientos sobre Marruecos, país sobre el que publicó varios trabajos. Exploró el Sáhara. Uno de los precursores de la telegrafía y telefonía sin hilos. Diputado, militó en el partido republicano.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Chacón Sánchez, Manuel
  • Jerez de la Frontera, 1892 / ?, 1942

    Profesor e inspector de enseñanza.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Cierva y Peñafiel, Juan de la
  • La Historia Trascendida - Cierva y Peñafiel, Juan de la

    Mula, Murcia, 1866 / Madrid, 1938

    Líder de los diputados que, en el alfonsismo político, tomasen su apellido como identidad: ciervistas. En sus inicios como letrado fue decidido partidario de Maura. Al escindirse el Partido Conservador, siguió a su jefe natural en oposición a Dato y Sánchez Guerra y, como maurista, fue alcalde electo de Murcia. Según era designado ministro —de Instrucción Pública o Gobernación— con Azcárraga y Maura, constituyó su propio partido, variante paternalista del caciquismo, mas no por ello menos exigente en obligaciones internas y victorioso en representaciones: hasta veintitrés diputados ciervistas sumó. Al lado de Maura afrontó dos gravísimas crisis. De la de 1909 se le hizo responsable de la movilización de los reservistas (no pocos casados y con hijos) hacia el Marruecos del Barranco del Lobo, aunque tales errores los compartía con el general Linares, al mando en Buenavista. En la de 1921, junto a Coello en Gobernación y Cambó en Hacienda, formaron los agarres que sujetaron al Ejecutivo ante los empujones de las Juntas de Defensa. Como ministro de la Guerra nadie tuvo tarea más penosa: responder a una nación crispada por los doce mil de sus hijos muertos en el Rif; soportar el embate del oleaje responsabilista que, desde el Congreso y el Senado, cubría los titulares de la prensa y entraba en los cuartos de banderas para golpear a la Corona. Cierva estuvo coherente y valiente al mantener al general Picasso en su puesto. Si le hubiera apartado de su instrucción sumarial, poco se sabría hoy de lo ocurrido antes y después del suicidio del general Silvestre. En 1931 volvió a mostrarse guerrero al oponerse a que Alfonso XIII abandonase España. Llegada la Guerra Civil, se refugió en la embajada de Noruega y en esta sede, enfermo y desalentado, murió.

  • Costa Martínez, Joaquín
  • La Historia Trascendida - Costa Martínez, Joaquín

    Monzón, 1846 / Graus, Huesca, 1911

    Jurisconsulto, historiador, periodista y pedagogo, ideólogo del regeneracionismo y su representante más combativo. Primogénito de once hermanos, nacidos de padres humildes dedicados a una agricultura de supervivencia. En 1852 la apurada familia se muda a Graus al recibir noticia sobre una herencia. Las tierras no son gran cosa y su extensión de poca monta. Al menos, es una propiedad. Acude a la escuela cuando las exigentes labores del campo se lo permiten y su padre, un carácter de trato seco, se lo consiente. Trabaja como un hombre y come como un niño. Más esqueleto que adolescente, trata de no faltar a clase, aunque a su padre poco le importe y a su madre, figura distante, tampoco. Un sacerdote, José Salamero, queda admirado por las dotes del escuálido estudiante. Y “Don José” pone dinero de su bolsillo para que el joven jornalero encuentre mejor provecho en un instituto de Huesca. Con dieciocho años empieza el bachillerato. Ese mismo año siente las primeras molestias musculares. Duelen y tardan en desaparecer para luego volver. Sufre de una distrofia muscular progresiva, enfermedad invalidante y hereditaria, pero el joven Joaquín no lo sabe. Lo achaca al trabajo, que es mucho, pues lo alterna con otras “asignaturas”: criado de señores y peón albañil.

    Enlace a Wikipedia

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Dato e Iradier, Eduardo
  • La Historia Trascendida - Dato e Iradier, Eduardo

    A Coruña, 1856 / Madrid, 1921

    Abogado y estadista. Encabezó un conservadurismo progresista aunque tercamente alfonsista —los llamados idóneos—, opuestos  a los mauristas, defensores de un monarquismo reformista y liberalizador. En 1899, siendo ministro de la Gobernación con Silvela, instituyó las leyes protectoras de los obreros en accidentes laborales; así como las del trabajo de la mujer y el menor de edad, bases de la moderna  legislación social. Ministro de Gracia y Justicia en el II Gobierno Silvela (1902-1903), promovió el régimen de tutela en las cárceles. Su primer Ejecutivo coincidió con la Guerra Europea, en la que supo aconsejar a Alfonso XIII para mantener la neutralidad, desoyendo los requerimientos de beligerancia provenientes de Alemania, Austria y Hungría. Cara a Marruecos, el asesinato de Sidi Alkalay (mayo de 1915), delegado raisunista, lo desbordó. Sus decisiones fueron tan desafortunadas como sus consecuencias: privó a la Alta Comisaría del doble imperativo de autoridad y ejemplaridad, sin el cual el Protectorado perdía toda legitimidad. En 1917, consciente del militarismo elitista del rey –esa parte del generalato que siempre tenía puertas abiertas en Palacio-, no plantó cara a las Juntas de Defensa. El jefe del Estado se convirtió en su rehén y el bipartidismo en un sistema cautivo. En mayo de 1920, al formar nuevo gobierno, como ministro de la Guerra eligió a Luis de Marichalar por ser persona cuidadosa. Y el señor vizconde lo era, sobre todo en su atuendo. El magnicidio del 8 de marzo de 1921 supuso un golpe devastador para el alfonsismo y el ejército. Dato no hubiera asistido, aturdido y estupefacto —caso de su sucesor, Allendesalazar— al trágico revés de Abarrán ni dejado morir a la gente de Navarro. Dato conocía bien la Marina y no hubiese tolerado la impavidez delictiva de Fernández Prida al no movilizar la flota en socorro de los sitiados en Monte Arruit.

    Enlace a Wikipedia

  • Delcassé, Théophile Pierre
  • Repertorio biográfico y emocional - Delcassé, Théophile Pierre

    Pamiers, Francia, 1852 / Niza, Francia, 1923

    Político francés del partido radical. Diputado, ministro de Colonias y de Exteriores. Artífice de la Entente que permitió el establecimiento del Protectorado en Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Doménech Lafuente, Ángel
  • Alcañiz, Teruel, 1894 / Zaragoza, 1958

    Militar de Infantería. Luchó en las campañas de pacificación. Al término de estas pasó a la Delegación de Asuntos Indígenas como interventor. Elemento clave en el reclutamiento de marroquíes a favor de Franco. Tras la Guerra Civil, funcionario en Ifni y Sáhara. Autor de trabajos sobre geografía y etnografía de Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Dueñas Vinuesa, María
  • Repertorio biográfico y emocional - Dueñas Vinuesa, María

    Puertollano, Ciudad Real, 1964

    Doctora en Filología Inglesa y escritora.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Echevarrieta Maruri, Horacio
  • La Historia Trascendida - Echevarrieta Maruri, Horacio

    Bilbao, 1870 / Burtzuña, Barakaldo, 1963

    Empresario minero y naviero, renombrado industrial y filántropo. Alfonso XIII le brindó su amistad sin importarle su republicanismo como diputado (de 1910 a 1917). Con el monarca compartió ideas renovadoras, pero también especuladoras en el urbanismo de Madrid (la Gran Vía) y Barcelona (el Ensanche). Dos guerras, una mundial, otra colonial, multiplicaron su fortuna y magnificaron su crédito. Su flota de mercantes, con cargamentos de hierro y plomo para las industrias de armamento del Reino Unido, hizo de él uno de los hombres más ricos del sur de Europa. Su mediación ante el líder del Rif Libre, Abd-el-Krim, en favor de los españoles capturados a raíz del desastre de Annual, fue crucial para que los trescientos veintiséis  supervivientes fuesen rescatados (27 de enero de  1923). El dinero para su rescate —cuatro millones de pesetas— lo había depositado en Melilla, dos años antes, el Gobierno de Maura, utilizándolo el de García Prieto. Echevarrieta tuteló el laborioso canje en la playa de Suani (Alhucemas) y ante las repentinas exigencias de los rifeños, les entregó todo el dinero que llevaba encima, ofreciéndose él como rehén hasta pagar el resto. Su altivo gesto enamoró al pueblo español. En 1929 puso en pie una temeraria diplomacia prebélica -alianza secreta con la República de Weimar-, al construir en sus astilleros gaditanos un submarino de ataque con novísima tecnología alemana. La pretensión era venderlo a la Armada Española, convertida así en banco de pruebas del rearme naval germano, prohibido por la Conferencia de Versalles (1919). Consecutivas caídas bursátiles y políticas —final de la dictadura primorriverista, quiebra electoral de la monarquía Alfonsina—, lo dejaron sin dinero ni encargos. No dudó en vender sus propiedades para pagar a sus desesperados obreros. Nunca fue más noble ni más valiente. Sus astilleros saltaron por los aires (Cádiz, 18 de agosto de 1947); pero su condición de gran prócer vizcaíno subsiste hoy intacta.

    Enlace a Wikipedia

  • El Hach Solimán Mohammed El Jattabi
  • Repertorio biográfico y emocional - ###

    Axdir, 1882 / Villa Sanjurjo [Alhucemas], 1950

    Primo hermano de Abd el-Krim. Leal amigo de España, se enfrentó a la sublevación rifeña combatiendo al lado de los españoles. Tras la pacificación y hasta su muerte ocupó cargos de responsabilidad en su cabila de Beni Urriaguel.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • El Raisuni, Muley Ahmed ben Mohammed
    ben Abdallah
  • La Historia Trascendida - El Raisuni, Muley Ahmed ben Mohammed

    Zinat, 1860 / 1925

    Muley Ahmed ben Mohammed ben Abdallah el Raisuni nació en Zinat (Yebala), al noreste de Tánger, en 1866. Descendiente de los idrisíes (pri­mera dinastía de Marruecos), en una rama directa descendía de Muley Ab­desalam ben Mshish, santón del Yebel Alam, montaña sagrada de Yebala y feudo de los Beni Arós, de quienes El Raisuni era su jefe, como también lo era de los Ajmás, cabila en cuyo territorio se yergue Xauen, la ciudad san­ta. Al ser el último representante de una familia de awliya (santones), a lo largo de su azarosa existencia gozó de la máxima autoridad política y social sobre dos de los tres países del occidente normarroquí: el Garb y Yebala. Tenía la consideración de xerif (jerife) y este rango, ético e institucional, de gran relevancia en la simbología magrebí, quedó asociado a Tazarut, ciuda­dela donde vivió los últimos diez años de su vida y desde la que ordenó ha­cer la guerra a las tribus bajo su mando o pactar treguas con los españoles. Caudillo de la insurrección de 1912-1915, defraudado aspirante al jalifato en Tetuán, desafiante pretendiente al trono de los alauíes, fue enemigo acé­rrimo de Francia y su forma de colonizar. Ni los ejércitos de España ni los del sultanato pudieron capturarle. Tampoco las fuerzas de Abd el-Krim. Serían guerreros suyos, que le traicionaron, los que forzaron su muerte al conducirlo, cautivo, al Rif.

  • Fanjul Goñi, Joaquín
  • La Historia Trascendida - Fanjul Goñi, Joaquín

    Vitoria, 1880 / Madrid, 1936

    Su vocación era hacer de lo militar un poder reformador de las instituciones castrenses en aras de una completa renovación nacional desde los valores de Justicia, Igualdad y Orden. Siendo capitán de Estado Mayor, publica, en 1907, la obra Misión Social del Ejército, en la que defiende un ejército voluntario y afirma que la institución a la que pertenece es “la más hermosa y genuina definición de la democracia”. Consigue el título de abogado e ingresa en la política a través del maurismo. Es diputado electo por Cuenca. El 19 de agosto de 1919 el entonces comandante Fanjul pronuncia, en el Congreso, estas proféticas palabras: “En Marruecos vendrá una catástrofe y es necesario abrir una cuenta para saber a quién corresponden las responsabilidades”. Veterano de las campañas de 1912, vuelve a Marruecos tras los desastres de 1921 y 1924. En septiembre de 1925, su columna, emparejada con la guiada por Balmes, hace de palanca libertadora de la cercada Kudia Tahar, lo que asegura la integridad de Tetuán y permite que los desembarcos de Alhucemas culminen con la toma de Axdir. En 1933 tenía el número dos en el escalafón de los generales de brigada (el número uno era de Franco). Designado jefe de la insurrección en Madrid, en decisión irreflexiva se encierra con un conglomerado de reclutas y falangistas en el Cuartel de la Montaña, viéndose obligado a capitular a las tres horas de romperse el fuego (20 de julio). En el juicio sumarísimo que afronta se defenderá él solo, revestido con su toga de letrado. Sentenciado a muerte, el 18 de agosto lo fusilan en la cárcel Modelo.

    Enlace a Wikipedia

  • Feliu Oliver, Luis
  • Repertorio biográfico y emocional - Feliu Oliver, Luis

    Palma de Mallorca, 1895 / Valencia, 1937

    Comandante de Ingenieros (Transmisiones) en las campañas de 1915-1926.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Fernández Silvestre, Manuel
  • La Historia Trascendida - Fernández Silvestre, Manuel

    El Caney, Santiago de Cuba, 1871 /
    Annual, Rif, 1921

    De Cuba vuelve, en 1898, con veintidós cicatrices y aureola de militar con buena estrella. Ante la Casablanca de 1907, arrasada por los franceses de Drude, abomina de tal represión. Al ordenarle Canalejas que ocupe Larache (1911), desembarca sin escolta y deja admirado a El Raisuni. Su amistad asegura el dominio del Garb. Las arbitrariedades de El Raisuni contra su propio pueblo lo enfrentan al jerife. Del asesinato de Sidi Alkalay es inocente, no de ser él un imprudente en los cuartos de banderas. Edecán de Alfonso XIII (1915-1918), graves reveses cerca de Ceuta lo ponen al frente de esa Comandancia (1919). Triunfa en El Fondak. Es un héroe popular. Toma el mando en Melilla. Lo recibe un Rif hambriento y mísero. Sus cartas a Berenguer, insistiéndole para que obtenga del ministro Eza más dinero para distribuir alimentos, construir caminos y terminar el ferrocarril a Drius, prueban su ética y lógica, despreciadas. El 15 de enero de 1921 ocupa Annual. Sus leales lo previenen sobre la trampa que deja abierta. El 1 de junio repite aventura en Abarrán y es humillado. La guerra se extiende por el Rif. Pide refuerzos a Berenguer, que se los niega. Quiere reembarcar a su ejército en las Bocas del Salah, por lo que moviliza sus últimas fuerzas: los mil hombres de Araujo. La defección de este, que pacta con el enemigo para salvar su vida y la de unos pocos, no la de sus tropas, asesinadas en masa, acaba con esa ilusión. Bloqueado en Annual, entre la resistencia y la retirada opta por esta. Quienes lo conocen bien (Manella, Manera, Morales) intuyen que ha decidido suicidarse. Llegado el vértigo de las huidas y renuncias, coherente consigo mismo, tira de pistola y se mata.

    Enlace a Wikipedia

  • Fernández-Shaw Iturralde, Casto
  • Repertorio biográfico y emocional - Fernández-Shaw Iturralde, Casto

    Madrid, 1896 / El Escorial, 1978

    Arquitecto de estilo racionalista. Proyectista de algunos de los edificios más destacados de la ciudad de Tetuán.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Figueroa y Torres, Álvaro de
  • La Historia Trascendida - Figueroa y Torres, Álvaro de

    Madrid, 1863 / 1950

    Conde de Romanones. Renombrado empresario y líder de los monárquicos liberales. Licenciado en Derecho (1884), se doctoró en el Colegio de San Clemente, en Bolonia. Ingresó en la política bajo la tutela del constitucionalista Manuel Alonso Martínez, con cuya hija, Casilda, contrajo matrimonio, Su confianza en sí mismo y brillante agudeza crítica, más sus constantes muestras de lealtad hacia la familia real, le granjearon el afecto de doña María Cristina y la confianza de Alfonso XIII. No necesitó ser presidente del Consejo para dirigir la política de la monarquía. Entre diciembre de 1905 y enero de 1907 fue cuatro veces ministro (Gobernación, Gracia y Justicia y Obras Públicas). En noviembre de 1912 presidía su primer Ejecutivo. Llevaba consigo tres ministros fidelísimos: dos íntimos amigos —Bugallal en Hacienda y Luque en Guerra—, más su buen vasallo, García Prieto. Firmado el Protectorado, su prestigio subió tanto como sus títulos en la sociedad Minas del Rif, en cuyo accionariado compartía intereses con las familias García Alix, Güell y la de Claudio López Bru (el segundo marqués de Comillas). Volvió a
    formar gobierno en 1915-1917 y 1918-1919. Años de guerra y conferencias internacionales para la recolocación de una Europa troceada, de inviable ajuste. Los primeros lo enriquecieron aún más; las segundas reforzaron su crédito exterior. No aceptó la dictadura pese a consentirla el rey. Sabía de la gravedad de tal consentimiento. Conspiró contra Primo de Rivera. Las quinientas mil pesetas que el dictador le impuso de multa, en 1926, lo hicieron muy popular. Pagó sin agobios: tenía veinticinco veces más. Rindió un gran servicio a España al convencer a Alfonso XIII, aquel martes 14 de abril, que la defunción de su régimen era un hecho electoral irreversible y hora era de partir. Volvió a ser diputado por Guadalajara. Sus intervenciones en el Congreso de 1931-1933 fueron tan dignas como valientes. Nunca fue más respetado.

    Enlace a Wikipedia

  • Flomesta Moya, Diego
  • Repertorio biográfico y emocional - Flomesta Moya, Diego

    Bullas, Murcia, 1890 / Marruecos, 1921

    Teniente de Artillería. Heroico defensor de la posición de Abarrán. Condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Franco Bahamonde, Francisco
  • La Historia Trascendida - Franco Bahamonde, Francisco

    Ferrol, 1892 / Madrid, 1975

    Su actitud ante el Marruecos protectoral fue absolutista, patrimonialista y obsesiva: sería “español” o de nadie. Su praxis política era autocrática y trascendentalista a la vez que radicalista, pues su catolicismo de cruzado en permanente lucha repudiaba el perdón a sus enemigos al identificarlos como enemigos de España, esa España totalitaria y virgen engendrada por su espada. Lo primero quedó probado en 1956, cuando sufriera inesperado martirio al constatar que Marruecos, independizado entonces de Francia, también detentaba legítimo derecho a independizarse de España. La crisis de 1957-1958 aportó bélica confirmación, silenciada. De lo segundo acumuló implacables pruebas en la contienda civil y la posguerra. Dictador de la Legión, Franco lo fue también de España. Confundió ‘nación’ con ‘cuartel’. Jamás fue un jefe querido y bendecido como lo fueron Fontanes y Valenzuela, caídos al frente de sus hombres: uno en Amvar (1922), otro en Iguermiren (1923). Franco fue temido y obedecido. Su figura exige ser comparada con la de Miguel Primo de Rivera. Dictadores ambos, lo fueron desde actitudes y procedimientos opuestos. Primo de Rivera era contrario a la permanencia, por la fuerza, de España en Marruecos. Lo sostuvo en público y por escrito en 1917 y 1921. Y en 1923, en aquella comida de Ben Tieb con sus pares de la milicia, que lo abuchearon y se le amotinaron. A Franco no lo abucheó nadie y menos se le amotinó alguien que luego viviera para contarlo. Primo no firmó una sola sentencia de muerte. Modernizó España sin modernizar la monarquía ni modernizarse él. Gravísimos errores, que dieron vida a la II República. Franco industrializó España y la hizo próspera. Invirtió en ello cuarenta años de su vida, pero nada desembolsó en ética. No la consideraba útil.

    Enlace a Wikipedia

  • Galán Rodríguez, Fermín
  • Repertorio biográfico y emocional - Galán Rodríguez, Fermín

    San Fernando, Cádiz, 1899 / Huesca, 1930

    Militar de Infantería. Participó en las campañas de pacificación. Sublevado en Jaca, en diciembre de 1930, detenido y fusilado. Mártir de la causa republicana.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ganmia, Sidi Ahmed El
  • La Historia Trascendida - Ganmia, Sidi Ahmed El

    Tetuán, 1860 / 1945

    Político y orador de fama, primer héroe normarroquí en la insurrección de 1936. De ilustre linaje y cuidada educación, ocupó cargos de segundo rango durante los reinados de los sultanes Muley Hassán, Abdelaziz y Muley Hafid. Sus convicciones eran leales a los principios comunes a su pueblo: estricta fidelidad a la religión coránica; defensa de la monarquía alauí, siempre que el monarca reinante actuase con dignidad y fuese humanitario con sus súbditos; respeto a la idiosincrasia del hombre normarroquí, tanto en sus costumbres como en su libre ejercicio del derecho consuetudinario.
    Su conservadurismo no le impidió ver la falta de medios y conocimientos técnicos para oponerse a la usurpación de la soberanía nacional ejercida de consuno por España y Francia sobre el decadente Imperio jerifiano. Como tantos normarroquíes, consideró que, ante un mal específico en su misma evidencia (la ocupación colonialista), la opción menos mala era “convivir” con la parte menos prepotente del colonialismo: España. El fallecimiento, en mayo de 1931, de Ben Azzuz, gran visir, sumado a la proclamación de la Segunda República, le hizo concebir esperanzas de profundos cambios para beneficio de su patria. Estaba dispuesto a ocupar los cargos que se le ofreciesen. El 5 de julio le confiaron la máxima responsabilidad: cabeza del Gobierno jalifal. Siguieron cinco años de acomodación a la nueva realidad.
    Y de repente, la insurrección militar de los españoles contra el régimen republicano, seguida de un ataque aéreo sobre Tetuán. Todo en un día y en menos de una hora. Si a muchos hombres les sorprende lo inesperado y de seguido la muerte sin que nada puedan hacer, contados con una mano son aquellos golpeados por una sorpresa brutal, causante de muertes y heridas entre los suyos, seguida de airada protesta y una revolución en puertas como aviso de muerte inminente para muchos otros, que pueden pacificar tan incontrolable revuelta, reconvertirla en aclamaciones y, al final, tomar forma de rutilante condecoración a su persona. Es el resumen de lo sucedido el 18 de julio de 1936 y de lo entonces conseguido por El Ganmia.
    De toda gesta siempre hay dos versiones (como mínimo). La institucional afirmaría que, tras el bombardeo por un “avión pirata” (republicano), que dejó caer sus bombas sobre la medina de Tetuán, causando “numerosos muertos y heridos” (fueron dieciséis de los primeros y diecisiete de los segundos), “la muchedumbre, desorientada y presa de terror, intentó invadir la plaza de España para dirigirse a la Alta Comisaría”. Cuando se temía lo peor —disparos de la guardia sobre la multitud enfurecida, que hubiese linchado a los soldados y arrasado el edificio con todos sus ocupantes dentro—, apareció “el Gran Visir, el cual, pese a sus setenta y seis años y deficiente salud, acudió a Tetuán desde su casa de Tánger (¡!), se lanzó a caballo por las calles y, con gran riesgo de su vida, de su prestigio y de su cargo (¡!) contuvo la explosión popular”. Que El Ganmia acudiese a Tetuán “desde su casa de Tánger”, implicaba que tal viaje (cincuenta y cuatro kilómetros) lo hiciese “en un caballo volador”; esto es, en dos o tres minutos. Solo con semejante “milagro viajero” la redacción del texto oficial para la concesión a El Ganmia de la más alta distinción militar española prueba que su anónimo autor era un formidable novellierei, que superaba al modelo (Mateo Baondello), pues enlazaba lo fantástico y maravilloso del cuentismo germánico (Hoffmann) con lo angustioso y terrorífico del cuentismo norteamericano (Edgar Allan Poe). En la realidad diseccionada, testigos de los hechos sostuvieron, en 1945, que el gran visir hizo lo que hizo “a pie, sin montar caballo alguno”; otros afirmaron que El Ganmia consiguió su propósito pacificador “sin jugarse la vida en medio del furor popular”.
    La verdad no radica en un punto intermedio (eso es lo fácil), sino en cómo deslindar el resultado final de la persona mitificada que determina ese final. El Ganmia fue hombre y mito a la vez. Y lo alcanzado por él fue afirmar la insurrección franquista al impedir su inexorable muerte bajo las iras de un pueblo inocente bombardeado. De ahí la lógica: el “indultado” (Franco) recompensó a su salvador con la Gran Cruz Laureada, que le impuso el 20 de julio de 1936, seguida de un desfile militar presidido por ambos frente al delirio de los tetuaníes.
    En octubre de 1938, El Ganmia viajó a España en coincidencia con el “Día de la Raza”. En Sevilla le dispensaron una acogida triunfal, considerándole “Caudillo de los Moros”. Era eso y mucho más: su talante y señorío habían convertido a su figura en “amuleto de la victoria” para el franquismo. Sus fuerzas fueron declinando hasta consumirse el 21 de julio de 1945.

  • García Figueras, Tomás
  • La Historia Trascendida - García Figueras, Tomás

    Jerez de la Frontera, Cádiz, 1892 / Madrid, 1981

    Militar e historiador, fundador del gran legado artístico y bibliográfico que lleva su nombre. Cursó estudios en la Academia de Artillería (1910-1912) y la Escuela Superior de Guerra (1917), diplomándose en Estado Mayor (1922). Participó en las campañas de 1921-1927. Por sus méritos recibió la Medalla Militar Individual. En 1929, junto con el también artillero y comandante Carlos Hernández de Herrera, concluyeron Acción de España en Marruecos, obra fundamental sobre los inicios y la consolidación del Protectorado. En 1931 pedía el retiro. La Guerra Civil lo llevó a Marruecos, reclamado por el general Orgaz, alto comisario. En Tetuán supo del despiadado final de Carlos Hernández, fusilado en Paracuellos (8 noviembre de 1936) junto con sus dos hijos. Sucesivamente, fue nombrado para puestos cada vez más exigentes: Interventor en el Garb (Larache); delegado de Asuntos Indígenas, secretario general de la Alta Comisaría. Franco confió en él para aconsejarle antes y durante su entrevista con Hitler (Hendaya, 23 de octubre de 1940). Desde su atalaya tetuaní, apoyado por los generales Varela y García-Valiño, rescató un ingente material escrito y gráfico que, sin sus afanes, se hubiera perdido. Su permanencia en Marruecos se truncó en 1956. Su pasión por lo hispano-marroquí era ya una colección tan gigantesca, que requirió alquilar parte de dos conventos de monjas, en su ciudad natal, para conservarlo. Este archivo, único en España, lo donó en 1966 a la Biblioteca Nacional (BN), en donde podía ser consultado sin obstrucciones ni confusiones. Sin embargo, en 1989, de forma tan incongruente como irrespetuosa para el donante y su familia, quedó dispersado entre la BN y el AGA (Archivo General de la Administración) en Alcalá de Henares.

    Enlace a Wikipedia

  • García Martín, Mariano
  • Repertorio biográfico y emocional - García Martín, Mariano

    La Torre de Esteban Hambrán, Toledo, 1896 / Alrededores de Afrau, Marruecos, 1921

    Cabo de Infantería.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • García Pérez, Antonio
  • Repertorio biográfico y emocional - García Pérez, Antonio

    Puerto Príncipe, Cuba, 1874 / Córdoba, 1950

    Militar erudito, de inquietud moral y social, autor de una extensa producción bibliográfica relacionada con la milicia, entre cuyos temas destacan Marruecos y América.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • García Prieto, Manuel
  • La Historia Trascendida - García Prieto, Manuel

    Tetuán, 1860 / 1945

    Marqués de Alhucemas. Tras licenciarse en Derecho, entró como pasante en el bufete de Montero Ríos. Ministro de la Gobernación en el Ejecutivo (1905) que su suegro presidiera, con Moret que lo fue en Gracia y Justicia. Dimitió en desacuerdo con la Ley de Jurisdicciones. Su gallardía frente al militarismo absolutista —prevalencia del fuero militar sobre el civil—, al que Alfonso XIII apoyaba sin reparos, se tornará en su contra. Ministro de Estado con Canalejas, revisaba las cláusulas de los Acuerdos con Francia en Marruecos cuando la muerte del gran estadista pareció detener el tiempo. Romanones lo confirmó en el cargo si prescindía de toda cautela. Un marquesado con grandeza de España fue su recompensa, mientras su patria recibía un país de emboscadas: el Rif. En 1917 formó gobierno y asumió la jefatura de los liberales. En 1922, al relevar a Sánchez Guerra, el Protectorado no era tal, sino un caótico campo de batalla y, en su núcleo insumiso (Axdir), cientos de cautivos españoles. El clamor social para liberarlos lo llevó a aceptar la mediación de Echevarrieta. Alfonso XIII toleró su iniciativa como mal menor. Ante la sangría de bajas en Tizzi Assa, tropas de los regimientos Garellano y Navarra se negaron a embarcar hacia Melilla. El motín (Málaga, 23-24 de agosto de 1923) acabó a tiros y con un asesinato: el del suboficial Ardoz. Sentenciado a muerte el jefe de los sublevados (cabo Sánchez Barroso), García Prieto recomendó su indulto al rey. Conocida la noticia (31 de agosto), Primo de Rivera activó su golpe de Estado. Con un telegrama al rey y la aceptación de este, el constitucionalismo fue derogado, el liberalismo quedó enterrado y su líder olvidado. 

  • García-Valiño y Marcén, Rafael
  • La Historia Trascendida - García-Valiño y Marcén, Rafael

    Toledo, 1898 / Madrid, 1972

    El mejor táctico de los ejércitos de Franco. Siendo capitán de Regulares, probó su coraje y aptitudes en la retirada desde Ali-Fahal hasta la capital del Protectorado. Mereció allí (18 de diciembre de 1924) la Laureada, pero le concedieron la Medalla Militar. Ascendido a comandante, no pasó de tal graduación en la República. En 1936 se presenta al general Mola. Le son confiadas unidades que serán famosas bajo su mando: Tercio de Montejurra, 1ª División de Navarra, Cuerpo de Ejército del Maestrazgo. Salva situaciones críticas en Teruel, Levante y el Ebro. Franco lo designa comandante general de Melilla y, de seguido, jefe del Estado Mayor del Ejército. Superada la amenaza aliada —la estudiada invasión, en 1943, del Marruecos español—, la enfermedad de Varela y las difíciles relaciones con la Francia de Juin lo ponen al frente, en 1951, de la Alta Comisaría. Franco quiere en Tetuán jefes con prestigio y autoridad moral. García-Valiño atesora ambos créditos, a la par que manda sobre el mejor ejército del mundo africano, fiel y alertado. Esta realidad sociomilitar desarma la justificada irritación de consecutivos residentes de Francia (Guilllaume, Lacoste, Grandval, Boyer de Latour, Dubois) en Rabat ante el hecho de que las guerrillas marroquíes se refugiasen y aprovisionaran en la zona protectoral española. Llegada la hora de otras verdades —el clamor independentista en Marruecos, la soledad diplomática de España— dicta las disposiciones del repliegue y vuelve a la patria. Serenamente crítico con Franco, hará pública su disidencia con el dictador por la postura de este ante el Sáhara Occidental.

    Enlace a Wikipedia

  • Geoffray, Léon Marcel
  • La Historia Trascendida - Geoffray, Léon Marcel

    París, 1852 / 1927

    Nacido en el seno de una familia acomodada, mitad empresarial, mitad vielle noblesse, marchó pronto a París. Y allí estudió Leyes hasta obtener su doctorado y formar parte de la Corte de Apelación. La solidez de su formación jurídica y la calidad de su argumentación escrita le abrieron las puertas del exigente Quai D´Orsay. Breve estancia en Estambul y, en 1895, a Londres. La crisis franco-británica de 1898 por el incidente de Fachoda (Sudán) no lo sorprendió, sí las vacilaciones y osadías de sus superiores: el embajador, Paul Cambon, cultivaba el pesimismo recurrente; el ministro, Delcassé, defendía el optimismo temerario. La Entente Cordiale de 1904 sintetizó el triunfo de ese pas à quatre (por el presidente Loubet), que salvó a Francia. Seis años después (julio 1910), tomaba posesión, como embajador, en Madrid. Cambio radical: país desmoralizado, sociedad atrasada, hacienda exhausta, política caciquil, corte habsbúrgica, Gobierno presidido por un modélico liberal pero aislado (Canalejas), ejército proalemán y un joven rey con ganas de cambiarlo todo para situar su país al nivel de las grandes potencias. Si esa España germanófila y orgullosa obedecía las consignas austroalemanas para constituir un reino ibérico a expensas del Portugal republicano y, en cuanto Alemania atacase a Francia, movilizaba sus tropas hacia los Pirineos, el hexágono caería guillotinado. Opciones, una sola: el reparto franco-español de Marruecos. En dos años pudo firmar esa segunda salvación de Francia. En 1917, difunta la Rusia zarista, amotinado el ejército francés y desbandado el italiano, España volvió a verse tentada por la guerra. Ese siniestro lazo bélico (Berlín-Viena) lo apartó Geoffray, pero Clemenceau no lo estimó suffisant e injustamente fue cesado.

  • Gil Benumeya, Rodolfo
  • Repertorio biográfico y emocional - Gil Benumeya, Rodolfo

    Andújar, Jaén, 1901 / Madrid, 1975

    Periodista e historiador.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Goded Llopis, Manuel
  • Repertorio biográfico y emocional - Goded Llopis, Manuel

    San Juan de Puerto Rico, 1882 / Barcelona, 1936

    General procedente del Arma de Infantería. Combatió en Marruecos con los empleos de teniente coronel y coronel, y participó en el desembarco de Alhucemas al mando de la extrema vanguardia. Posteriormente fue segundo jefe de las Fuerzas Militares de Marruecos e inspector de Intervenciones y Fuerzas Jalifianas. Durante la República fue jefe del Estado Mayor Central. Intervino en el levantamiento de agosto de 1932 contra el Gobierno y en 1936 formó parte de la Junta Militar encargada de organizar el levantamiento militar, fracasando en su intento de que la ciudad de Barcelona se uniese a él.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Gómez Jordana, Francisco
  • La Historia Trascendida - Gómez Jordana, Francisco

    Mazarrón, Murcia, 1852 / Tetuán, 1918

    Afamado docente de historia y táctica. Alférez de Caballería en 1871, ingresó en el Estado Mayor, cuerpo del que llegó a ser profesor en 1882 y, con posterioridad, reformador del Plan de Enseñanza. En 1903, coronel. Estudia y escribe. Publica La Campaña de Andalucía en 1808 y La conquista de Argelia. La crisis de julio de 1909 lo sorprende en Melilla. Su buen juicio y determinación evitaron mayores males. En 1911 es nombrado director de la Escuela Superior de Guerra, lo cual certifica el reconocimiento del que gozaba y el acierto de quien validaba tal designación: el ministro Luque. Pasa destinado a Melilla como general jefe del Estado Mayor de la Comandancia. Las campañas de 1911-1912 las afronta con objetividad y resolución. Su entendimiento con Larrea y García Aldave asegura la pacificación del territorio. Tras ser nombrado Marina alto comisario, persevera en la mejora del Plan Alhucemas. La dimisión de Marina y Silvestre lo llevan, en 1915, a la Alta Comisaría. Desde Tetuán emprende negociaciones con El Raisuni que fructifican en el pacto sellado en El Fondak (24 de mayo de 1916), por el cual columnas españolas y raisunistas acometerán el difícil sometimiento de los anyeríes, tribu que amenazaba Ceuta y Tánger. La concordia dura poco y la guerra con El Raisuni se reactiva. Pide dinero y refuerzos, que nadie atiende. Indignado por el intervencionismo de diplomáticos, políticos y empresarios en los hechos protectorales, redacta su Memorial de Quejas a Romamones, lo concluye y, cuando lo revisaba, se desploma sobre su mesa de trabajo, fulminado por un infarto.

  • Gómez Morato, Agustín
  • Repertorio biográfico y emocional - Gómez Morato, Agustín

    Valencia, 1879 /1952

    Militar de Infantería con una larga participación en las campañas de pacificación. En julio de 1936 era general jefe de las Fuerzas Militares en Marruecos, siendo detenido por los alzados y separado del servicio.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Gómez-Jordana Sousa, Francisco
  • La Historia Trascendida - Gómez-Jordana Sousa, Francisco

    Madrid, 1876 / San Sebastián, 1944

    Conde de Jordana (título que le fuera concedido, en 1926, por el rey Alfonso XIII). Militar, diplomático y estadista. Hijo del teniente general Francisco Gómez Jordana, alto comisario en Marruecos (1915-1918), siguió los pasos de su padre, diez años después de la muerte de él con idéntico rango y cargo (1928-1931). Civilizó los modos militaristas de la denominada «Junta Técnica del Estado» en plena Guerra Civil, de cuya vicepresidencia se hizo cargo en enero de 1938 y, a la vez, era nombrado ministro de Asuntos Exteriores, mandatos concluidos en agosto de 1939. Su figura alcanzará la máxima relevancia en el quinto Gobierno de Franco, al serle confiada, nuevamente, la cartera de Asuntos Exteriores (septiembre de 1942-agosto de 1944), época crítica en la que consiguió evitar la entrada de España en la conflagración mundial o su invasión por ejércitos extranjeros, lo cual hubiera impuesto severas penalidades al país, muy lejos todavía de haber superado las secuelas de la contienda civil.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Guastavino Gallent, Guillermo
  • Repertorio biográfico y emocional - Guastavino Gallent, Guillermo

    Valencia, 1904 / Benidorm, 1977

    Fundador y director de la Biblioteca del Protectorado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Gudín Fernández, María
  • ¿? / Santander, 1979

    Maestra e inspectora de educación.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Guillaume, Augustin
  • Repertorio biográfico y emocional - Guillaume, Augustin

    Guillestre, Hautes-Alpes, Francia, 1895 / 1983

    Militar francés. Participa en la Primera Guerra Mundial. Sirve en Marruecos. En 1940 organiza los Goums indígenas con los que en 1943 participará en las campañas de Italia y Francia. General de Ejército, Résident général au Maroc y Chef d’état-Major des Armées. Opuesto a la independencia de Marruecos, solicitó la separación del servicio en 1956.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Hafid, Ben Hassán Muley
  • La Historia Trascendida - Hafid, Ben Hassán Muley

    Fez, 1875 / Enghiens-les-Bains, al noroeste de París, 1937

    Undécimo soberano alauí. Nada más fallecer su padre, Muley Hassán, su hermano menor se vio alzado al poder por los perversos designios de Ba Ahmed, el gran visir, interesado en proseguir su “reinado en palacio” con aquella persona más indefensa por su adolescencia y carácter, Abdelaziz. Hafid, príncipe sin reino ni futuro, compartió con su otro hermano, Muley Mohammed, destronamientos emparejados con destierros separados. Mohammed encontró refugio entre los montañeses de Tadla, en el Medio Atlas. Hafid fue hacia el sur presahárico, la tierra de los almohades. Vida sin lujos, también sin estrecheces. Allí se enteró de que le habían concedido autoridad sobre cuanto sus ojos vieran. Todo y nada. Mandar sin poseer.
    Muley Hafid tenía entonces (1894) diecinueve años. Bajo un cielo azul cobalto y la inmensidad dorada a su alrededor, se sintió libre y fuerte, capaz de unir lo más alto con lo más cercano: gobernar en nombre de Dios y en favor de los hombres. El ideal monárquico.
    Según se fortalecía su cuerpo, así también su alma. Lejos de misticismos, profundizó en las reglas coránicas y juró no faltarlas nunca. Se prometió a sí mismo jamás claudicar en sus derechos de progenitura al reino de sus antecesores. Aprendió, dudó, estudió y perseveró.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Hart, David M.
  • Filadelfia, Estados Unidos, 1927 / Garrucha, Almería, 2001

    Antropólogo.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Juin, Alphonse
  • Repertorio biográfico y emocional - Juin, Alphonse

    Bone, Argelia, 1888 / París, 1967

    Militar francés, nacido en Argelia. Participó en las dos guerras mundiales, siendo herido en la primera y cayendo prisionero en la segunda. Liberado en 1941, fue designado por Pétain Commandant en chef des forces d’Afrique du Nord. En 1942 se unió a los aliados. Résident général au Maroc. Maréchal de France en 1952. Opuesto a la independencia de Argelia, cayó en desgracia en 1962.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Kindelán Duany, Alfredo
  • Repertorio biográfico y emocional - Kindelán Duany, Alfredo

    Santiago de Cuba, 1879 / Madrid, 1962

    General del Ejército español. Pionero de la aviación española, se formó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Colaboró con Torres Quevedo en el diseño de un dirigible. Combatió desde el aire en Marruecos, cuyas Fuerzas Aéreas dirigió. Fue jefe del Servicio de Aviación y director de la Escuela Nacional de Aviación, estuvo al frente de la Jefatura Superior de Aeronáutica y de los Servicios de Aviación y fue miembro del Consejo Superior del Ejército y de la Junta de Defensa Nacional. Durante la Guerra Civil desempeñó el cargo de general jefe de las Fuerzas del Aire. Perteneció como numerario a la Real Academia de la Historia.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Larrea y Liso, Francisco
  • La Historia Trascendida - Larrea y Liso, Francisco

    Pamplona, 1855 / Ceuta, 1913

    Tratadista militar y excepcional conductor de tropas. Formado en el Cuerpo de Estado Mayor, en 1893 se daba a conocer con su Organización Militar de España, donde proponía un ejército mejor instruido y más ágil, dotado con una potente artillería de campaña. Tras combatir en Cuba y Puerto Rico, en 1901 publica, bajo el seudónimo “Efeele”, El desastre colonial, estudio crítico de los errores habidos en Ultramar. Destinado a Melilla, le tocó afrontar, entre 1902 y 1908, el laberíntico discurrir de las negociaciones entre los gobiernos conservadores, el empresariado minero y un personaje como El Roghi, sátrapa del Rif. En septiembre de 1909, coronel jefe de una columna que ni a regimiento llegaba, se introduce en la agreste Kelaia (Rif Oriental); y solo con su escolta logra convencer a los notables de Quebdana de las ventajas de compartir paz y seguridad. La gesta de Larrea, al dominar, sin un tiro ni un muerto, un territorio diez veces mayor que el reconquistado por Marina a costa de sensibles bajas, deja estupefacta a España. Ascendido a brigadier, en 1910 organiza las Fuerzas Indígenas. Al sublevarse el Rif en 1911, intuye que la solución está en tomar Axdir tras un desembarco en las playas de Alhucemas, proyecto en el que coincide con Luque, ministro de la Guerra. La muerte de Amezzián pone fin al conflicto (mayo de 1912). Siendo ya divisionario, lo nombran comandante general de Ceuta. El 8 de mayo de 1913 preside, sonriente, la ceremonia de posesión. De madrugada, se siente muy mal. Una bronconeumonía, larvada por tantas noches de acampada al raso junto a sus soldados, se manifiesta con virulencia y lo mata en pocas horas. Larrea pudo ser el Lyautey hispano.

  • León y Castillo, Fernando, marqués del Muni
  • Repertorio biográfico y emocional - León y Castillo, Fernando, marqués del Muni

    Telde, Gran Canaria, 1842 / Biarritz, Francia, 1918

    Abogado, diplomático y político del partido liberal. Diputado y ministro de Ultramar y Gobernación. Embajador en París.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Leret Ruiz, Virgilio
  • Repertorio biográfico y emocional - Leret Ruiz, Virgilio

    Pamplona, 1902 / Melilla, 1936

    Militar de Infantería y aviador. Ingeniero e inventor. En julio de 1936 era jefe de la base de hidroaviones del Atalayón. Opuesto a la sublevación, fue detenido y fusilado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • López Ferrer, Luciano
  • Repertorio biográfico y emocional - López Ferrer, Luciano

    Villena, Alicante, 1869 / Madrid, 1945

    Abogado y diplomático con gran experiencia en Marruecos. Alto comisario en el Protectorado y embajador en Cuba. Profesor en la Escuela Diplomática.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Lyautey, Louis Hubert Gonzalve
  • La Historia Trascendida - Lyautey, Louis Hubert Gonzalve

    Nancy, 1854 / Thorey, Lorena, 1934

    Mariscal de Francia. Promotor de un colonialismo proindigenista a la vez que elitista. Formado en Saint-Cyr, se relaciona con los círculos católicos y legitimistas. En esos años (1875-80), destaca como defensor d´une Armée educatrice et sociale. Alterna la vida mundana con un misticismo que lo impulsa al sacerdocio y lo lleva a límites opuestos: su vacilante homosexualidad. Destinado a Argelia y luego a Indochina y Madagascar, donde queda bajo la docencia de Gallieni, su perspectiva del mundo cambia: se vuelve más humanista cuanto más orientalista sin perder su pragmatismo. En 1912 es designado residente general en Marruecos. Pone fin a las brutalidades de sus antecesores —Drude y Moinier—; tiende su afecto a príncipes y caídes; inaugura carreteras y ferrocarriles; como educador, construye escuelas e institutos; como urbanista, levanta une cité française en Rabat y otras en Fez, Marraquech y Mequinez, sin perturbar sus medinas. En agosto de 1914 ignora los telegramas de un París aterrado, que le exige que abandone el interior. Permanece sin alarmar ni reprimir. Su impavidez admira y facilita el alistamiento de argelinos y marroquíes. Briand le nombra ministro de la Guerra en 1916, cargo del que dimite en abril de 1917 tras reconocerse surpassé par Nivelle, militar mesiánico y torpe, responsable de las matanzas que dejan a Francia abrumada y amotinada. Vuelto a Fez, la magnitud del desastre español de 1921 lo arrastra hacia un peligroso juego: intentar une liaison con Abd-el-Krim a la espera del hundimiento de España para sustituirla en el norte. Abd-el-Krim se le adelanta en abril de 1925, derrotándolo en las líneas del Uarga. Su más detestado par (Pétain) llega, toma el mando y forma una alianza triunfante con Primo de Rivera. Cuando abandona Marruecos (10 de octubre de 1925), en Casablanca no lo despiden con honores. Mar afuera, unas siluetas grises esperan: destructores españoles, sus tripulaciones en cubierta. Saludaban al hombre y su bandera. España reconocía su valía.

    Enlace a Wikipedia

  • Maldonado Vázquez, Eduardo
  • 1902 / 1968

    Militar de Artillería. Luchó en las campañas de pacificación. Al término de estas pasó a la Delegación de Asuntos Indígenas como interventor. Tras la Guerra Civil ocupó vacantes como interventor y en varias unidades de Artillería del Protectorado. Autor de notables trabajos sobre la historia del Rif.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Marichalar y Monreal, Luis de
  • La Historia Trascendida - Marichalar y Monreal, Luis de

    Madrid, 1872 / 1946

    Vizconde de Eza. Reformador agrario. Sus conocimientos sobre nuevas técnicas de cultivos y la mejora de regadíos lo hacían persona idónea para el Ministerio de Agricultura, donde no pasó de director general. Alcalde de Madrid (1913-1914), su obsesión ahorradora convenció a Dato, que lo hizo ministro de Fomento (1917). Su carrera política parecía concluida, pero su mentor decidió confiarle mando y aposentos en el Cuartel General del Ejército. Nunca hubo inquilino mejor vestido en Buenavista, ni ministro de la Guerra tan rematadamente malo, a excepción del general Miguel Correa, a quien su patriotismo de opereta e incoherentes telegramas hicieron célebre en 1898. La brutal muerte de su protector lo dejó desnudo de consejos. De lo mucho que le faltaba al Ejército de África —en España no había otro ejército, tan solo tropas mal armadas y peor instruidas— bien avisado estaba por su antecesor: el precavido y resuelto Villalba; más los informes del omnipotente aunque preocupado Berenguer, alto comisario. Al primero ignoró y al segundo desatendió. Cuando en enero de 1920 viajó a Marruecos, lo mucho que le disgustó (como el penoso estado de los hospitales) y lo que más le inquietó (la tensa relación entre Berenguer y Silvestre) en ningún memorando lo plasmó y se lo ocultó a Alfonso XIII. Consumado el desastre —un ejército de desaparecidos, nueve años de colonización perdidos—, en el Congreso pretendió explicar lo inexplicable y acabó pidiendo perdón a los diputados, no a la Nación. Acumuló tal patetismo e indefensión personal, que recibió pésames de simpatía. Pero si Berenguer fue encausado previo suplicatorio (que él mismo solicitase), el Senado debió exigir los suplicatorios de Eza y Fernández Prida —el ministro de Marina—, corresponsables de la no evacuación de los sitiados en Arruit, condenándolos a la muerte. Lo que hubiese evitado el Plan Berenguer, boicoteado primero por Prida y al que Eza, obtusa y servilmente, apoyó.

  • Marina Vega, José
  • La Historia Trascendida - Marina Vega, José

    Figueres, Girona, 1850 / Madrid, 1926

    Muy distinguido en Filipinas y Cuba. General gobernador de Melilla desde 1905. La agresión rifeña del 9 de julio de 1909 contra los obreros españoles lo exaspera. Desacertado en su réplica táctica, la empeora al ordenar a la flotilla de cañoneros que bombardee los aduares de la costa. El Rif se inflama de ira y cerca Melilla. El envío de refuerzos acaba en desastre: el general Pintos no le expone sus dudas y él no se adelanta a despejárselas. Muere Pintos en el Barranco del Lobo. En siete días de combates, mil setenta y seis bajas. Arde Barcelona y llora España. Pero reconquista el Gurugú, ocupa Zeluán y recupera la confianza del país. Ascendido a capitán general, la prensa lo ensalza y en las calles se le vitorea. Tras dimitir Alfau como alto comisario, le es ofrecido (15 de agosto de 1913) el puesto. Comprende la urgencia de negociar con El Raisuni. Y a Sidi Alkalay, persona de confianza del jerife, le hace llegar su salvoconducto. Días después, los cadáveres del emisario raisunista y su ayudante, El Garfati, aparecen semisumergidos, maniatados y lastrados en el Méxera. Marina se enfurece y acusa a Silvestre de complicidad. Silvestre nombra una comisión que preside el comandante Orgaz. La trama se descubre: Luis Ruedas Ledesma, capitán de la Policía Indígena, con dos de sus oficiales, confabulados con Dris er Riffi, bajá de Arcila, habían urdido el doble asesinato, ejecutado (12 de mayo de 1915) cerca de Cuesta Colorada. Dato, jefe de un Gobierno asustado, no encuentra mejor salida que aceptar la dimisión de Marina y a Silvestre exigirle la suya. Para colmo, Ruedas es excarcelado. En el juicio que afrontó en 1924 supo Marina mostrarse digno y valeroso al denunciar tal apaño. Y quedó absuelto.

    Enlace a Wikipedia

  • Martín Artajo, Alberto
  • La Historia Trascendida - Martín Artajo, Alberto

    Madrid, 1905 / 1979

    Abogado y político catolicista. Su vida estuvo unida a la Iglesia y al Estado. Formado con los jesuitas —en el luego afamado colegio Nuestra Señora del Recuerdo, en Chamartín— y licenciado en Leyes, fue colaborador del cardenal Herrera y Oria. Trabajó en El Debate (futuro diario Ya). En 1930 lograba plaza como letrado del Consejo de Estado. En 1940 Franco le confió la presidencia de Acción Católica. Cinco años después lo llamaba para nombrarlo ministro de Asuntos Exteriores. Si la labor de Cierva en 1921-1922 fue difícil, la de Martín Artajo en julio de 1945, en plena guerra mundial (Japón aún resistía), no anduvo a la zaga en desafíos y con mejores resultados. Santa Cruz era un galeón arrumbado en puerto, bloqueada su salida por potentes flotas enemigas. El nuevo capitán sustituía a un almirante (José Félix de Lequerica) detestado por las democracias liberadas. En esos años de retirada de embajadores y radical autarquía, enorme mérito suyo fue el abrir puertas en ámbitos no tan favorables como parecían —Concordato con el Vaticano del papa Pío XII en agosto de 1953—; en los recelosos y exigentes —Acuerdos con los Estados Unidos de Eisenhower en septiembre— o manifiestamente hostiles como la Asamblea General de Naciones Unidas Al darse insólita suma de intereses entre el franquismo cercado, el sovietismo fortificado en Centroeuropa y el americanismo obligado a evitar una tercera conflagración planetaria, España fue admitida en la ONU (14 de diciembre de 1955) con los votos a favor de los países comunistas y democráticos (salvo Bélgica). El legado de Martín Artajo aseguraba la viabilidad del franquismo al afrontar, con solvencia, la retirada de Marruecos. Los errores de Franco, que pudo cerrar (en 1958) el contencioso hispano-marroquí, forzaron lo contrario: enquistarlo.

    Enlace a Wikipedia

  • Martínez Simancas, Víctor
  • La Historia Trascendida - Martínez Simancas, Víctor

    Granada, 1884 / Madrid, 1965

    Africanista de vocación y temple. Teniente de Infantería en la promoción de 1902. Con veintidós años es profesor en Toledo, instructor en la Escuela Central de Tiro e investigador en el Museo de la Academia. Quedan definidos tres de los cinco vértices de su carrera: docencia en claustro, instrucción de oficiales y profundización en la historia militar. Marcha a Melilla. Dos años de combates (1910-1912) en la Línea del Kert. Regresa de capitán, con dos cruces al valor y un tiro de aviso —en el costado izquierdo del pecho—, más el orgullo de haberse mantenido al frente de sus hombres bajo el fuego. Queda en Toledo como profesor titular. En 1919 el ministro Villalba lo reclama para que sea su ayudante. Seis meses en Buenavista. Es su cuarto vértice: cómo gobernar una institución y mantener, firme, su rumbo. Siguen nueve años de docencia y viajes de instrucción, por España y Portugal, tras ser destinado a la Comisión de Táctica. La Guerra Civil lo sorprende, retirado, en Toledo. El cerco del alcázar lo empuja dentro: quiere defender la vida de sus alumnos. Herido dos veces, funda un diario de asedio y supervivencia. El general Orgaz lo escoge como ayudante. Ingresa en la Escuela Superior del Ejército —de la que será nombrado profesor principal— y asciende a general de brigada. Lo nombran delegado de Asuntos Indígenas en Marruecos. En 1948, siendo divisionario, Varela lo designa delegado general de la Alta Comisaría. Al caer enfermo Varela, asume el mando interino. Su quinto vértice se expande. Y la nave protectoral, por él pilotada, sale a mar abierto, capea temporales y retorna a Tetuán, donde larga anclas. Llega García-Valiño. Le entrega el guion y a casa. Su último vértice se cierra.

    Enlace a Wikipedia

  • Martínez-Simancas García, Víctor
  • Repertorio biográfico y emocional - Martínez-Simancas García, Víctor

    Alicante, 1917 / Madrid, 1975

    Militar, experto en temas marroquíes y pionero de los servicios de información exterior españoles en África del norte.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Martínez-Simancas Sánchez, Rafael
  • Repertorio biográfico y emocional - Martínez-Simancas Sánchez, Rafael

    Rute, Córdoba, 1961 / Madrid, 2014

    Periodista y escritor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Maura y Montaner, Antonio
  • La Historia Trascendida - Maura y Montaner, Antonio

    Palma de Mallorca, 1853 / Torrelodones,
    Madrid, 1925

    Líder de un regeneracionismo (maurismo) rechazado por las instituciones y el bipartidismo caciquil. Tras licenciarse en Derecho en 1871 entró en el bufete de Germán Gamazo. Con el IX Gobierno Sagasta (1892) fue ministro de Ultramar. Al presentar su proyecto para la autonomía de Cuba recibió tales críticas que se vio obligado a dimitir, acompañándolo su cuñado Germán, ministro de Hacienda. El Grito de Baire (24 febrero 1895) y el desastre en que acabó probaron la grandeza de su anticipación a una catástrofe nacional. Ministro de la Gobernación con Silvela (1902) dio pruebas de eficacia y moralidad en el uso de los fondos públicos. En su primer gobierno (1903-1904), procuró el acercamiento a Inglaterra y Francia sin irritar a Alemania. De nuevo presidente del Consejo, las negligencias militares de unos y los excesos gubernativos de otros lo obligaron a gobernar (1909) a través de mares tempestuosos: el Barranco del Lobo, Barcelona amotinada e incendiada, clamores europeos por la ejecución de Ferrer Guardia. Jefe del Ejecutivo en 1917 y 1919, un régimen desahuciado volvió a reclamar sus servicios de patriota siempre movilizado. En 1921 la derrota volvía a ser institucional, militar y moral. Evitó que fuese social, porque España se sintió respetada, no solo bien gobernada. Maura lo pagó con su vida: sus escritos de 1922 muestran el deterioro de su raciocinio, su tesón en salvar a una monarquía maltratada por su titular, su angustia por liberar a los españoles cautivos en el Rif, su firmeza de no tolerar nuevas conquistas en Marruecos tras recuperar el honor de las armas. Lo peor de aquella España —el corporativismo de las Juntas de Defensa, el clientelismo de la política— no se lo perdonó; pero quien pudo salvarlo, y apartar a su patria del abismo fratricida, nombre tenía y numeral también: Alfonso XIII.

    Enlace a Wikipedia

  • Mehdi, Ben Ismael Mohammed El
  • La Historia Trascendida - Mehdi, Ben Ismael Mohammed El

    Fez ca. 1865 / Ceuta, 1923

    Emir (príncipe) de Marruecos, primer jalifa del Protectorado español. Era nieto de Mohammed IV, octavo monarca de los alauíes, que se viera obligado a encajar y perder la guerra contra la España de O'Donnell en 1859-1860. Su padre, Muley Ismael, fue gobernador del septentrión marroquí durante casi veinte años, con funciones propias de jalifa (lugarteniente del sultán). La autoridad en nada efectiva que su hijo Mohammed recibiría tras ser designado (19 de abril de 1913) por el duodécimo soberano alauí, Muley Yussef, hermano del abdicado (12 de agosto de 1912) Muley Hafid, a raíz de implantar Francia, por la fuerza, su protectorado en Marruecos.
    El hijo de Muley Ismael no tendría mando alguno, ni militar ni político, sobre los territorios que su padre gobernase mientras él era un niño. Ni siquiera le fue dado influir sobre el orgullo y el entusiasmo del pueblo normarroquí, consciente de que su entronización, como delegado del sultán reinante en Fez, ni convertía al elegido en príncipe del norte ni a su mentor en auténtico rey de Marruecos. El verdadero rey del norte era Muley Ahmed el Raisuni. Y los españoles de Alfau, que habían vuelto a ocupar Tetuán (19 de febrero de 1913), a los cincuenta y tres años de la salida de las tropas de Prim de la capital de Yebala, no dejaban de ser “delegados” de la paciencia de El Raisuni, que gobernaba Yebala y el Garb sin residir en Tetuán.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Mehdi, Muley Hassán El
  • La Historia Trascendida - Mehdi, Muley Hassán El

    Fez, 1915 / Tánger, 1984

    Emir (príncipe) de Marruecos, segundo jalifa del Protectorado español. Hijo de Mohammed el Mehdi, fue sobrino del sultán Muley Yussef, fallecido en Fez (1927) y primo de su hijo y nuevo sultán, Mohammed Ben Yussuf, decimotercer soberano de los alauíes. Fue designado jalifa (25 de julio de 1925) por su primo un año y nueve meses después de morir su padre. La guerra que persistía en el Rif y se extendía por el Garb, Gomara y Yebala, sumada a su juventud, fue causa del retraso en su proclamación.
    El 13 de diciembre de 1924, los restos del ejército de Castro Girona entraban en Tetuán después de una agotadora y mortífera retirada iniciada en Xauen el 17 de noviembre. La capital se hallaba cercada por un semicírculo de hostilidades: desde la orilla derecha del Martín hasta las alambradas de Ben Karrich, toda la tierra a la vista era enemiga y sus espaldas también tras sublevarse las tribus de El Haus y Uad Ras. No pocos cónsules extranjeros habían trasladado sus despachos a Ceuta. A los que se mantenían en sus puestos —representantes de Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos—, Primo de Rivera añadió el suyo, pues reunía los cargos de alto comisario y presidente del Directorio Militar. A Tetuán llegaban algunos refuerzos, pero de ánimos solo se contaba con los de Primo de Rivera y sus cónsules más enérgicos (Orgaz, Sanjurjo) o más capacitados (Bermúdez de Castro y Jordana hijo). No faltó el temple del jalifa aún sin proclamar, rodeado el joven Muley de esperanzas decapitadas. Si finalmente España caía derrotada tendría que partir hacia Fez, convirtiéndose en otro emir de los muchos que allí había, pero estigmatizado por la derrota de otros. Si no tenía tiempo de escapar del cepo tetuaní, estaba por ver que el caudillo triunfante, Mohammed Abd-el-Krim, le permitiese salir o le retuviese como rehén a su capricho.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Millán-Astray y Terreros, José
  • Repertorio biográfico y emocional - Millán-Astray y Terreros, José

    La Coruña, 1879 / Madrid, 1954

    General formado en la Academia de Infantería de Toledo. Combatió en Filipinas y Marruecos. Fue fundador de El Tercio y su primer jefe. Perdió en combate el brazo izquierdo y el ojo derecho, por lo que tuvo que ingresar en el Cuerpo de Inválidos. Fue director del Cuerpo de Mutilados de Guerra y procurador en Cortes.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Mizzian ben Kassem, Mohammed ben
  • Repertorio biográfico y emocional - Mizzian ben Kassem, Mohammed ben

    Guelaya, Marruecos, 1897 / Madrid, 1975

    General del Ejército español procedente del Arma de Infantería. Luchó en las campañas de Marruecos a las órdenes del teniente coronel Temprano, destacando por su legendario valor. En 1936 formó parte del ejército nacional, mandando el Grupo de Regulares de Ceuta. Al llegar la independencia de Marruecos causó baja en el Ejército español y fue nombrado ministro de Defensa y posteriormente de Estado. Desempeñó el cargo de embajador de Marruecos en España.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Mohammed V
  • La Historia Trascendida - MOHAMMED_V

    Fez, 1909 / Rabat, 1961

    Decimotercer monarca del sultanato alauí (establecida en Marruecos desde 1762). Primer rey de Marruecos en 1957 tras recuperar la independencia sustraída en 1912. Tercer hijo del sultán Muley Yussef, al fallecer su padre sin designar heredero, por iniciativa de Théodore Steeg, residente general de Francia, los ulemas (doctores en leyes) de Fez lo eligieron sultán (18 noviembre de 1927). Steeg y el funcionariado del Majzén creyeron que su juventud e inexperiencia harían de él un príncipe dócil. Su firma, que valida el Dahir Bereber de 1930, por el cual la jurisdicción francesa prevalecía sobre todas las demás —incluidas las de los pueblos bereberes, fieles al derecho consuetudinario—, provoca manifestaciones y disturbios, que le hacen comprender el engaño del que ha sido víctima. Hasta julio de 1933, con la llegada de Henri Ponsot a la Residencia, no se pone fin a la agitación con la anulación de tan provocativo dahir (edicto). Tres años de frustración moral y enclaustramiento social, por los que su imagen pública se deteriora. Cree imposible recuperar la confianza de su pueblo, pero los líderes nacionalistas (Allal el Fassi y Mohammed el Uezzani) le proponen que la fecha de su proclamación sea declarada “Fiesta del Trono”. Acepta agradecido. Ponsot no sabe qué hacer y prefiere abstenerse. Sobreviene otro cambio. El concepto de “sultán” es arcaico, mejor el de “rey”. Está de acuerdo. El 8 de mayo de 1934 visita Fez. Las gentes acuden a vitorearlo; la espontánea adhesión aumenta en número e intenciones; decide él apartarse para no ser causa de represiones y la multitud abuchea a los franceses, luego vuelve a por él y se lo lleva en volandas. Es el delirio  su entronización popular. Marruecos ha encontrado su redentor. El camino de la independencia queda abierto. Serán veintidós años de marcha hasta el final.
    Nueve años después, Francia sojuzgada y el Marruecos pétainista derrotado, Roosevelt y Churchill, reunidos en Anfa (Casablanca), le comunican su deseo de hablar con él. Acude preocupado. Sale entusiasmado (22 enero de 1943) y fortalecido: al general Auguste Noguès, que insistía en estar presente, los diplomáticos estadounidenses le cierran el paso. Audaz, aprovecha la ocasión para proponer a su hijo y príncipe heredero (futuro Hassán II) como oyente en el histórico encuentro. A Roosevelt le parece bien. América está con Marruecos, no con la Francia colonial. Victoria total y sin sangre. El Manifiesto del Istiqlal (11 enero de 1944), que redactan Allal el Fassi y Ahmed Balafrej, recuerda a los franceses que gobiernan sobre un país que “fue independiente durante trece siglos”; se refieren a él como “Su Majestad Sidi Mohammed” y dejan a su voluntad el ”establecer un régimen democrático” según el modelo de la Turquía poskemalista de Ismet Inönu.
    En abril de 1947 visita Tánger. El entonces residente, Erik Labonne, quiere “presentarle” a los cónsules acreditados en la urbe internacional. Se niega. Cuando Labonne le pide una explicación, él le proporciona dos: “Tánger es una ciudad marroquí”; “En su propio país el rey no puede ser el invitado de otros”. En su discurso del 10 de abril anuncia “la coincidencia de principios entre el trono y el Istiqlal”. Una marea de orgullos patrios recorre Marruecos y embiste el rompeolas del colonialismo galo, al que pasa por encima.
    Su defensa de un Marruecos nacional y emancipado lo enfrenta a Thami el Glaoui, bajá (gobernador) de Marraquech, cimitarra bereber al servicio de Francia. La tensión entre el rey no proclamado y el caudillo que aspira a ser monarca a sueldo de otros aumenta mes tras mes. Y en Rabat, en una recepción oficial, ante centenares de personas, a voz en grito lo acusa: “¡No sois el sultán de Marruecos, sois el sultán del Istiqlal!”. El ofendido, con calma y determinación, sonriente, se acerca al ofensor, lo coge del brazo y juntos salen del salón ante el pasmo de la concurrencia, que intuye disculpas recíprocas. Error. Una vez en la puerta, suelta el brazo del Glaoui y le advierte: “No vuelvas a la casa del rey”. Aquel 21 de diciembre de 1950 Mohammed deja de ser el hijo de Yussef. Es el rey sin más.
    El general Juin solicita verlo con el pretexto de saludarlo antes de viajar a Estados Unidos “por asuntos militares”. Es el 26 de enero de 1952. Tras los saludos de rigor, un Juin de mandíbulas apretadas le previene: “O desautorizáis al Istiqlal o renunciáis al trono”. Negativa rotunda. Sigue siendo el príncipe de Tánger, no va a desdecirse porque hayan pasado cinco años. Juin sube el tono de su amenaza: “Yo mismo os depondré”. Juin se cita él solo para su regreso de Estados Unidos. Cuando vuelve a la carga (12 de febrero), el atacado es él: el rey le comunica que ha escrito carta al presidente de la República (Vincent Auriol), solicitándole “su arbitraje entre usted, como residente general y yo como rey de Marruecos”. Juin queda desarmado y el calendario del destronamiento, bloqueado. Juin se marcha a su palacio-cuartel dando bufidos, como alanceado toro de la Camarga.
    El Glaoui interviene para evitar la derrota de Francia, que es su interés, no su causa. Y moviliza a la Caballería del Atlas. Miles de guerreros bajan de las montañas nevadas,  salen de las kasbahs (fortalezas), cruzan ríos, atraviesan palmerales y entran en las carreteras asfaltadas que llevan hasta Fez y Rabat. Las columnas bereberes plantan sus tiendas y empiezan a dar vueltas alrededor de los edificios oficiales (18-23 de febrero). Las gentes están encantadas ante el espectáculo. Ignoran que es el último aviso antes de una guerra civil. El rey cede. No tiene ejército, sí miles de partidarios. El 25 de febrero, en un discurso radiado, rinde “homenaje a la labor de Francia” y a su propio Gobierno, con énfasis, le exige que “condene la violencia de cierto partido”. Ha sido ambiguo y débil, lo sabe. No puede exigir a su patria de familia, sea de sangre o de ideas, inmolarse por él.
    Su calculada indiferencia enfurece a El Glaoui, quien convoca lapidaria yemáa (asamblea) de trescientos chiujs (efes). El 14 de agosto de 1953 aprueban su completa nulidad representativa. Lo destituyen, pero no pueden deshonrarlo. Mohammed Ben Arafa, su tío paterno, es elegido “sultán legítimo”. Al estupor inicial suceden las revueltas y los asesinatos. Solo en Uxda, cuarenta y cuatro muertos, once de ellos franceses. Marruecos se incendia.
    El 20 de agosto, el general Guillaume, que ha relevado a Juin en la Residencia, llega a Palacio al frente de un escuadrón de blindados, penetra en sus aposentos y, pistola en mano, lo conmina a que “busque a sus hijos”. Aparecen Muley Hasan y Muley Abdallah. Crispado el primero, demudado el segundo. Preguntan y se enteran: van a ser expulsados de Marruecos. No se les autoriza a llevar equipaje. Partirán con lo puesto. Un avión los espera. Es un viejo C-47, versión militar del DC-3. Suben a bordo. Soldados y policías los vigilan y desprecian. Será su peor recuerdo. El frío hace mella en el depuesto sultán. Sus hijos se abrazan a él para transmitirle su calor. El vuelo dura siete martirizantes horas. Ateridos, hambrientos y sucios, aterrizan en Ajaccio (Córcega). La noche llega. Se sienten perdidos. Confían en que el resto de la familia, que viaja en otro avión, llegue sin novedad. Llegan y van todos a la prefectura, donde duermen como tribu de emigrantes. Pasarán allí diecisiete días de humillaciones, agobios y desesperaciones. Después, en una caravana de automóviles que hace guiños a la muerte en cada curva y contracurva, las montañas a un lado, los precipicios al otro, llegan a su destino, Zonza. A salvo por el momento.
    Se encuentran en la punta suroriental de Córcega. Un dinosaurio de la hostelería mediterránea, Le Mouflon D´Or (El Carnero de Oro), les perdona la vida con su torva mirada y aspecto de triceratops corto de paciencia. Animal idóneo para acoger instintos perversos y acciones secretas; con magníficas vistas pero una higiene deplorable, mala accesibilidad y posibilidades de huida, ninguna. Los franceses las han clausurado. Tienen reflectores y los encienden. Sus dedos cegadores barren ventanas y tejados. Como tortura psicológica, perfecta. Como trato a quienes no han cometido delito alguno, un crimen.
    El rey se refugia en el mutismo, luego en una laxitud perniciosa. Come mal, se viste peor, se afeita un día sí y dos no, se abandona, se autoflagela. Es su expiación particular. Sus hijos y esposas se dan cuenta. Intentan modificar ese pronunciado declive, que puede terminar en una disfunción generalizada o un colapso. Las autoridades carcelarias, incluido el prefecto, acaban por atender sus quejas. Son los más interesados en que ningún monarca, lo sea de verdad o lo parezca, se les muera en Córcega. El invierno enseña sus colmillos. Hace frío y la fachada del Carnero de Oro parece que se mueve de la tiritona que estremece a sus huéspedes. Saquémosles de ahí es la consigna oficial que triunfa.
    Segundo castigo entre curvas y contracurvas, esta vez en dirección noroeste. Van a la otra punta de la isla. Según bajan y vuelven a bajar, el clima se suaviza. Y al fin, l´Île-Rousse. Mar inmenso y luz orbital. El nombre del hotel evoca varios escalofríos: Napoleón Bonaparte. Es inevitable su asociación con sucesos, personalidades, rangos y situaciones; combinados con una prisión a perpetuidad y la inflexibilidad de un guardián. La isla Rousse deviene en Sainte-Hélène, el prefecto es sir Hudson Howe, carcelero del emperador, y esta parte de Córcega, de escasa elevación, parece le mont Saint Jean en Waterloo, donde Wellington y los suyos hicieron trizas a los coraceros de Ney. La sugestión dura poco porque el Napoleón es un hotel decente; el trato es mucho mejor y la comida buena, sin ser magnífica. El pragmatismo del desterrado: “como bien y descanso, luego existo”.
    Además, recibe señales de alianza, no de ánimos bien pensantes. La España de García-Valiño insiste en no reconocer la autoridad del “sultán fantoche”, así llaman a su pobre tío. Y la oración de los viernes, en las mezquitas de Arcila, Larache, Tetuán y Xauen, sigue haciéndose en su bendecido nombre. Esto último revela un convencimiento en lo que se hace que trasciende el concepto de “solidaridad hacia el perseguido”. La España de Franco, desde siempre enemiga de la Francia republicana, quiere ahondar en la herida gala: el descrédito que sufre tras la decisión (octubre de 1948) de la Liga Árabe de llevar la cuestión de Marruecos a la Asamblea General de Naciones Unidas. Tener al general Franco de su lado es una buena cosa. Otra muy distinta es el Marruecos español. Jamás renunciará a recuperarlo por mucho que Franco lo ayude ahora en el trance que atraviesa.
    La felicidad es corta, como la vida. El Gobierno de Joseph Laniel, inquieto ante la pujanza política y económica que adquiere la Liga de Estados Árabes, consciente de la proximidad de Ajaccio a El Cairo, sede de la Liga, se teme un golpe de mano del que resulte la espectacular liberación del sultán, escándalo insoportable tras el consumado en mayo de 1947, cuando Abd el-Krim y su familia se les escaparon en Port Said. Eso no es un temor, es un disparate, pues ni los mejores soldados del general Muhammad Naguib, en el poder desde junio de 1953 tras destronar al rey Faruq I, tienen medios ni el debido entrenamiento para afrontar semejante reto. Naguib mismo no se atrevería a pensar en una locura así y menos ordenar su ejecución. Tras sopesar otra demencia —la Polinesia— con la perversa intención de hacer del rey depuesto un náufrago a perpetuidad, el hombre del que se olvidará hasta su nombre, la elección recae en Madagascar.
    El conde Clauzet, descendiente del general barón Bertrand Clauzet, que hiciera las campañas napoleónicas en España, es quien comunica la mala nueva al prisionero de Córcega. Clauzet se encuentra con un sultán desalentado y desaseado, sobre todo deprimido. Para su sorpresa, el destino anunciado alivia al cautivo. Clauzet comprende. Córcega tiene mucho de prisión subjetiva y nave falta del timón, obligada a girar en círculos. Madagascar, isla-continente, independiente en su inmensidad, puede llevar al rey hacia la luz. La distancia no cuenta, lo que importa es un lugar donde recuperar la fe.
    De Marruecos llegan noticias contradictorias, no porque unas sean espantosas y otras gratificantes, sino porque lo impensable sea que ambas se produzcan, con poca diferencia y en lugares no tan separados de lo que debería su reino: todo Marruecos. El 24 de diciembre de 1954, cuarenta y nueve personas son víctimas, en Casablanca, de un sádico que les tiende una trampa en forma de bidón de gasolina cargado de explosivos. Diecinueve de esas víctimas son muertos. Despedazados. Y la mayoría son cristianos. Las represalias se llevan la vida de varios marroquíes. Como sus oponentes, inocentes.
    Cambia el año y el 21 de enero de 1954, en la Hípica de Tetuán, veinte mil personas vitorean al general Rafael García-Valiño, alto comisario, cuando declama: “Rechazamos categórica e incondicionalmente la política seguida en la zona francesa del Protectorado y las medidas que han conducido a la deposición del sultán legítimo, Sidi Mohammed ben Yussef (...) Nosotros no reconocemos la autoridad de Muley ben Arafa, tal y como le ha sido conferida por Francia, sin tener en cuenta los sentimientos del pueblo marroquí”.
    Es hora de partir hacia el otro lado del mundo. Están a siete mil kilómetros de su objetivo: el aeropuerto de Tananarive, capital malgache. A viaje largo, avión más amplio y seguro. Del bamboleante bimotor C-47 pasan al imponente cuatrimotor C-54, versión militar del DC-4. Volarán más cómodos y, sobre todo, más rápidos. Y además, todos juntos: treinta y cinco personas constituyen el pasaje. La última escala se hace interminable: desde Brazaville, en el Congo francés, cortan África por el Ecuador, se introducen en el océano Índico y alcanzan Madagascar. Es el 29 de enero. En Madagascar hay unos cuantos prefectos, pero solo un alto comisario, Robert Bargues. Es de la Gironde, nacido en su capital (Burdeos); ha cumplido su servicio militar en Marruecos y está bien informado de todo lo concerniente al monarca alauí. Bargues es diplomado en Hautes Études d´Outre- Mer, la mejor escuela para gobernar uno de los mejores imperios que en el mundo ha existido, pero que se está hundiendo. La popa estaba en Indochina y casi ni se la ve. La proa es Marruecos y el centro, Argelia. Si la proa se hunde, el centro se partirá en dos y si este se parte antes arrastrará a la proa. A la nave Magreb Français puede que le queden horas. Culto y circunspecto, Bargues saluda a Sidi Mohammed con deferencia, pero sin rendirle honores. Al exsultán se le trata como tal: sin fastos protocolarios. A los viajeros les queda llegar a su destino. Desde Tananarive (la actual Antananarivo) son cuarenta y cinco kilómetros. Aparece Antsirabé y su hoteldes Thermes, que hace justicia a sus funciones hidrotermales y saludables por las que es célebre esta ciudad, situada a 1.520 metros de altitud. Parece mucha altura, pero es la perfecta para compensar un clima tropical como el malgache, extremo en humedad y bochorno, con una estacionalidad radical e imprevisible a la vez.
    La vida en Antsirabé se organiza de un modo aceptable: el cabeza de familia se repone, contesta a su correspondencia, recibe a los raros visitantes que le solicitan audiencia, se entretiene en los jardines y deja correr el tiempo entre sus hijas y esposas. Bordea la felicidad, pero no olvida por qué se halla tan lejos de Marruecos. Como desahogo, le complace hacer excursiones familiares a la capital, que posee un buen comercio y donde se puede pasear de incógnito. Sus hijos, los príncipes Hasan y Abdellah, viven otra vida y esta suele ser nocturna. Inútil insistir en los detalles, por otra parte de imposible comprobación. Unos se quedarán cortos y los demás formarán parte del exceso en que se formaron. Válidos para las crónicas de chismes, no aportan nada al chismorreo que suele acompañar a las testas del poder, sean coronadas o hayan sido destronadas.
    El 7 de mayo, muy malas noticias para Francia, pero también para Marruecos. En Dien Bien Phu, al noroeste de Hanói, las tropas del coronel De Castries han capitulado. Once mil hombres, muchos de ellos enfermos, mutilados o lisiados, rinden sus armas al vencedor. Võ Nguyên Giáp ordena a las divisiones del Viet Minh que respeten la vida de los franceses. Debería decir de “los franceses y magrebíes”, porque muchos son marroquíes, argelinos y tunecinos. Cuando se conocen las cifras de los fallecidos, Argelia, Francia, Marruecos y Túnez enmudecen a la vez: siete mil ciento ochenta y cuatro son los muertos. La pregunta improcedente es: ¿cuáles son los franceses y cuáles los marroquíes? No caben preguntas así. Los muertos en una guerra son de todos. No hay bandos, solo familias.
    El 21 de julio se conoce la firma, en Ginebra, de los acuerdos de paz entre franceses y vietnamitas. El Gobierno del socialista Pierre Mendès France reconoce la independencia de Vietnam, cuando l´Indochine queda dividida por el paralelo 17: al norte, el régimen comunista de Hô Chi Minh; al sur, el republicanismo despótico de la familia Diem. La pregunta que produce angustia en Antsirabé es: ¿se dividirá Marruecos también? Porque eso supondría la guerra entre los dos Marruecos, el del sur contra el norte. Francia y España otra vez en guerra y Marruecos en medio. Sidi Mohammed se hace, a sí mismo, la promesa de cerrar el paso a semejante anti-futuro con toda la energía de su fe y voluntad.
    En Marruecos no cesan las espirales de la impiedad y la venganza. Se mata de forma indiscriminada y las represalias no son menos generalistas. Tributan jóvenes o ancianos, matrimonios sin hijos o huérfanos de padre y madre. La guerra se los lleva a todos. De las ciudades explosionadas (Mers Sultan, plaza de Casablanca) se pasa a las poblaciones devastadas en centros mineros (Ued Zem, núcleo de los fosfatos), donde el furor es metralla fanatizada que barre comercios, viviendas y hasta el hospital. Desde sus pruebas del martirio, regresa en forma de ejecución, que cumplen tropas de la Legión Extranjera.
    No se toman prisioneros y si alguno queda con vida o es el azar o el cálculo. Y ese alguien aportará su testimonio sobre los crímenes del otro, ocultando los suyos.
    Entrado agosto de 1954, empiezan a desembarcar las fuerzas expedicionarias que lucharon en Indochina. Vuelven en cuadro, con sus brazos en cabestrillo o mangas caídas que denuncian la falta de un brazo. O esos pantalones doblados por su mitad, señal de que ahí faltan el pie y la pierna, incluso la rodilla. Se sabe que los muertos de origen magrebí son quince mil y los mutilados, diez mil. Aún no se conoce el reparto, por nacionalidades, de esos muertos o heridos bajo la bandera tricolor, cuando sus verdaderas patrias son otras. Pasan tres meses. Y de repente Argelia explota como si fuera una mina colosal. Es La Toussaint Rouge, la Pascua Roja. Un desastre social, moral y cultural de proporciones inimaginables. Ciento veinticuatro años (desde 1830) de ocupación y resistencia; de cooperación en el sufrimiento (dos guerras mundiales) e ilusión compartida para entrar en esa fratricida laguna donde todos bracean, pero en cuyo fondo acaban. Cabe preguntarse, ¿cuándo entenderá Francia que, al perder en Indochina, ha perdido todas las guerras que mantiene abiertas? ¿Qué espera para cerrar tantas heridas?
    A primeros de octubre, varios puestos franceses, situados en las proximidades de la línea de contacto con el Protectorado español, son atacados por guerrillas normarroquíes, armadas con el material de guerra que les llega vía Nador o la playa de Alkálá, cerca del Peñón de Vélez. Los atacantes son rifeños en su mayoría. Saben maniobrar y golpear.
    En Budenib e Izzummer dejan tras de sí decenas de cadáveres franceses. La prensa francesa vuelca sus iras contra España, y la española replica con incendiarios artículos. El 26 de octubre, sorpresa mayúscula: El Glaoui remite, a la prensa, un comunicado en el que dice “adherirse a la voluntad del pueblo marroquí para una pronta restauración de Sidi Mohammed Ben Yussuf y su regreso al trono de Marruecos”. El señor feudal pide perdón a su vasallo, el sultán al que él mismo depuso. En Antsirabé es jornada festiva para la gran familia marroquí hospedada en el hotel des Thermes. Sorprende la templanza del vencedor. Un rey que ha sabido esperar y por ello es bendecido. Las conferencias telefónicas Matignon-Thermes se suceden. El rey debe viajar a Francia cuanto antes. Se le pide “un esfuerzo por la paz”. Lleva veinte años haciéndolo. No lo cansa insistir.
    El 31 de octubre, el avión que transporta al rey de Marruecos aterriza en Niza. Sidi Mohammed vuelve a recibir honores de Francia, la potencia que se los quita y devuelve con periodicidad pasmosa. Se abstiene de hacer comentarios. Es tan notorio el cambio que lo importante es cerrar el acuerdo. Su prisa está justificada. Quedan diecisiete días para la Fiesta del Trono. Y anhela celebrarla con su pueblo. Transcurren seis días hasta que los borradores de ambas delegaciones coinciden en varios párrafos esenciales. A partir de ahí, todo va más deprisa. El lugar del encuentro está listo y es versallesco: el palacio de la Celle de Saint Cloud, cerca del Sena, una propiedad de los Borbones rehabilitada por sus nuevos propietarios, que han hecho donación de la misma al Ministerio de Asuntos Exteriores. El 6 de noviembre, Mohammed V y Antoine Pinay, presidente del Consejo de Ministros y, a la vez, titular del Quai D´Orsay, aceptan la divulgación de un comunicado que, pese a sus envolturas retóricas y el afán por disimular la ruptura completa del hecho colonial, constituye inequívoco aviso de que Marruecos y Francia caminarán en paz, pero cada una por su lado.
    El 16 de noviembre, Mohammed V y su familia parten hacia Marruecos. Y, puntual a su cita con su palabra y su propia posición ante la historia de su patria, el 18 de noviembre llega a Rabat. Desfile de pasiones y razones, concordantes ambas, de lágrimas de alegría y pesares por quienes no han podido llegar con vida a participar de tan arrebatador momento. Cánticos, salmos y convencimientos de vivir una ocasión única. Hay conciencia colectiva de haber conseguido una victoria excepcional, una hazaña sin igual: vencer a un imperio desde el exilio, no en los campos de batalla. Y desde la cárcel y la calle, otra conjunción arrolladora. Las matanzas causadas y las padecidas, sin perder su estricta contabilidad en el cómputo de los daños binacionales, son desbordadas por las ganas de vivir de marroquíes y franceses. Una doble generación de supervivientes lo ha conseguido. Y el sobreviviente máximo no es el rey de Marruecos ni ninguno de los políticos de la Cuarta República, que tienen vida muy corta, sino el Derecho Internacional y el Derecho Coránico, pues en los dos se habla de fortaleza, generosidad, humildad y templanza.
    El 2 de marzo, de vuelta a París, Mohammed V firma, Si Bekkai, jefe del Gobierno marroquí, y Christian Pineau, ministro de Asuntos Exteriores, firman el acuerdo por el que Francia reconoce la completa independencia de Marruecos y, como consecuencia, la derogación del humillante tratado de 1912. En El Pardo se come entre el desconcierto y la desesperación, para cenar en la furia. Hay que emancipar a Marruecos en un mes. ¿Cómo se hace eso? La serenidad del teniente general Muñoz Grandes, vicepresidente del Gobierno y la cabeza pensante del Ejecutivo, Luis Carrero Blanco, logran calmar a Franco. Hay tiempo para hacer las cosas diplomáticas y jurídicas, bien. Después sacaremos de allí a nuestras tropas. Paso a paso. El 4 de abril, Mohammed V, junto con numeroso séquito, llega a Madrid. El rey se alojará en el palacio de la Moncloa y las negociaciones serán en el palacio de Santa Cruz.
    Entre el 6 y el 7 de abril, a lo largo de agotadores cruces de proposiciones, denegaciones y conjunciones pactistas, ambas delegaciones convienen los términos del Acuerdo: Marruecos recupera sus libertades y ejercerá su autoridad sobre el conjunto del territorio, Tánger incluido. España conserva sus plazas de soberanía, Ceuta y Melilla.  Y en el Salón de Tapices, Alberto Martín Artajo y Mbarek Si Bekkai, jefes de las delegaciones de España y Marruecos, firmaban este Acuerdo de Legitimidades. Eran las 03.30 hs del 7 de abril de 1956.
    El 15 de agosto de 1957, Mohammed V fue coronado rey de Marruecos. El 23 de noviembre de ese mismo año, unidades del llamado Ejército de Liberación (EdL), atacaban los puestos españoles en Ifni y el Sáhara Occidental, iniciándose así una guerra de guerrillas, que fue silenciada por los gobiernos de ambos países. Las operaciones en gran escala concluyeron en febrero de 1958, cuando las tropas españolas y francesas expulsaron del Sáhara a los supervivientes del EdL. La dirección política de este Movimiento liberador la ejercía su hijo y príncipe heredero, Muley Hasan (futuro Hasan II). Él, como rey, se mantuvo aparte. El general Franco le hizo gentil donación de la península de Tarfaya, cuya extensión era mayor (25.000 kilómetros cuadrados) que la del antiguo Protectorado español en el norte. Intervino en el conflicto, de forma pública, el 6 de mayo de 1959 al entregar, en el Palacio Real de Rabat y a funcionarios de la embajada de España, cuarenta prisioneros españoles, internados desde 1957 en “los territorios liberados”. Con ese gesto humanitario suyo, hizo ver a la España de Franco que el Marruecos de Mohammed V nada tenía que ver con el Rif de Abd el-Krim. Ni él, como persona, la tuvo en la represión que, tres meses antes (10-15 de enero 1959), afectase al Rif Central, acciones de “contrainsurgencia”, que fueron dirigidas por el comandante (luego general) Mohammed Ufkir.
    El terremoto que devastó la ciudad de Agadir (29 de febrero 1960), cuando Marruecos progresaba en su recuperación económica, social y política, mostró al mundo a un monarca afligido pero incansable en su auxilio moral (y monetario) a los afectados. Su popularidad volvía a situarse en los niveles afectivos de 1955. Un año después de la tragedia habida en Agadir, se sometía a una intervención considerada como cirugía menor: su desviación del tabique nasal. El equipo médico tomó precauciones, pero la combinación entre un paciente hipotenso (tensión arterial baja), sometido a fuertes emociones y sobresfuerzos físicos, con una anestesia total, derivaron en un colapso irreversible y muerte. Aquel 26 de febrero de 1961, los pueblos de Marruecos sufrieron tal impresión de orfandad e incertidumbre que todavía hoy se recuerda. Su cuerpo yace en el mausoleo que lleva su nombre, uno de los más bellos monumentos funerarios del mundo islámico, que su heredero, Hasan II, ordenase construir y cuyos trabajos supervisaba con regularidad. Desde 1999 padre e hijo reposan allí, pero en túmulos separados.

  • Mola Vidal, Emilio
  • Repertorio biográfico y emocional - Mola Vidal, Emilio

    Placetas, Cuba, 1887 / Alcoceros, Burgos, 1937

    General procedente del Arma de Infantería. Combatió en las campañas de Marruecos formando parte de los Grupos de Regulares de Ceuta y Larache. Fue director general de Seguridad en el Gobierno del general Berenguer. Dirigió el alzamiento militar de julio de 1936, por lo que recibió la Gran Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo. Fue un destacado escritor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Moles i Ormella, Juan
  • Repertorio biográfico y emocional - Moles i Ormella, Juan

    Barcelona, 1871 / México, 1943

    Abogado y político republicano catalanista moderado. Alto comisario y ministro de Gobernación.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Morales y Mendigutía, Gabriel
  • La Historia Trascendida - Morales y Mendigutía, Gabriel

    Sancti Spiritus, Santa Clara, Cuba, 1864 /
    Izzumar, Rif, 1921

    Por la defensa de su patria antillana recibe tres cruces rojas del Mérito Militar. En 1909 prueba, en el Barranco del Lobo, sus dotes de mando ante otro desastre. Ascendido a teniente coronel de Estado Mayor, cuerpo al que pertenecía desde 1895, alterna destinos en Larache y Melilla. Fascinado por el mundo marroquí, aprende sus lenguas y profundiza en su pasado. Sus publicaciones lo convierten en cronista de Melilla y, en 1918, académico de la Historia. Coronel jefe de la Policía Indígena, confirma en ella su pedagogía como líder de guerreros y protector de sus familias. Con Silvestre al mando, su esfuerzo educativo y asistencial se extiende. Su prestigio entre las cabilas facilita osados avances que, sin él, hubiesen derivado en cruentos combates. Silvestre firma su promoción (febrero de 1921) al rango de brigadier. Opuesto a la ocupación de Annual, es también contrario al aventurerismo que suponía tomar Abarrán. Esta derrota, forzada por la inepcia del comandante Villar, sumada a graves faltas de otros oficiales de la Policía, lo malhieren. Al sucumbir Igueriben tras epopéyica defensa (19 de julio), intuye que el ejército está perdido. Se opone a la retirada de Annual y previene sobre lo tardío y letal de esa decisión. En el Izzumar combatirá armado con un fusil. Herido de muerte y abandonado por los pocos que lo acompañaban, será rematado por rifeños que no lo reconocieron. Su cadáver, honrado por Abd-el-Krim, fue el único que el Rif Libre devolvió a España. El alto comisario, Dámaso Berenguer, no acudió a recibir sus restos (Melilla, 3 de agosto) ni presidió su inhumación.

  • Muguruza Otaño, Pedro
  • Repertorio biográfico y emocional - Muguruza Otaño, Pedro

    Elgóibar, Guipúzcoa, 1883 / Madrid, 1952

    Destacado arquitecto y político falangista. Director general de Arquitectura. Dirigió las obras del Monumento del Valle de los Caídos y fue autor del Plan de Ordenación Urbana de Tetuán.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Munar Munar, Bartolomé
  • Repertorio biográfico y emocional - Munar Munar, Bartolomé

    Palma de Mallorca, 1895 / 1962

    Suboficial del Arma de Infantería. Combatió en Marruecos encuadrado en El Tercio.
    Ganó la Laureada de San Fernando por la defensa heroica de la posición de Kala Baja.
    Perteneció al Cuerpo de Mutilados de Guerra.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Muñoz Grandes, Agustín
  • La Historia Trascendida - Muñoz Grandes, Agustín

    Madrid, 1896 / 1970

    Capitán general. A los catorce años ingresa en la Academia de Infantería. De Toledo sale como teniente (1915). En julio de 1921 asciende a comandante. A sus veinticinco años encabeza una unidad de choque reconocida en sus apellidos: harca Muñoz Grandes. En el ataque al temido Malmusí (Alhucemas, 1925) detiene con el pecho un tiro de fusil. Recibe tres premios: su vida que salva, la Medalla Militar Individual y el ascenso a teniente coronel. En 1933 le es confiada la dirección de la Guardia de Asalto. En julio de 1936 lo internan en la cárcel Modelo. Vuelve a salvar la vida; esta vez gracias a mandos republicanos, que logran canjearlo. Combate sin descanso desde los frentes de Euskadi y Aragón hasta los de Cataluña y Levante. Ministro de Falange (secretario general del Movimiento) en 1939; en febrero de 1941 es nombrado gobernador del Campo de Gibraltar, designación apuntada a la reconquista del Peñón. En junio, Franco, sin esperar a desesperar (en octubre) a Hitler, lo pone al frente de la División Azul. Es su doctorado en la milicia: de sus dieciocho mil voluntarios extrae tanto bueno y bravo como para sostener, sin tanques ni apenas artillería, una castigada línea de frente —río Volchov, lago Ilman— por el poderío militar soviético. El alto mando alemán queda admirado por su resistencia y no quiere perderle tras saber de su relevo (1942) por Esteban Infantes. Empieza su presunto romance de conjuras con Hitler, cuando él solo tiene dos devociones: el Ejército y Franco (por este orden). No hay hueco para terceros. Ministro del Ejército (1951-1956), el dictador, consciente de su popularidad y prestigio internacional —sobre todo en Estados Unidos—, lo designa vicepresidente del Gobierno (1962-1967). Renace y combate: moraliza las instituciones, expurgándolas de especialistas en el engaño y el abuso; convierte las espadas en alto de españoles y marroquíes en abrazos sin filo ni final. Logros suyos fueron el llamado “espíritu de Barajas” (entrevista Franco-Hassan II, julio de 1963) y aquellas cacerías de la paz en las serranías cordobesas (Arruzafa, febrero de 1965). Muñoz Grandes pervive: a mayor abatimiento y descrédito nacional, mayor necesidad de su ejemplo.

    Enlace a Wikipedia

  • Muñoz-Mateos y Montoya, Luis
  • La Historia Trascendida - Muñoz-Mateos y Montoya, Luis

    Oviedo, 1895 / Orillas del Ibuhassen,
    Gomara, 1924

    Tras licenciarse en Medicina ingresa, en septiembre de 1921, en la Sanidad Militar. En enero de 1922 es destinado, como teniente médico, al Grupo de Regulares de Tetuán nº 1. Su acomodo en este contingente de fieros guerreros, bajo las órdenes de curtidos mandos españoles y oficiales moros de gran veteranía, transcurre sin dificultades. Aprende el chelja (o tamazigt), lengua de los nativos, y los atiende como si fueran hermanos. De ellos recibe idéntica consideración. El 5 de julio de 1924 Gomara es toda ella furia y llama. La rebeldía llega hasta Tetuán. La Línea del Lau, una treintena de posiciones asomadas a barrancos y precipicios, es traspasada y envuelta. Las harcas acuden al copo. Las fuerzas españolas a impedirlo. El tercer tabor de los Regulares de Tetuán es emboscado: gomaríes revestidos con uniformes españoles lo fusilan a bocajarro. Junto a un Ibuhassen corto de agua, que no de las sangres en él vertidas, ambos bandos se enzarzan y destrozan. Cae herido. Se venda como puede y prosigue su labor, hasta que lo ordenan retirarse. Deja atrás el tableteo de las ametralladoras, no así los gritos de sus heridos. No puede soportarlos y vuelve al fuego. Algunos supervivientes lo verán cojear en su ansioso descenso hacia la hermandad rematada. Las ametralladoras han enmudecido, los heridos no. Ya los ve, pero a él lo ven otros. Será dado por desaparecido. Y desaparecido sigue a fecha de hoy. En noviembre de 1929 le concedieron, a título póstumo, la Laureada.

  • Nassiri, Mekki
  • Rabat, 1906 / 1994

    Nacionalista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Navarro y Ceballos-Escalera, Felipe
  • La Historia Trascendida - Navarro y Ceballos-Escalera, Felipe

    Madrid, 1862 / 1936

    Barón de Casa Davalillos. Número uno de la promoción de su arma en 1880. Diplomado de Estado Mayor en 1898. Campañas de 1909 y 1912. General de brigada en 1916. Su amistad con Silvestre lo lleva a Melilla, en 1920, como segundo jefe de la Comandancia. Este cargo conlleva el de presidente de la Junta de Arbitrios. Tal obligación municipal le exige tiempo, apartándolo del contacto con las tropas y la realidad táctica, que se agrava tras el revés de Abarrán. Informado del suicidio de Silvestre, llega a Drius y se encuentra con los despojos de un ejército quebrado en lo físico, deshecho en lo moral. No ordena a la columna García Esteban, en Bu Bekker, que se concentre en Drius. Duda entre fortificarse allí —con artillería, reservas de municiones y víveres, más las aguas del Kert muy cerca— o proseguir la retirada hasta Melilla. Y toma la peor decisión: marchar a pie hasta la plaza. Acaba sitiado en Arruit, donde se encierra, el 29 de julio, con tres mil hombres. El drama concluye en el holocausto del 9 de agosto: un ejército que rinde sus armas al vencedor, degollado por este. En las casas-prisión de Axdir surge un Navarro defensor de enfermos y lisiados, altivo ante la amenaza, resistente al suplicio (encadenado a un muro estuvo). Jamás tuvo España un general de cautivos más digno y estoico. Encausado por Ayala en 1924, los cargos contra él son retirados. Al comenzar la Guerra Civil lo recluyen en la cárcel Modelo. El incendio y tumulto por los asesinatos del 23 de agosto le permiten escapar. Vuelve a su casa. Quiere abrazar a los suyos y asearse. Lo apresan junto con su hijo, el capitán Carlos Navarro Morenés, de treinta y cuatro años. En noviembre son ambos conducidos a Paracuellos y fusilados.

    Enlace a Wikipedia

  • Nieto Rosado, Juan
  • Repertorio biográfico y emocional - Nieto Rosado, Juan

    San Roque, Cádiz, 1854 / Arcila, Marruecos, 1925

    Maestro.
    Juan Nieto Rosado es considerado como el primer maestro español enviado por Madrid a Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Nieto y Nieto, Enrique
  • Repertorio biográfico y emocional - Nieto y Nieto, Enrique

    Barcelona, 1883 / Melilla, 1954

    Arquitecto de estilo modernista que proyectó numerosos edificios en Melilla y sus alrededores. Desde 1931 arquitecto municipal de la ciudad de Melilla.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Noguès, Charles
  • Repertorio biográfico y emocional - Noguès, Charles

    Monléon-Magnoac, Hautes-Pyrénées, Francia, 1876 / París, 1971

    Militar francés, hombre de confianza del mariscal Lyautey, sirvió largos años en Marruecos. En 1936 fue Résident général au Maroc, en 1940 permaneció leal a Pétain. En 1943 abandonó Marruecos, exiliándose en Lisboa. Fue rehabilitado en 1955.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Noval Ferrao, Luis (cabo Noval)
  • Repertorio biográfico y emocional - Noval Ferrao, Luis (cabo Noval)

    Oviedo, 1887 / Zoco el Had de Beni Sicar, Marruecos, 1909

    Cabo de Infantería.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ochoa Benjumea, José
  • Repertorio biográfico y emocional - Ochoa Benjumea, José

    Sevilla, 1894 / Madrid, 1965

    Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Ingeniero del Estado. Ingeniero director de los puertos de Tenerife y Melilla, ingeniero jefe de los Servicios de Obras Públicas Municipales de la Administración Internacional de Tánger y asesor de puertos de la Alta Comisaría de España en Marruecos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Orgaz Yoldi, Luis
  • Repertorio biográfico y emocional - Orgaz Yoldi, Luis

    Vitoria, 28 de mayo de 1881 / Madrid, 31 de enero de 1946

    Militar de Infantería. Participó en las campañas de pacificación. Monárquico desterrado por la República. Tras la Guerra Civil fue capitán general de Cataluña, alto comisario y jefe del Alto Estado Mayor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Orleans y Orleans, Isabel de, duquesa consorte de Guisa
  • Repertorio biográfico y emocional - Orleans y Orleans, Isabel de, duquesa consorte de Guisa

    Castillo d’Eu, Normandía, Francia, 1878 / Larache, 1961

    Esposa de Jean d’Orleans, duque de Guisa, pretendiente de la rama de Orleans al trono de Francia. Fue el centro de la vida social de la ciudad de Larache durante todo el período de Protectorado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ovilo Canales, Felipe
  • Repertorio biográfico y emocional - Ovilo Canales, Felipe

    Segovia, 1850 / Madrid, 1909

    Teniente coronel médico, fundador y director de la Escuela de Medicina instalada en el Hospital Español de Tánger; impulsor de la medicina española en el Marruecos preprotectoral, pero también de las relaciones diplomáticas entre ambos países, dada su gran amistad con el Padre Lerchundi y el sincero afecto que a los dos profesaba el sultán Muley Hassán I, octavo monarca alauí.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Pagés Miravé, Fidel
  • La Historia Trascendida - Pagés Miravé, Fidel

    Huesca, 1886 / Quintanapalla, Burgos, 1923

    Estudia en la Universidad de Zaragoza, donde se gradúa en 1908. En 1911 ingresa en la Sanidad Militar como capitán médico. Parte voluntario para cumplir misiones humanitarias en Austria- Hungría. Entre abril y septiembre de 1918 realiza fatigosas visitas de inspección a los campos de prisioneros donde se hacinaban, por miles, soldados italianos, rusos, rumanos y serbios. Cumple agotadoras estancias en el hospital militar vienés “Número 2”. Investiga el dolor agudo y cómo operar sin anestesia total. Los desastres de 1921 lo llevan a Melilla, desbordada por el flujo de heridos graves. Alterna jornadas de un día y una madrugada en quirófano con una mañana de descanso para, al atardecer, partir hacia el frente. Se desplaza en un rápido (los Ford de 20 HP) o en un biplano, en el que lo acompaña una monja. Aterriza en segunda línea y allí mismo, rodeado de camillas —el anuncio de su llegada moviliza campamentos y columnas— opera heridas de vientre o de cráneo. Salva vidas sin darse tregua y acumula una fama tan grande como su cansancio. Se merece la Laureada, pero no es propuesto. Ese mismo año publica su ensayo La anestesia metamérica, confirmación de su genial descubrimiento: la anestesia epidural. En 1922 asciende a comandante. En 1923 solicita la excedencia. Decide tomarse unas vacaciones con su esposa e hijos en el balneario de Cestona (Vizcaya). El 21 de agosto, de vuelta a Madrid, el coche que él mismo conducía se topa con un profundo bache, emboscado en la Cuesta de la Brújula. Volantazo, choque contra un árbol, vuelco y fractura de cráneo. España perdía así al que debió ser su segundo Nobel de Medicina después de Cajal.

    Enlace a Wikipedia

  • Pétain, Henri Philippe
  • La Historia Trascendida - Pétain, Henri Philippe

    Cauchy-à-laTour, Pas de Calais, 1856 /
    Port Joinville, Bretaña, 1951

    Mariscal y dictador de Francia. Su promoción fue pasmosa: de coronel jefe de una brigada en 1914 a généralissime, en 1917, tras apagar las furias d´une armée en révolte. Ocho años después (28 de julio de 1925), al bajarse del tren que, desde Ceuta, lo llevase hasta Tetuán para conferenciar con Primo de Rivera, la oficialidad española vitoreó al héroe de Verdún. Uno de aquellos entusiastas era el coronel Franco. Pétain llegaba para comprobar cuánto de certeza y vigor podía darse en una alianza que pusiera fin a la sublevación rifeña. Descubrió que los españoles tenían fe al creer en un plan audaz: desembarcar en Alhucemas. En febrero de 1939 presentaba sus credenciales, en Burgos, al caudillo, ya muy distante de él. Una Francia vencida lo reclamó a su lado. Quiso convencer a Lebrun y Reynaud para que permanecieran en el suelo patrio. Se limitaron a entregarle el poder y huir. Nacía la Francia de Vichy (22 de junio de 1940), un estado-balneario como refugio ante la barbarie nazi. A traición, la Inglaterra de Churchill atacó a la escuadra francesa anclada en Mers-el-Kebir (3 de julio de 1940). Pétain salvó a Inglaterra: una alocución belicista suya hubiese encendido el Hexágono y, sumadas las iras galas a las masas alemanas, Gran Bretaña habría sido aplastada. De Gaulle, en Londres, ignoró el daño: mil trescientos marinos franceses habían muerto. Pétain lo condenó a muerte en rebeldía. Al dejar el Gobierno en manos de Pierre Laval, filonazi convencido, Vichy pasó de estado-balneario a estado-verdugo. Ni los judíos nacidos en Francia se salvaron. En agosto de 1945, enjuiciado por alta traición, su sentencia de muerte pasó a la firma del general De Gaulle con la recomendación de “cadena perpetua”, dada la edad (86 años) del reo. Internado en la isla-prisión de Yeu, solo un lujo le fue permitido: cada catorce días le entregaban un cajón con naranjas de Valencia.
    Su remitente, siempre el mismo: “generalísimo Franco”.

    Enlace a Wikipedia

  • Picasso González, Juan
  • La Historia Trascendida - Picasso González, Juan

    Granada, 1857 / Madrid, 1935

    Militar internacionalista. Se forma en el Cuerpo de Estado Mayor. Siendo capitán, gana la Laureada de San Fernando por épica cabalgada en solitario bajo el fuego rifeño (Melilla, 28 de octubre de 1893). Coronel en 1902; brigadier en 1915; delegado de España en 1920 ante la Sociedad de Naciones en Ginebra. Divisionario en 1921, es designado (4 de agosto) por el ministro Eza como juez instructor del expediente que su apellido hará célebre. Picasso llegó a Melilla al frente de un equipo de auditores como no ha habido otro en la historia militar de España e incluso de Europa: Ataúlfo Ayala, Ángel Ruiz de la Fuente, Ángel Romanos. En jornadas agotadoras de diez y doce horas, ante ellos declaraba una columna de supervivientes en nombre de una multitud de difuntos. Las firmas de Picasso y Ruiz de la Fuente dan fe de heroicidades sublimes silenciadas, de negligencias abrumadoras, de cobardías infames sobreseídas. Las primeras proclaman los valores universales de la Milicia; las segundas sentencian lo peor del hombre. Entre esos destellos de ejemplaridad y esas ignominias se yergue hoy, en toda su grandeza sacrificial, el ejército muerto. Sánchez Guerra, que relevó a Eza, recortó las atribuciones de Picasso (Reales Órdenes del 24 de agosto y 1 de septiembre). Por ellas quedaba exento “el alto mando” de toda responsabilidad: de alféreces a coroneles, cuantos así lo merecieran; de generales, ninguno. La acumulación de pruebas fue tal que Berenguer afrontó el suplicatorio (por su condición de senador) que lleva su nombre. El general Ayala, en otra titánica instrucción (1922-1923) encausó a Berenguer y Navarro. La amnistía de 1924 exoneró a Berenguer, pues Navarro había sido ya absuelto.

    Enlace a Wikipedia

  • Piniés Rubio, Jaime de
  • La Historia Trascendida - Piniés Rubio, Jaime de

    Madrid, 1917 / 2003

    Embajador de España y alto funcionario de Naciones Unidas. Descendiente de una familia aragonesa de juristas y políticos monárquicos, se licenció en Derecho por la Universidad Central (Madrid, 1941). En 1944 ingresaba en la carrera diplomática. Su primer destino fue en La Habana (1945), de donde pasó a Londres (1948) y luego a Washington (1956). Tres causas definen su vida: la defensa de los intereses de España en la Asamblea de Naciones Unidas, los derechos patrios ante la afrenta de Gibraltar y la autodeterminación del Sáhara Occidental. Que se mostrase enérgico partidario de mantener bien cerrada esa maldita verja sobre el istmo español ilegalmente ocupado desde 1938 no le impidió ser embajador en Londres (1972-1973), y ser allí temido y respetado. Que de las libertades del Sáhara hiciera su altiva bandera no contuvo su audacia proyectista en favor del Marruecos irredento en el norte, rechazada por un atemorizado Arias Navarro. Fue secretario general adjunto de Naciones Unidades desde 1969 a 1983. En el ejercicio de su cargo ayudó cuanto pudo al birmano U Thant, y fue gran amigo de Kurt Waldheim y de Javier Pérez de Cuéllar. En 1975 le tocó padecer los ruegos de un ministro incapaz como pocos —Pedro Cortina Mauri— y además soportar las intrigas de quien actuaba como albacea universal de un franquismo en coma: José Solís Ruiz, secretario general del Movimiento. Culto y convincente; con un empuje arrollador; si su sonrisa cautivaba (a la elegante feminidad neoyorkina), sus argumentos desnudaban asus contrarios, fuesen el airado Kruschev de 1960 o el melifluo Lord Home de 1963, pues sin réplica los dejaba. Presidió dos veces el Consejo de Seguridad. Se despidió como presidente, en 1985, de la cuadragésima Asamblea General. Piniés supo ser estadista y jurista antes que diplomático, de ahí su prestigio mundial y la extensa duración del mismo.

  • Planell Riera, Joaquín
  • Repertorio biográfico y emocional - Planell Riera, Joaquín

    Vitoria, Álava, 1891 / Madrid, 1969

    Hijo de un general de artillería de origen catalán, a los catorce años sentó plaza como educando de banda. Ingresó en la Academia de Artillería en julio de 1910, finalizando sus estudios y ascendiendo a primer teniente con el número uno de su promoción en julio de 1915.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Powell Fox, Rosalinda
  • Repertorio biográfico y emocional - Powell Fox, Rosalinda

    ¿Calcuta?, 1908 / Sotogrande, Cádiz, 2004

    Aventurera miembro de los servicios de información británicos, cerca del general Sanjurjo y, tras su muerte, de Juan Beigbeder. Expulsada de España, regresó en los años cincuenta, siendo precursora de las colonias turísticas británicas en la Costa del Sol.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Primo de Rivera y Orbaneja, Fernando
  • La Historia Trascendida - Primo de Rivera y Orbaneja, Fernando

    Jerez de la Frontera, Cádiz, 1879 /
    Arruit, Rif, 1921

    Teniente de Infantería en el Toledo de 1896, en 1898 se gradúa en la Academia de Caballería. En 1906 ingresa en la célebre École de Cavalerie en Saumur (Marne-et-Loire). En dos cursos lo aprende todo sobre los caballos y la forma de combatir a caballo. De Francia vuelve un jefe de guerra. Asciende a capitán. En 1912 combate en la Línea del Kert. Ascenso a comandante. Profesor en la Escuela de Equitación, en Madrid. Ascendido a teniente coronel, regresa al Rif como segundo jefe del 14º de Caballería. Al tomar el mando Manella (21 de mayo de 1921) el regimiento descubre que tiene dos jefes: quien ordena y supervisa, y quien ejerce de guía táctico y ético. Bloqueado Manella en Annual, Primo de Rivera asume el mando. Manella muere, pie a tierra y pistola en mano, en el Izzumar (22 de julio). En la vertiente sur, Primo y los suyos lanzan su primera carga, cuestas arriba, salvando al convoy de heridos en Ben Tieb. El 23 de julio, segunda carga en Cheif, que evita la aniquilación de la columna Orrego. Consigue la Laureada sin él saberlo. Regresa para salvar de la muerte a la columna Navarro, fusilada en el Igan. Tercera carga. Parte por la mitad las filas rifeñas y alcanza Batel, espantando toda oposición a su paso. Vuelve grupas y ataca de revés el trincherón del Igan. Cuarta, quinta y sexta cargas. El Regimiento Alcántara empieza a caer y acaba muriendo en masa, pero rescata a la gente de Navarro. Sitiados en Arruit, un cañonazo le arranca el brazo derecho (3 de agosto) y la gangrena lo mata dos días después. Pocos militares en la Historia en solo trece días de batalla donan su vivir y ejemplaridad para que su Ejército, su Nación y su Pueblo se sientan laureados de por vida.

    Enlace a Wikipedia

  • Primo de Rivera y Orbaneja, Miguel
  • La Historia Trascendida - Primo de Rivera y Orbaneja, Miguel

    Jerez de la Frontera, Cádiz, 1870 / París, 1930

    Gana su primera Laureada al recuperar un cañón, arrebatado por los rifeños, en la explanada del fuerte melillense de Rostrogordo (28 de octubre de 1893). En Filipinas, a las órdenes de su bilaureado tío Fernando, acomete arriesgada misión ante Emilio Aguinaldo, líder de la insurrección, que culmina en la Paz de Biacnabató (23 de diciembre de 1897). Asciende con rapidez: en 1913 ya es divisionario. El 25 de marzo de 1917, siendo gobernador militar de Cádiz, propone, ante la Academia Hispano-Americana, el abandono de Marruecos resumido en el “ofrecimiento a Inglaterra de Ceuta y Melilla a cambio de Gibraltar”. Es destituido, no relegado. En 1919, teniente general y en 1921, senador. En la Cámara Alta se pronuncia en contra del mantenimiento del Protectorado ante el sacrificio que supone para el Ejército y la Nación. Relevado, le ofrecen la IV Región Militar. Su pronunciamiento (Barcelona, 12 de septiembre de 1923) recibe aceptación telegráfica —de Alfonso XIII desde San Sebastián— y una pregunta terminante, “¿Vamos a ser rectos?”, es el saludo que Sanjurjo le plantea al recibirlo en la estación de Zaragoza, donde detiene su tren de dictador camino de Madrid. Aplaudido por la clase media y el empresariado, de Marruecos solo le llegan pésimas noticias. Vuelve a atreverse: mantiene las posiciones en el Rif, desmantela trescientos puestos en el oeste. Cuando tantos dudan, él se planta, con la Escuadra, ante Alhucemas. Ocho meses después (mayo de 1926), Abd-el-Krim se rinde a los franceses. La guerra acaba en julio de 1927. Debería haberse atrevido por última vez y haberse apartado de la vida pública. Se autoimpone penosa agonía política, que cierra con su dimisión, breve exilio y muerte.

    Enlace a Wikipedia

  • Puente Bahamonde, Ricardo de la
  • Repertorio biográfico y emocional - Puente Bahamonde, Ricardo de la

    Ferrol, 1895 / Tetuán, 1936

    Militar de Ingenieros y aviador. Primo hermano de Francisco Franco. En julio de 1936 era jefe de las Fuerzas Aéreas de Marruecos. Opuesto a la sublevación fue detenido y fusilado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Queipo de Llano y Sierra, Gonzalo
  • Repertorio biográfico y emocional - Queipo de Llano y Sierra, Gonzalo

    Tordesillas, Valladolid, 1875 / Sevilla, 1951

    General procedente del Arma de Caballería. Tomó parte en operaciones militares en Cuba y Marruecos. Intervino en 1930 en el levantamiento republicano de Cuatro Vientos. Al producirse el alzamiento militar de 1936 estuvo al frente de las fuerzas nacionales que operaban en Andalucía y al término de la contienda se le concedió la Gran Cruz Laureada de San Fernando.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ramos-Izquierdo y Gener, Rafael
  • San Fernando, Cádiz, 1884 / Rivas Vaciamadrid, Madrid, 1936

    Oficial de la Armada española. Ganó la Cruz Laureada de San Fernando en Marruecos por la heroica defensa del cañonero General Concha. Fue fundador del Polígono de Tiro de Fusil de San Fernando (Cádiz) y de la Base Aeronaval de San Javier (Murcia).

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ribera y Tarragó, Julián
  • Repertorio biográfico y emocional - Ribera y Tarragó, Julián

    Carcagente, Valencia, 1858 / Puebla Larga, Valencia, 1931

    Arabista.
    Discípulo del arabista Francisco Codera. En 1887 ocupó la cátedra de Lengua Árabe de la Universidad de Zaragoza, desde donde se trasladó a la Universidad Central de Madrid en 1905 para ocupar la cátedra de Historia de la Civilización de Judíos y Musulmanes y desde 1913 la de Literatura Arabigoespañola.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Rico Avello y García de Lañón, Manuel
  • Repertorio biográfico y emocional - Rico Avello y García de Lañón, Manuel

    Villanueva de Trevías, Asturias, 1886 / Madrid, 1936

    Abogado y político español que militó en los partidos Reformista y Radical. Diputado, ministro de Hacienda y de Gobernación y alto comisario.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Rodríguez Bescansa, Miguel
  • La Historia Trascendida - Rodríguez Bescansa, Miguel

    Pamplona, 1900 / El Malmusí, Rif, 1925

    Su padre era José Rodríguez Casademunt, laureado por su gesta en Arayant (Luzón), donde encajará quince heridas. Verá partir a su hijo, voluntario de quince años, para luchar en el Rif. Miguel vuelve ileso e ingresa en la Academia de Infantería. Ese mismo año de 1915 le imponen la cruz de plata del Mérito Militar por sus acciones en la Línea del Muluya. Teniente en 1921. Combate en Gomara y Yebala. Primera herida grave en Draa el Assef: se niega a que lo retiren en camilla. En 1922, ascendido a capitán, se alista en el harca de Muñoz Grandes. Segunda herida en Zoco el Sebt: un tiro en el brazo derecho; se opone a ser evacuado. Sus harqueños, devotos del valor y la osadía, se juramentan para seguirlo allá donde él les señale. El 5 de julio de 1925 esa señal se alza ante el bosque de Sidi Dauetz (cerca de Ceuta). Combate a bayonetazos y bombazos, con su tercera herida, que oculta a su gente. Es su primera Laureada sin él imaginárselo. El 22 de septiembre, nueva señal suya en las pendientes rojizas de El Malmusí, monte de impiedades y sangres. Tras un cuerpo a cuerpo sin perdón, le ordenan que se retire. Obedece, pero lo avisan: un caíd (jefe de harca), herido de muerte, ha quedado atrás. Eso no puede consentirse y vuelve. Le imploran y razonan: el Malmusí es un hormiguero de pacos. Lo sabe y lo acepta. Al ver de lejos el cuerpo del amigo corre hacia él. Corre más una bala de fusil que le vuela la cabeza. Su cuarta herida y segunda Laureada. Sabrá de ellas el general Casademunt cuando Azaña firme, en diciembre de 1931, los decretos de concesión de dos cruces, póstumas, de San Fernando. Más la de su anciano padre, fusilado en Paracuellos.

  • Rodríguez Fontanes, Carlos
  • La Historia Trascendida - Rodríguez Fontanes, Carlos

    Manzanares, Ciudad Real, 1879 /
    Amvar, Rif, 1922

    En 1921, siendo comandante, lo destinan al Tercio. Toma el mando de la II Bandera. La Legión es la punta de lanza de las fuerzas de Berenguer, empeñado en atrapar a El Raisuni en las montañas de Yebala. El 22 de julio, en Rokba-el-Gozal, llegan noticias como puñetazos: Silvestre muerto, su ejército deshecho, Melilla en peligro. Se sortea entre las dos banderas: pierde Fontanes y gana Franco, que sale con la Primera hacia Tetuán. Fontanes recibe órdenes de partir. Cien kilómetros andando. En veinte horas lo consiguen. El 23 embarcan en Ceuta y a Melilla. Siguen tres meses de continuo cuerpo a cuerpo, espoleados por su jefe, Millán Astray, que no les da respiro. Fontanes, con su mirada socarrona, su guerrera remendada y su media sonrisa, se gana la admiración de españoles y el respeto de rifeños. Al avanzar hacia el territorio del desastre, la resistencia se endurece. El 18 de marzo de 1922, inaudita torpeza del mando de los tanques al dejarlos sin gasolina. Los carristas huyen, los rifeños detrás. En Amvar, la I Bandera afronta el choque. Fontanes ve caer a un legionario y, al inclinarse para auxiliarlo, un “pacazo” le abre el vientre. Son las dos de la tarde. Con calma, pide: “Encontrarme al capitán Pagés”. El célebre médico le había asegurado: “Si se interviene antes de que transcurran cuatro horas, no hay peligro de muerte”. Pasan dos horas y Pagés no llega. A las seis, nadie sabe nada de Pagés. El plazo de la vida concluye. Medianoche. Fontanes es un hilo de voz: “Mis pobrecitos hijos”. Dos varones y cuatro hembras, huérfanos de madre. Entra la madrugada y un ansia terrible se lo lleva. Franco agiliza la cuota de auxilio: dos mil pesetas. Y los hijos de Fontanes tocan a 333,66 pesetas por cabeza y orfandad.

  • Romerales Quintero, Manuel
  • Repertorio biográfico y emocional - Romerales Quintero, Manuel

    Madrid, 1875 /Melilla, 1936

    Militar de Infantería. Participó brevemente en las campañas de pacificación. En julio de 1936 era general jefe de la Circunscripción Oriental. Opuesto a la sublevación fue detenido y fusilado.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Ruiz Orsatti, Ricardo
  • Tánger, 1871 / 1946

    Maestro, inspector de enseñanza y periodista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Sánchez Pérez, Andrés
  • Aranjuez, Madrid, 1895 / Camas, Sevilla, 19?

    Militar de Infantería. Participó en la última fase de las campañas de pacificación. Interventor en la cabila de Beni Urriaguel, en 1936 pasó a la Península al frente de la harca del Rif. Tras la Guerra Civil ocupó puestos de interventor en varias localidades hasta su pase a la reserva. Autor de varios trabajos sobre Abd el-Krim y su cabila.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Sanjurjo Sacanell, José
  • La Historia Trascendida - Sanjurjo Sacanell, José

    Pamplona, 1872 / Estoril, Portugal, 1936

    En su época de máximas responsabilidades en Marruecos, donde en 1925 fue general en jefe y alto comisario (hasta 1928), fue el militar de referencia para el Ejército y la Nación. Salvó a Melilla en 1921. Berenguer se refirió a él como “el único general que me merece confianza”, y tenía otros cuatro a sus órdenes. Dio por conclusa la guerra en Marruecos con su proclama en Bab Taza, el 10 de julio de 1927, en la que ensalzó la categoría del adversario como “una de las mejores infanterías del mundo”. En Dar Riffien recibió, de manos de Alfonso XIII, la Gran Cruz de San Fernando. La mereció por tenaz y por ecuánime. Tenía otra, la Laureada sencilla, ganada en Beni Salem (Tetuán, 1914): cinco horas bajo el fuego con dos heridas. En 1931 era director general de la Guardia Civil. Molesto con el rey por sus ausencias de Marruecos mientras el país se desangraba y por cómo despidiese (en 1930) a Primo de Rivera, le retira el apoyo de la Benemérita. Y el monarca se viene abajo. En agosto de 1932 se pronuncia, en Sevilla, contra la República. Golpe de Estado mal planteado y peor ejecutado, con un centenar de muertos. Alcalá Zamora lo indulta de la pena capital, no de su internamiento en el penal del Dueso (Cantabria). Al quedar en libertad, se exilia en Portugal. Y desde allí, elegido jefe de otra sublevación, emprenderá brevísimo vuelo, que acaba en accidente y atroz agonía. Su muerte favoreció a los republicanos: carecía del frío cálculo sacrificial de bajas que Franco planteará en Madrid, Teruel o el Ebro. Por cómo fue, Sanjurjo jamás hubiese tolerado prolongar la represión en la posguerra. Muchas cosas lo separaban de Franco.

    Enlace a Wikipedia

  • Sender, Ramón J.
  • Repertorio biográfico y emocional - Sender, Ramón J.

    Chalamera, Huesca, 1901 / San Diego, Estados Unidos, 1982

    Escritor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Serrano Orive, Julián
  • Madrid, 1877 / Xeruta, Marruecos, 1922

    General procedente del Arma de Infantería. Combatió en Filipinas y en Marruecos entre 1912 y 1921+, mandando el Grupo de Regulares de Tetuán y falleciendo durante la retirada de Xeruta a Zoco el Arbaá. Su destacado valor fue recompensado con dos Medallas Militares Individuales, una Cruz de María Cristina y once cruces rojas al Mérito Militar.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Silva Amador, Lorenzo Manuel
  • Repertorio biográfico y emocional - Silva Amador, Lorenzo Manuel

    Madrid, 1966

    Abogado, escritor y periodista.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Silvela Casado, Luis
  • Repertorio biográfico y emocional - Silvela Casado, Luis

    Madrid, 1865 / 1928

    Abogado, periodista y político de segunda fila del partido liberal. Alcalde de Madrid y varias veces ministro durante cortos períodos. Primer civil que desempeñó el cargo de alto comisario.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Soriano Barroeta-Aldamar, Rodrigo
  • Repertorio biográfico y emocional - Soriano Barroeta-Aldamar, Rodrigo

    San Sebastián, 1868 / Santiago de Chile, 1944

    Abogado, escritor, político republicano, periodista, pintor, profesor de la Escuela Superior de Pintura y Escultura de Madrid, director general de Bellas Artes, subdirector del Museo de la Trinidad y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Tapiró i Baró, Josep
  • Repertorio biográfico y emocional - Tapiró i Baró, Josep

    Reus, Tarragona, 1836 / Tánger, 1913

    Pintor.
    Su obra pictórica está vinculada a Marruecos, en donde residió, entre 1877 y 1913, año de su muerte, en la ciudad de Tánger. Durante sus años de formación como pintor coincidió con Mariano Fortuny, a quien le unió una gran amistad.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Temprano Domingo, Claudio
  • Repertorio biográfico y emocional - Temprano Domingo, Claudio

    La Habana, 1880 / Zoco el Arbaá, 1924

    Destacado oficial africanista perteneciente al Arma de Infantería. Jefe del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas. Su heroica actuación en Marruecos le valió ser recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando, dos Medallas Militares Individuales y la Cruz de María Cristina.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Tienda Ortiz, Julio
  • Sevilla, 1892 /Madrid, 1980

    Interventor y traductor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Valderrama Martínez, Fernando
  • La Historia Trascendida - Valderrama Martínez, Fernando

    Melilla, 1912 / Madrid, 2004

    Arabista, filólogo y lingüista. Nacido en el seno de una familia de origen granadino, cursó estudios en la Universidad Central, donde se doctoró (Madrid, 1951) en Filología Semítica con su tesis sobre el cancionero árabe, continuador de la tradición oral andalusí, Kunnas-al-Ha'ik, texto escrito en el siglo XVIII por un tetuaní: Muhammad al-Husayn-al-Ha´ik al-Titwani al- Andalusī. Valderrama fue tetuaní por afiliación y ejercicio, pues durante veintiséis años residió en la que fuera capital del Protectorado. Tan prolongada estancia le facilitó la ampliación de sus investigaciones sobre el árabe clásico, el árabe dialectal marroquí y las variantes del amazigh, lengua troncal de los pueblos bereberes. Sus conocimientos y seriedad docente propiciaron su nombramiento como inspector general de Enseñanza Indígena en la Delegación de Educación y Cultura Española del Protectorado, en Tetuán. En 1956, coincidente con el final del Protectorado, salió de Marruecos, pero tras un breve paréntesis en la Península viajó hasta Perú y en Quito fijó su residencia como secretario de la Comisión Española de Cooperación con la Unesco, organización en la que también trabajó durante su posterior estancia en París. A principios de los años setenta vuelve a España. Y opta por residir en Madrid. Su función docente queda orientada hacia el refuerzo lingüístico de quienes han optado por introducirse en los mundos económicos y financieros del Magreb y Oriente Próximo. Catedrático en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, mantuvo su labor como enseñante hasta 1982, año de su jubilación. En todos estos tránsitos, su esposa, Asunción Pareja, supo ser ayudante y consejera. Hija de militar, Asunción aportó a su marido esa suma de autoconvicción y fuerza moral imprescindibles para todo investigador que duda no de sus objetivos, sino de si estos serán valorados por los demás en el esfuerzo que ello le ha supuesto. De la vida de Valderrama en Marruecos, de su veneración hacia el mundo islámico y exquisito cuidado para preservar el legado árabo-andalusí, así como de su visión panoramista de las sociedades norteafricanas y la necesidad de ponerlas en comunicación con el escenario internacional, da fe su catálogo de obras, entre las que destacan: Método de árabe dialectal marroquí (Tetuán, 1952); Historia de la acción cultural de España y Marruecos (Tetuán, 1954); Cómo planificar una campaña de alfabetización de adultos en árabe (Túnez, 1959); Glosario español-árabe y árabe-español de términos económicos, políticos y de Reuniones Internacionales (Madrid, 1986). A Tetuán, capital de sus amores estético-sociales, pero también de los histórico-urbanísticos, dedicó sendos trabajos de valía: Palacio califal de Tetuán y Culto a las fuentes de Tetuán, el primero editado en 1954; el segundo, un año después. Valderrama dejó sentida memoria en cuantos le conocieron, fuesen compañeros de docencia o en sus muy diversos alumnados, para los que fue guía y referente.

  • Valenzuela Urzaiz, Rafael
  • La Historia Trascendida - Valenzuela Urzaiz, Rafael

    Zaragoza, 1881 / Barrancos de Iguermiren,
    Rif, 1923

    Ejemplo de milicia, responsabilidad y sacrificio. Formado con los jesuitas, sus hechos vendrán marcados por su lealtad de combate y autoexigencia ilimitada: “a los contrarios afronto, a los míos nada exijo que no pueda yo cumplir; por mis causas lo doy todo y mi vida la primera irá”. En septiembre de 1922, siendo teniente coronel, se le confía el mando de los Regulares de Alhucemas. En noviembre, un plante de los militares juntistas a Millán Astray, en un acto de imposición de condecoraciones, provoca que el primer jefe de la Legión, exasperado, presente su dimisión. Alfonso XIII se la acepta y designa a Valenzuela para mandar el Tercio. En Marruecos, la guerra es de desgaste: El Raisuni resiste en Yebala. En el Rif, Abd-el-Krim ha situado el grueso de sus fuerzas al resguardo de un macizo de emboscadas y matanzas, Tizzi Assa. La mole tiene tres dueños: en la cima, los españoles allí sitiados; en la cara de Levante, el ejército que los socorre y tributa, semana tras semana, con listas de bajas en aumento; en la vertiente oculta, que solo los aviadores españoles pueden ver, una enredadera de harcas rifeñas sube hasta media montaña, pasa a la cara española, se mimetiza con rocas y sombras y, llegado el convoy, lo atrapa y devora. El 4 de junio de 1923, Valenzuela habla, en Taffersit, ante tres de sus Banderas. Cargado de espaldas y de ira por tantas displicencias palatinas, su rostro ojeroso y mirar encendido se transforman cuando exige a los suyos: “¡Mañana entrará el convoy o moriremos todos, porque nuestra raza no ha muerto aún!”. El martes 5, alineadas las filas legionarias, tremolará ante ellas su gorrillo de vanguardia. Y tras ese banderín de pelea salieron cuantos se sentían iguales a él. Cincuenta murieron por defender su cadáver.

    Enlace a Wikipedia

  • Varela Iglesias, José Enrique
  • La Historia Trascendida - Varela Iglesias, José Enrique

    San Fernando, Cádiz, 1891 / Tánger, 1951

    Célebre jefe de tropas de choque. De los cinco bilaureados fue el único que obtuvo tan altas distinciones por hechos individuales y las recibió en vida. Esta doble singularidad otorgó a su figura un carácter de excepcionalidad epopéyica y militar intocable. Incluso se mereció una tercera Laureada por su asalto a las grutas del monte Iferni, en 1925. No se la concedieron y fue notoria injusticia. Como fue injusta su actitud ofensiva ante el general Primo de Rivera en Ben Tieb, cuando aquel razonaba, ante dos centenares de jefes y oficiales, la necesidad de reducir las líneas del frente. El dictador lucía una Laureada, sus obligaciones y excesos lo habían convertido en un prematuro anciano, pero su razonamiento era joven y fuerte. Varela fue quien liberó a los sitiados en el Alcázar —decisión de Franco, consciente este del efecto propagandístico—; quien hizo de puente y riada en La Granja (Segovia, 1937) o de escudo y lanza en Brunete ese mismo año y quien reconquistó Teruel (1938). Cuando impuso a Franco la Gran Cruz Laureada —joya que donase la familia del fallecido Marina— en aquel primer Desfile de la Victoria (Madrid, 19 de mayo de 1939), quien legitimaba tal concesión era él, Varela, no los hechos del dictador recompensado. Franco se sintió siempre en inferioridad ante “Varelita”, apodo inapropiado para quien hiciera de su cuerpo un muestrario de sufrimientos: siete heridas graves sumó en combate. Ministro del Ejército (1939-1942), en 1945 relevó a Orgaz en la Alta Comisaría. De Marruecos recibió afectos y renovadas fidelidades. Sus viejos harqueños le veneraban; sus antiguos enemigos no olvidaban su hidalguía al ofrecerles leal ayuda tras caer heridos o quedar prisioneros.

    Enlace a Wikipedia

  • Vázquez Bernabéu, Antonio
  • La Historia Trascendida - Vázquez Bernabéu, Antonio

    Blida, Argelia, 1896 / Paterna, Valencia, 1936

    En las semanas posteriores a la derrota de Abarrán, una solitaria figura a caballo recorría la pista entre Ben Tieb y el Izzumar, pasaba por Annual y subía hasta Buymeyan, sin ser “paqueada”. Desde rifeños emboscados a españoles en guardia, todos conocían al teniente médico de la 12ª mía (compañía) de la Policía Indígena. Intuían de dónde podía venir: de practicar un parto y salvar al niño y a la madre o de aliviar los dolores de estómago de un caíd (jefe). Compasivo y valiente, tenía probadas estas virtudes desde el 16 de junio de 1921 cuando, al fracasar el asalto a la Loma de los Árboles, la tercera parte de la 12ª mía causó baja, la otra vaciló y la última pretendió huir. Pistola en mano cortó la huida y defendió a sus heridos. El día del desastre (22 de julio) afrontó la defensa de la cara sur de Buymeyan, por donde ya subían los harqueños. Se defendió de ellos. A él no le dispararon. Entró, solo, en el arrasado Annual. Atendió a los pocos heridos aún con vida y fue hecho prisionero. Abd-el-Krim le ofreció cinco, diez veces su sueldo si accedía a ser su médico particular. Se negó y acabó en Axdir, donde curó a españoles y rifeños. Una noche de septiembre se echó al mar en la playa de Suani. Cruzó los ochocientos metros que lo separaban del Peñón nadando a espalda. Laureado (en 1924) y ascendido a capitán, siguió en Marruecos hasta 1927. La muerte de su esposa, más el caos de la Administración, lo hizo vacilar en su devoción al Ejército. En 1936 seguía de capitán, cuando reunía méritos para ser coronel. Decidió descansar en el balneario de Paterna. Y allí lo fusilaron quienes nunca supieron nada de humanitarismo ni de republicanismo.

  • Vázquez, Ángel
  • Repertorio biográfico y emocional - Vázquez, Ángel

    Tánger, 1929 / Madrid, 1980

    Escritor.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Villalba Riquelme, José
  • La Historia Trascendida - Villalba Riquelme, José

    Cádiz, 1856 / Madrid, 1944

    Reformador de la enseñanza militar y promotor de la Legión. Su carrera y actitud, tan ejemplar aquella como valiente esta, se desenvuelven en tres ámbitos: la Academia de Infantería, el Ministerio de la Guerra y sus informes a Alfonso XIII. En Toledo, primero como jefe de estudios y luego como director (1907-1912), modifica la instrucción de tiro, reorienta la didáctica sobre fortificaciones y atrincheramientos, y sobre todo prioriza las clases de táctica al reforzarlas con ejercicios en campo abierto, en los que participan profesores y cadetes alumnos. De su estancia en Buenavista quedarán sus lúcidos escritos para mejorar la organización del Ejército con nuevas unidades. Surgen así la Escuela Central de Gimnasia y el Tercio de Extranjeros, cuya sanción ministerial él mismo firma el 28 de enero de 1920. Preocupado por la obsolescencia del material y el equipamiento ruinoso del Ejército de África, propuso la adquisición, en Inglaterra, de una parte de sus sobrantes de la Gran Guerra. Esas partidas, que incluían desde ambulancias, tiendas-hospital, equipos de radiografía y estaciones de radiotelefonía hasta trescientos noventa morteros de trinchera, era compra acordada en ocho millones de pesetas. Su relevo, el vizconde de Eza, un diletante iletrado en armamento, lo denegó todo por “costoso e innecesario”, cuando esos millones, que hubiesen salvado al ejército de Silvestre, suponían el 0,78% de los mil veinticinco millones invertidos en Marruecos desde 1913 a 1921. Villalba previno al rey de la situación extrema en el Rif. Sin armas y sin otro plan que el de resistir hasta morir o huir, los de Silvestre murieron y la monarquía en agonía entró.

    Biografía de José Villalba Riquelme elaborada por Jose Luis Isabel Sánchez

    Enlace a Wikipedia

    Proyecto de creación de una Legión extranjera en África

    Memorandum sobre la situación general y político-social y militar (José Villalba Riquelme)

    Memorandum sobre la situación política y militar en Marruecos (Vizconde de Eza)

    Nombramiento como gentilhombre de cámara de José Villalba Riquelme (29 de mayo de 1911)

    Memorandum sobre la acción de España en Marruecos y las conclusiones sobre el Desastre de Annual.

  • Vives Vich, Pedro
  • Repertorio biográfico y emocional - Vives Vich, Pedro

    Igualada, Barcelona, 1858 / Madrid, 1938

    Militar, combatiente en África y ministro de Fomento, considerado el padre de la aviación española.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Yagüe Blanco, Juan
  • Repertorio biográfico y emocional - Yagüe Blanco, Juan

    San Leonardo, Soria, 1891 / Burgos, 1952

    General formado en la Academia de Infantería de Toledo. Combatió desde 1914 en Marruecos, donde mandó los Grupos de Regulares de Larache y Ceuta. Intervino en 1934 en la sofocación de la revolución de Asturias. Se unió en 1936 al alzamiento militar, dirigiendo el paso del Estrecho de las fuerzas africanas. Fue nombrado ministro del Aire en 1939.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Yahuda, Abraham Salomón
  • Repertorio biográfico y emocional - Yahuda, Abraham Salomón

    Jerusalén, 1877 / Nueva York, 1951

    Profesor de estudios hebraicos.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Yilali Ben Salem Zerhuni el Iusfi. Conocido El Rogui (pretendiente)
  • Repertorio biográfico y emocional - Yilali Ben Salem Zerhuni el Iusfi. Conocido El Rogui (pretendiente)

    Ouled Yusef, en el monte Zerhoun, cerca de Mequinez, ¿1860? / Fez, 1909

    Marroquí, funcionario del Majzén de origen humilde y notable inteligencia. Haciéndose pasar por uno de los hijos de Mohammed I, trató de ser reconocido como sultán.

    Leer la biografía completa en formato pdf

  • Yuste Segura, Antonio
  • Jerusalén, 1877 / Nueva York, 1951

    Profesor de estudios hebraicos.

    Leer la biografía completa en formato pdf